Nace el primer bebé de Europa cuyo sexo fue elegido por los padres

Otras tres mujeres esperan hijos tras someterse al tratamiento, que no es fiable al cien por cien
Por EROSKI Consumer 16 de mayo de 2003

Una mujer ha dado a luz al primer bebé de Europa cuyo sexo fue elegido por los padres gracias a las técnicas de fecundación practicadas en una clínica belga, informó ayer el médico responsable, Frank Comhaire. Los padres, una pareja procedente de un país del sur de Europa, se sometieron a las técnicas de inseminación que practica este médico para poder asegurar el sexo del feto, según publicó el diario La Gaceta de Amberes.

«En la actualidad hay otras tres parejas europeas que se han sometido a mis técnicas y esperan en estos momentos un hijo o una hija, de acuerdo con su elección», subrayó Comhaire. Entre los pacientes de este médico figura una pareja española, que pidió a principios de mayo una cita con Comhaire en el centro médico Fertility Clinic, en Gante, para solicitar una inseminación artificial que diera nacimiento a una niña.

El alumbramiento del primer bebé hace tres meses, «prueba que el método utilizado funciona», afirmó el doctor, aunque añadió que sus clientes saben que no es fiable al cien por cien. «Las posibilidades de que sea niña son una entre nueve y de que sea niño, una entre tres», explicó.

En España, esta técnica sólo puede utilizarse por razones terapéuticas de carácter preventivo. Así, las españolas sólo pueden barajar esta opción en caso de enfermedades hereditarias ligadas al sexo, como es el caso de la hemofilia, que sólo se transmite a los hijos varones.

Convenio con EE.UU.

La clínica de Gante ofrece este servicio en colaboración con el centro estadounidense Microsort, especializado en técnicas de separación de espermatozoides. De esta manera, el semen extraído en Bélgica viaja hasta la clínica estadounidense, donde se separan los espermatozoides masculinos Y de los femeninos X.

Una vez cribado, el esperma «unisexual» viaja de vuelta a la clínica belga donde es utilizado para fecundar el óvulo de la madre, bien por una inseminación artificial o por la técnica in vitro. Por esta compleja operación, la clínica belga cobra a cada pareja unos 6.000 euros, de los cuales 2.800 van al centro estadounidense.

Las prácticas realizadas por el doctor Comhaire han sido objeto de numerosas críticas por las consecuencias que implica la elección voluntaria del sexo de los hijos. «La gente me pide un deseo y yo, utilizo mis conocimientos para satisfacerlo», se defiende el médico.

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