Trasplante cardiaco en clave femenina

Muchas mujeres son innecesariamente asignadas a trasplante cardiaco al aplicar para ello parámetros masculinos
Por Jordi Montaner 11 de octubre de 2006

Demasiadas son tal vez las vicisitudes a tener en cuenta a la hora de programar un trasplante cardiaco, pero datos clínicos recientes avalan la necesidad de discernir bien entre géneros; la supervivencia, al parecer, puede variar de manera importante.

Un estudio llevado a cabo conjuntamente por la Universidad de Pensilvania y el Mid-America Heart Institute de Kansas City (EEUU) reivindica que hombres y mujeres deben recibir un asesoramiento distinto a la hora de enfrentarse a un trasplante cardiaco. «Por ejemplo, el pico de consumo de oxígeno durante una prueba de ejercicio se considera un parámetro indispensable para declarar a un paciente candidato o no candidato a trasplante; sin embargo, la relación de esta medida con la gravedad de la insuficiencia cardiaca es bien distinta entre un hombre y una mujer», protesta Andrew Kao, uno de los responsables de un artículo publicado recientemente en The Journal of the American College of Cardiology.

La parte oscura de la medicina basada en la evidencia es que los datos de que los médicos han hecho acopio en materia de trasplantes se refieren casi siempre a pacientes masculinos. «Ahora que sabemos que los parámetros de hombres y mujeres no pueden medirse por el mismo rasero, debemos ser mucho más sensibles a la hora de tomar decisiones tan importantes como quien entra en una lista y quien no».

Decisión oxigenada

Si el pico de consumo de oxígeno (VO2) durante una prueba de ejercicio es tenido por un parámetro de gran valor a la hora de aconsejar el trasplante, es porque se considera un factor predictivo de supervivencia. Si mientras el paciente camina intensamente sobre una cinta rodante consume menos de 12 mL/kg/min su supervivencia está muy comprometida y el trasplante se hace casi indispensable.

Lo que Kao y su equipo trataron de hacer fue examinar 600 casos de pacientes trasplantados en los dos centros implicados desde el 2000 al 2003 y demostrar que había mujeres con un registro de VO2 aplicado a su peso corporal sensiblemente inferior al de los hombres y que, en cambio, mantenían una mejor supervivencia. Extrapolando los datos analíticos con el sesgo del género masculino o femenino, los autores del estudio llegaron a la apabullante conclusión de que un 85% de las mujeres trasplantadas habría podido sobrevivir sin necesidad de realizar el trasplante. La media de VO2 en los hombres intervenidos fue de 11,5 mL/kg/min, estrictamente por debajo de 12, «pero las mujeres, con una media de 10, consiguieron una mejor supervivencia», añade el investigador.

El tamaño sí importa

«La gravedad de la insuficiencia cardiaca es bien distinta entre un hombre y una mujer»

Para explicar esa ventaja a favor de las mujeres, Kao recurre a que el organismo femenino tiene menos masa muscular y también un menor tamaño, por lo que el consumo de oxígeno necesario sería también menor. «No disponemos, a ciencia cierta, de una explicación solvente, pero la intención de nuestro estudio no es otra que la de mentalizar a clínicos y gestores de programas de trasplante de que tal vez estemos trasplantando a mujeres cardiópatas demasiado antes de lo necesario, exponiendo a esas pacientes a un riesgo injustificado y perjudicando a otros receptores potenciales».

David Feldman (Columbus, Ohio) firma también un artículo editorial que acompaña al estudio y en el que subraya que cardiópatas hombres y mujeres «presentan una situación bien distinta y deberían, por tanto, ser tratados de manera distinta». Sin embargo, Feldman reconoce que el estudio de Kao es observacional y no constituye una base de evidencia científica. «Puede que no esté indicado variar los protocolos consensuados a la luz de la evidencia, pero haríamos bien en actuar de forma un tanto más sensible con respecto a esta cuestión y a la hora de tomar decisiones tan importantes como a quien se trasplanta y a quien no», explica Feldman.

Supervivencia en clave femenina

En la Facultad de Enfermería de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), un equipo de investigadores encabezados por L.S. Evangelista ha llevado a cabo un estudio encaminado a indagar en el estado de ánimo de mujeres postrasplantadas. Sirviéndose de datos cualitativos y cuantitativos, el equipo seleccionó a un total de 33 mujeres con insuficiencia cardiaca grave que requería trasplante y que consiguieron un órgano válido.

Por medio de entrevistas semiestructuradas, que incluían un perfil de actitudes vitales y un listado de múltiples adjetivos relativos al afecto, los investigadores hallaron que las trasplantadas referían índices muy elevados de depresión, ansiedad y estado hostil. «Abunda en estas pacientes la sensación de miedo por una complicación súbita postrasplante y de falta de control sobre cuanto ocurre en su organismo; en clave positiva, entre las motivaciones principales para una recuperación se citan la fe religiosa, la aceptación, el altruismo y la trascendencia», dice Evangelista.

Evangelista subraya la preocupación por el estado anímico que estas pacientes reflejan incluso cinco años después de la complicada operación, y apunta a la necesidad de motivarlas más y mejor a fin de garantizar un pronóstico óptimo.

DATOS DE ESPAÑA

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Datos extraídos del Registro Español de Trasplante Cardíaco permiten dilucidar las características generales y los resultados obtenidos con el trasplante cardiaco en nuestro país. De 1984 al 2002 se llevaron a cabo más de 4.000 trasplantes y la media anual en la actualidad supera los 300. El perfil clínico medio del paciente que recibe un trasplante en España se corresponde con el de un cardiópata de sexo masculino y una edad de aproximadamente 50 años; grupo sanguíneo A, enfermedad coronaria no revascularizable e insuficiencia cardiaca grave. El porcentaje de trasplantes cardiacos urgentes ronda el 20%. La mortalidad precoz no llega al 10%, teniendo en cuenta que hace diez años era del 15.

Según obra en el Registro, la cifra idónea de centros hospitalarios acreditados para trasplante cardiaco se aproxima a la veintena, tal y como se dispone en la actualidad. Se explica que la razón de una menor distancia de desplazamiento de los pacientes hacia tales centros no ofrece ventajas sobre el inconveniente de que eventuales centros nuevos tardarían mucho más tiempo en adquirir una experiencia suficiente.

Llama la atención que el porcentaje de pacientes trasplantados pediátricos, de edad avanzada o mujeres es más bien escaso (en comparación con países de nuestro entorno), y que la cardiopatía que con más frecuencia motiva el trasplante es la isquémica, seguida de miocardiopatía dilatada idiopática. Entre las dos suponen el 78% de todos los trasplantes realizados. Las valvulopatías aparecen como causa en un 9% de las intervenciones. La mortalidad en lista de espera se aproxima al 10%, y el porcentaje de pacientes excluidos para trasplante, una vez incorporados a la lista, es del 16%.

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