Un estudio basado en 30 trabajos anteriores y publicado por la revista «The Cochrane Library» señala que los suplementos de vitamina C, que hasta hace un tiempo eran el arma principal contra los catarros, en realidad tienen poco efecto. Así, científicos de la Universidad Nacional Australiana y de la Universidad de Helsinki indicaron que es poco probable que las dosis suplementarias de esa vitamina ayuden a combatir el resfriado común.
Únicamente en el caso de personas sometidas a períodos prolongados de presión, como los corredores de largas distancias, los esquiadores y los soldados en maniobras, se observa un 50% menos de posibilidades de contraer un catarro si consumen una dosis diaria de vitamina C, según los investigadores. Sin embargo, para la mayoría de las personas el beneficio de esta medicina en lo que se refiere a los catarros es tan mínimo que no merece el gasto, según los autores del análisis.
Las autoridades de salud aconsejan actualmente un consumo de 60 miligramos. A pesar de que las pruebas de que sus efectos son mínimos, la vitamina C mantiene su popularidad «porque mucha gente, incluso la que ha financiado estos estudios, quiere creer que tiene resultados», afirmó Wallace Sampson, profesor de medicina de la Universidad de Stanford.
«No tiene sentido consumir vitamina C 365 días al año para reducir la probabilidad de contraer un resfriado», según Harry Hemilá, uno de los autores del estudio y profesor del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Helsinki. No obstante, los científicos pronostican que la vitamina C en combinación con otras vitaminas y sustancias podría prevenir y ayudar en el tratamiento de otras enfermedades, entre ellas el cáncer.