Un laboratorio andaluz desvela el «engaño» de las tabaqueras cuando anuncian marcas bajas en nicotina

Elementos no regulados por la ley, como la porosidad del papel, determinan el efecto nocivo del tabaco en igual o mayor medida que el nivel de nicotina
Por EROSKI Consumer 5 de marzo de 2006

El Laboratorio Agroalimentario de la Junta de Andalucía en Sevilla ha evidenciado «engaños» de las tabaqueras al promocionar cigarrillos bajos en nicotina y la ineficacia de la norma internacional ISO que fija el nivel máximo de componentes tóxicos del tabaco. Técnicos de las consejerías de Salud y de Agricultura y Pesca, adscritos al programa de la Junta contra el tabaquismo, han explicado el funcionamiento de este laboratorio, que posee una de las tres máquinas que valoran la toxicidad del tabaco existentes en España.

Este centro es el único del país que forma parte de la red Toblanet -creada en abril de 2005 por la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, integrada por 22 laboratorios de varios países y encargada de establecer una analítica de los cigarrillos homogénea y fiable, frente a la de las multinacionales tabaqueras.

Precisamente hace unos días que el laboratorio sevillano ha concluido los primeros análisis encargados por la OMS. Una de las evidencias obtenidas en su «máquina de fumar», adquirida en 2001 por 300.000 euros y que desde entonces ha incinerado decenas de miles de cigarrillos de 35 marcas, es el «engaño» de las tabaqueras cuando anuncian marcas bajas en nicotina.

La máquina evidencia que elementos no regulados por la ley, como la porosidad del papel, la estructura y número de los agujeros de ventilación del filtro o el grado de concentración del cigarrillo determinan su efecto nocivo en igual o mayor medida que el nivel de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono, cuyos indicadores máximos sí respetan las tabaqueras.

Estos elementos de diseño favorecerían que un fumador «crea que fuma menos al comprar marcas bajas en nicotina, cuando en realidad fuma más y más intensamente, con lo que sufre los mismos efectos nocivos», según los técnicos de la Junta. «El nivel de nicotina que demanda el organismo es el mismo, por lo que el fumador compensa los cigarrillos que supuestamente tienen menos nicotina con más caladas y más intensas, con lo que el resultado final, en términos de salud, es el mismo», añaden.

Norma ISO

Otra conclusión de la «máquina de fumar» es que la norma internacional ISO, que fija los niveles máximos de toxicidad permitidos a los cigarrillos, no resulta eficiente para conocer su impacto sanitario porque se basa en indicadores que no son los de la fumada real.

La norma se basa en que cada calada succiona 35 mililitros, dura dos segundos y se repite una por minuto, cuando la «máquina de fumar» sostiene que en cada calada se inhalan 55 mililitros, dura dos segundos y se repite dos veces por minuto.

Los técnicos de la Junta creen que la red Toblanet y la entrada en la OMS del órgano regulador de la norma ISO permitirán a medio plazo exigir niveles tóxicos más restrictivos a los cigarrillos y profundizar en el análisis de sus agentes cancerígenos.

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