Los laboratorios Merck han sido condenados a pagar con 50 millones de dólares a un paciente que sufrió un ataque al corazón tras consumir durante 31 meses el fármaco analgésico «Vioxx». El ataque al corazón se produjo en julio de 2002 pero el consumidor continuó tomando el medicamento hasta una semana antes de que Merck lo retirara del mercado en septiembre de 2004, tras demostrar un estudio que «Vioxx» aumentaba el riesgo de ataques al corazón y apoplejías.
En la sentencia se recoge que la compañía farmacéutica «falseó conscientemente o no reveló información» sobre el tratamiento con la medicina a los doctores que atendían el caso del paciente infartado.
Merck, que ha ganado otros cuatro casos similares en Estado Unidos, alega que los demandantes, todos hombres de edad avanzada, cuentan con factores de riesgo para sufrir infartos y que ninguno de ellos puede ser controlado.