Por una vida sin humos

El 90% de los cánceres de pulmón son causados por el tabaquismo
Por Arantza González Arratibel, Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 13 de septiembre de 2016
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Imagen: AECC

Los médicos saben desde hace años que fumar causa la mayoría de los cánceres de pulmón. Hoy en día, casi 9 de cada 10 cánceres de pulmón se deben a fumar cigarrillos. Esta relación también se da con otros tumores como los de boca, esófago, laringe, faringe, riñón, vejiga o páncreas. El futuro de nuestra salud comienza a ser esperanzador, ya que cada vez son menos los jóvenes de entre 14 y 18 años que fuman a diario. Los últimos datos muestran un claro descenso del número de fumadores, con un 8,9% de la población joven respecto al 12,5% del 2012. Pero aún queda mucho por hacer. En este artículo se explican las ventajas de dejar el tabaco, además de los riesgos de no hacerlo. También se aporta información sobre las principales sustancias que componen un cigarro.

La principal víctima del tabaco es el fumador

El tabaco es una droga que produce más dependencia en quien la consume que la heroína o la cocaína. Hace que el fumador se pueda mantener fumando durante décadas.

Pero dejar de fumar es posible. Solo es necesario decidirse y, si se necesita, buscar ayuda de un profesional. Nunca es tarde para dejarlo, siempre se gana.

  • 1. Reduce el riesgo de padecer enfermedades. El consumo de tabaco es responsable del 30% de los cánceres, del 20% de las enfermedades cardiovasculares y del 80% de las enfermedades obstructivas crónicas (EPOC).
  • 2. Mejora la agilidad física y el rendimiento en el deporte.
  • 3. Aumenta la capacidad respiratoria.
  • 4. Mejora la oxigenación de los tejidos y órganos, por lo que la piel gana en elasticidad e hidratación y se reducen las arrugas.
  • 5. Recupera el olfato y deja de nuevo disfrutar de sabores y comidas.
  • 6. Se gana libertad. El tabaco condiciona horarios, planes, la economía, la duración de las actividades… la vida de la persona.
  • 7. Se gana vida. Esto es algo que depende de la persona, ya que el tabaco es la primera causa de muerte evitable.

¿Y si no fuma?

  • Puede ayudar a otras personas a dejarlo.
  • Diga NO al primer cigarrillo. En España, la edad media de inicio es a los 13,6 años.

Si fuma, déjelo lo antes posible. Y si no puede dejar de fumar, nunca fume en presencia de no fumadores, especialmente si son niños.

¿Por qué es perjudicial el tabaco?

Cada fumador pierde una media de 10 años de vida. La mitad de los fumadores morirán por culpa del tabaco. El tabaco es responsable del 30% de todas las muertes por cáncer. Dejar de fumar está considerada la mejor medida preventiva del cáncer.

Riesgos del consumo de tabaco:

  • Si se consume el cigarrillo hasta el final, la cantidad de sustancias dañinas es más elevada. Según se va consumiendo el cigarrillo, la nicotina y los alquitranes se acumulan en la zona más cercana al filtro.
  • El daño es mayor si se tiene alguna enfermedad del aparato respiratorio, como bronquitis o enfisema.
  • Aunque no se fume, los componentes del humo del tabaco en el aire ambiental suponen un riesgo para quien lo respira. Si esta situación se mantiene en el tiempo, se habla del fumador involuntario.
  • Miles de estudios ponen de manifiesto que el consumo del tabaco determina la aparición de enfermedades como: cáncer, cardiovasculares y pulmonares obstructivas crónicas.

Componentes del tabaco

El humo procedente de la combustión del tabaco (cigarrillos, puros, pipas) está compuesto por unas 4.000 sustancias diferentes, 69 de ellas altamente tóxicas y cancerígenas.

La nicotina es responsable de la dependencia física del fumador. Cuando se inhala el humo del tabaco, la nicotina se absorbe muy rápido tanto en la mucosa de la boca (mucosa oral), como en los pulmones, desde donde pasa al aparato circulatorio distribuyéndose por todo el organismo. En 7 segundos llega al cerebro donde se une a los llamados receptores nicotínicos, produciendo un efecto placentero y gratificante para el fumador. Este es el mecanismo que desencadena la aparición de la dependencia física del tabaco. Debido a esto, cuando un fumador deja de fumar, aparece el síndrome de abstinencia. En 20 segundos llega a las zonas más distantes del cuerpo. No existe ninguna otra droga que llegue con tanta rapidez al sistema nervioso: el máximo efecto en el menor tiempo.

La eliminación de la nicotina, se produce fundamentalmente a través de la orina. Tras el parto, durante la lactancia, la nicotina también se expulsa a través de la leche materna, con las consiguientes secuelas que puede tener en el recién nacido.

La nicotina, además de la dependencia física, produce los siguientes efectos:

  • Incremento de la tensión arterial.
  • Subida de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
  • Aumento de la glucemia (azúcar en sangre).
  • Incremento del movimiento intestinal.

El fumador ingiere entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo. En dosis altas (40-60 mg) causa la muerte en pocos minutos debido a un fallo respiratorio.

El monóxido de carbono (CO)supone menos oxígeno para el fumador. El CO es un gas tóxico que se desprende en la combustión del tabaco. En el caso de los cigarrillos, la concentración de CO es mayor que cuando se utiliza puro o pipa, ya que al producido por la combustión del tabaco hay que añadir el originado por la combustión de su papel de envoltura. El CO se absorbe en los pulmones y pasa con rapidez a la sangre sustituyendo al oxígeno. Como consecuencia, los diferentes tejidos y órganos del cuerpo están menos oxigenados (hipoxia). Cuando la hipoxia se produce en la pared de las arterias, se favorece la formación de depósitos de grasa constituyendo placas de ateroma. Esto se traduce en la aparición de angina de pecho (dolor opresivo en el pecho por disminución de la irrigación del músculo cardiaco) e infarto de miocardio (muerte de las células de una zona del músculo cardiaco). Los automóviles son la fuente principal de emisión de CO al aire ambiental.

Las sustancias irritantes son las responsables de las patologías respiratorias (no cancerosas) relacionadas con el consumo de tabaco, que están englobadas bajo el término de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), donde se incluyen la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. Las sustancias irritantes provocan una excesiva producción de moco que luego es difícil de expulsar, por lo que se precisan fuertes golpes de tos para eliminarlo (tos típica del fumador) y que poco a poco va dificultando la respiración.

Estas sustancias provocan una parálisis de las células ciliadas, cuya misión es movilizar el moco y las pequeñas partículas que puedan entrar a los pulmones. Los síntomas que el fumador presenta de manera progresiva como consecuencia de estas alteraciones son los siguientes:

  • Tos crónica irritativa, sin causa aparente.
  • Expectoración o esputos, cada vez más abundantes.
  • Disminución de la capacidad pulmonar.
  • Infecciones respiratorias y otorrinolaringológicas recurrentes.
  • Insuficiencia respiratoria irreversible.

Algunas de estas sustancias son cianuro de hidrógeno, amoníaco o acetona.

Los agentes cancerígenos son los responsables de la formación de los procesos cancerígenos en distintas localizaciones (pulmón, laringe, cavidad oral, vejiga, esófago, estómago, páncreas, colorrectal, riñón, etc.). En estas sustancias se incluyen los alquitranes (para asfaltar carreteras), arsénico (veneno), formaldehido (conservante de órganos), polonio 210 (radioactivo) o cadmio y níquel (componentes de baterías).

Salga conmigo del tabaco. Da igual si fuma mucho o poco. Si está cerca o muy lejos de nosotros. Porque desde la AECC vamos a estar a su lado para ayudarle a abandonar el tabaco. Usted decide cómo.

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