Diferentes estudios mantienen que determinados alimentos ayudan a regular el sueño del bebé, lo que evidencia una relación directa entre crononutrición (modo alimentario que respeta el ritmo natural del organismo) y sueño, tal como indicó el doctor Eduard Estivill. «Hasta ahora la única forma de regular el sueño de un bebé era regulando sus hábitos», afirmó este experto durante la mesa redonda «Crononutrición, alimentación y sueño», celebrada en el marco de la novena edición del Congreso Europeo de Farmacias.
La elección de los alimentos que se ingieren en cada momento del día y de la noche para contribuir a un correcto funcionamiento de los ritmos biológicos del organismo, como es el caso del ciclo sueño y vigilia, es objeto de estudio de la crononutrición. El conocimiento de estos mecanismos del organismo puede aportar soluciones para combatir problemas de sueño en colectivos como ancianos y niños, apuntó el responsable de la Clínica del Sueño Doctor Estivill del Instituto Universitario Santiago Dexeus.
Por lo que se refiere a la alimentación infantil, «la leche materna es la crononutrición más perfecta que existe», explicó la catedrática de fisiología de la Universidad de Extremadura, Carmen Barriga, que ha dirigido un estudio que muestra cómo este alimento varía su composición a lo largo del día para adaptar sus componentes a los diferentes ritmos biológicos de nuestro organismo de vigilia y sueño.
La doctora detalló así que partir de las 18:00 horas se produce un aumento en la segregación de un aminoácido, el triptófano, que favorece la síntesis de la serotonina, produciendo una sensación de relajación que se eleva durante el periodo nocturno para favorecer el sueño. Igualmente, la investigación indica que las leches artificiales que integran diferentes componentes en función de la hora de la toma, imitando la materna, favorecen la regulación de los procesos de vigilia y sueño de una manera significativa.
Insomnio infantil
El 53% de los lactantes entre los cinco y 11 meses de vida padecen insomnio infantil. Se trata de un problema que puede ser determinante en las primeras etapas de la vida, afirmó la directora general científica del Grupo Ordesa, la doctora Montserrat Rivero. «De hecho, los niños que han tenido problemas de sueño en el periodo lactante, tienen tres veces más problemas de insomnio a los cinco años», aseguró.
Se trata de un factor que directamente afecta a su desarrollo, ya que «es durante ese tiempo del día cuando el organismo del niño experimenta una mayor actividad de crecimiento y desarrollo, se produce la reparación cerebral y la restauración del sistema inmunitario», añadió Estivill a este respecto.
