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¿Son frecuentes las enfermedades cardiovasculares en la adolescencia?
La primera pregunta que cabe hacerse es si los adolescentes suelen sufrir enfermedades cardiovasculares. “Es infrecuente, salvo que hayan tenido una cardiopatía congénita”, explica el doctor Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón. “También puede haber una transmisión genética de lo que llamamos miocardiopatías. En este caso hay que efectuar un estudio familiar para tipificar el tipo y evaluar el riesgo de muerte súbita que algunas de ellas conllevan”, recalca.
Aunque las enfermedades cardiovasculares son poco comunes en esta etapa de la vida, eso no significa que los adolescentes no acudan a consulta por síntomas relacionados con el corazón.
🔸 Palpitaciones
Uno de los más frecuentes son las palpitaciones. En la mayoría de los casos no tienen relevancia clínica: suelen deberse a extrasístoles, es decir, latidos anticipados que interrumpen el ritmo normal del corazón. “El corazón se llena más de lo habitual en cada latido y se nota su contracción más potente para expulsar la sangre al resto del cuerpo. Es como una sensación de latido fuerte tras otra normal, que no se percibe”, detalla el presidente de la FEC.
🔸 Síncope vasovagal
Otro motivo habitual de consulta es el síncope vasovagal, un episodio que puede provocar mareos o incluso pérdida de conocimiento. Se produce por una bajada brusca de la tensión arterial (hipotensión) y del ritmo cardíaco (bradicardia), a causa de un desajuste entre el sistema nervioso simpático —que eleva la presión y la frecuencia cardiaca— y el parasimpático —que hace justo lo contrario—, predominando este último.
Aclara el doctor Íñiguez que “no suele tener consecuencias, salvo que se produzca síncope y caída con traumatismo. Se recomiendan medidas posturales, entre otras, para evitar estas situaciones”.
Principales factores de riesgo en adolescentes

La salud cardiovascular depende de la genética, las condiciones generales y, especialmente, de los hábitos. Una dieta equilibrada, realizar ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, controlar el estrés y descansar adecuadamente son factores esenciales para mantener un corazón sano. Además, controlar problemas como hipertensión, diabetes y colesterol alto, que avanzan sin síntomas, es clave para prevenir enfermedades cardíacas a largo plazo.
Lo que preocupa a los especialistas es la creciente tasa de factores de riesgo entre niños y adolescentes. Según la encuesta ESFEC de la Fundación Española del Corazón, el 41 % de los menores de 15 años ya presenta al menos dos de estos factores, lo que aumenta de forma significativa su riesgo de sufrir una cardiopatía isquémica en el futuro.
- 20 % con sobrepeso: es más común en las niñas (23,7 %) que en los niños (17,4 %).
- 9 % con obesidad: afecta más a los niños (11,6 %) que a las niñas (5,9 %), y es más frecuente en menores de uno a nueve años.
- 29 % con hábitos sedentarios: uno de cada tres menores pasa más de dos horas diarias frente a las pantallas entre semana, y tres de cada cuatro lo hacen durante el fin de semana, especialmente los niños de 10 a 15 años.
- 39 % con una dieta no cardiosaludable: solo el 6,9 % de los menores presenta una alta adherencia a la dieta mediterránea.
Alcohol y tabaco: enemigos silenciosos de la salud cardiovascular
El consumo de alcohol y tabaco durante la adolescencia plantea un serio riesgo para la salud cardiovascular a largo plazo. El tabaco, además de acelerar la frecuencia cardíaca, provoca la contracción de las arterias y eleva la presión arterial, generando una sobrecarga peligrosa para el corazón y alteraciones en su ritmo normal. Por su parte, el consumo excesivo de alcohol también aumenta la presión arterial, dañando las arterias y potenciando el riesgo de enfermedades coronarias en el futuro.

Según la ‘Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES 2023)’, realizada a estudiantes de 14 a 18 años, el alcohol (76,3 %) y el tabaco (27,7 %) son las drogas más consumidas entre los jóvenes españoles. “La percepción del riesgo por consumo de estas drogas entre los adolescentes es muy baja, especialmente en el caso del alcohol. Sin embargo, el alcohol es nocivo y no se puede aconsejar su consumo en edades tempranas”, advierte el presidente de la FEC.
Asimismo, el «Estudio ALPSAC de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC)» también alerta sobre el alto consumo de alcohol y tabaco entre los adolescentes. “Incluso en pequeñas cantidades, se asocia con un aumento de la rigidez arterial, un biomarcador que puede predecir el riesgo cardiovascular futuro. Este estudio mostraba que cuanto antes y cuanto más consumo de alcohol y tabaco se tenía mayor era la rigidez arterial”, expone el doctor. Sin embargo, el cese de estos hábitos permitió normalizar la situación. “Los que dejaron de fumar durante el seguimiento recuperaron su salud arterial”, añade.
Cuidar el corazón desde la adolescencia
La adolescencia es un momento clave para cuidar la salud cardiovascular, ya que los hábitos establecidos en esta etapa influyen en el futuro del corazón. “El mayor problema que pueden tener los adolescentes, si no controlan los factores de riesgo que tienen (obesidad, sedentarismo, entre otros) y los normalizan, es que podrían desarrollar enfermedad coronaria en la adultez, incluso a una edad temprana”, reflexiona el especialista.
Prevenir no requiere grandes esfuerzos, pero sí compromiso. Cambiar hábitos y adoptar pequeñas rutinas puede marcar una gran diferencia. “Si se controlasen estos factores de riesgo y se identificasen otros que suelen cursar de forma silenciosa durante años (como tener hipertensión arterial, diabetes o hipercolesterolemia) y se evitaran, conseguiríamos reducir más del 80 % de las muertes prematuras relacionadas con enfermedades cardiovasculares”, concluye el doctor Íñiguez.