Los síntomas de la alergia al polen se hacen cada vez más prolongados por la sensibilidad a varios tipos

Los alergólogos advierten de que la llegada de las alergias se retrasará si continúa el calor actual
Por EROSKI Consumer 27 de abril de 2004

La alergia al polen, de ser una dolencia pasajera, se está convirtiendo en un calvario que puede durar hasta cuatro meses. La sensibilidad a varios tipos de pólenes ha dado lugar a que se prolongue la duración de los procesos alérgicos, al encadenarse las reacciones a diferentes granos.

Según el presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Antonio Peláez, si el calor actual, que ha aparecido de forma abrupta y repentina, prosigue en las mismas condiciones, la llegada de las alergias se retrasará. Para Antonio Peláez, las nuevas condiciones climáticas están configurando una situación para los alérgicos «bastante atípica».

El presidente de la sociedad científica baraja dos hipótesis. La primera de ellas es que se confirmen las previsiones, que hablaban de una primavera complicada e intensa debido a las abundantes lluvias caídas entre octubre y enero. Sin embargo, si continúan las altas temperaturas, lo lógico es que «las plantas se agosten y el periodo de polinización se acorte», circunstancia que constituye la segunda hipótesis. En tal caso, se repetiría lo ocurrido el año pasado, en el que se alcanzaron importantes niveles de concentración de gramíneas y olivo que no se registraban desde hacía tiempo, a pesar de que las reacciones alérgicas tardaron en aparecer.

En los últimos 20 años se ha producido un incremento destacado de la prevalencia de las alergias en todo el mundo, fenómeno que se ha visto acompañado de la sensibilidad a varios tipos de polen. «Ahora los afectados van enlazando una reacción con otra. Empiezan con el polen del ciprés en enero y febrero, después siguen con el plátano, que aparece en abril, y terminan aquejados por las gramíneas y el olivo, que se dan en mayo. Cada vez es más frecuente encontrar personas con alergia a varios pólenes que a uno sólo», comenta Peláez.

De acuerdo con el presidente de la SEIAC, la rinitis y el asma son dos manifestaciones de la misma enfermedad: la alergia respiratoria. Algunos pacientes tienen la suerte de que su alergia se traduce sólo en rinitis, con síntomas exclusivamente nasales. «El peligro estriba en que el enfermos de rinitis evolucione hacia el asma bronquial. En el centro peninsular, el 40% de los pacientes sensibles a las gramíneas acaba padeciendo asma», arguye Antonio Peláez.

A pesar de que la alergia está considerada como una enfermedad de la juventud, lo cierto es que es muy común ver en la consulta del alergólogo a personas mayores de 55 años.

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