¿Es seguro pasar la comida por los rayos X del aeropuerto?

Por lo general, asociamos la radiación con algo peligroso, así que desconfiamos desde el microondas de nuestra cocina hasta el escáner de los aeropuertos. ¿Supone algún riesgo para la salud?
Por Miguel Ángel Lurueña Martínez 19 de abril de 2025
control equipajes aeropuerto
Cuando viajamos en avión, o incluso en tren, debemos someternos antes a unos controles de seguridad que nos obligan a pasar nuestro equipaje a través de un escáner de rayos X. De este modo, las personas encargadas de vigilar que se cumplan las normas, pueden observar el contenido y comprobar si portamos mercancías peligrosas o prohibidas, como armas, drogas y demás. Por fortuna, no es lo habitual. Lo que sí llevamos con frecuencia son alimentos, y esto nos hace preguntarnos si los rayos X pueden tener un efecto adverso sobre ellos que pueda acabar afectando negativamente a nuestra salud.

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La respuesta rápida es que esos aparatos de rayos X que se utilizan en aeropuertos y estaciones de tren no afectan a los alimentos y los podemos consumir sin problema. 

De hecho, en la industria alimentaria se utilizan habitualmente los rayos X como un método de control para detectar posibles fallos y contaminaciones en los alimentos. E incluso existe la posibilidad de aplicar procesos con rayos X o con otros tipos de radiación para tratar los alimentos y asegurar su inocuidad. Así que resulta irónico porque estos procesos, que generan recelos en torno a la seguridad de los alimentos, se usan precisamente para hacer que los alimentos sean más seguros.

Pero vayamos por partes, porque estamos mezclando cosas que son bastante diferentes. 

Los miedos a la radiación

Todo lo que tenga que ver con radiación suele generar bastantes recelos. El desconocimiento nos lleva a meterlo todo en el mismo saco y a pensar en desastres nucleares, bombas atómicas y enfermedades como el cáncer. Por eso muchas personas no se atreven a calentar un vaso de leche en el microondas

Pero hay que tener en cuenta que la radiación electromagnética puede ser de muchos tipos. Por ejemplo, una forma de radiación es la luz visible, es decir, la que nos permite ver todo lo que nos rodea. 

También hay otras formas de radiación, como las ondas de radio, las microondas, la radiación infrarroja, la ultravioleta… Así, el espectro electromagnético se ordena según la longitud de onda de la radiación (que es la distancia entre dos picos consecutivos de la onda) y también en función de la frecuencia (que se relaciona inversamente con la longitud de onda).

longitudes de onda de radiación
Imagen: Crates. Original version in English by Inductiveload, Public domain, via Wikimedia Commons

No todas las radiaciones son iguales

Las radiaciones que tienen bajas frecuencias, como las microondas, son poco energéticas, así que no son capaces de arrancar electrones de los átomos o de las moléculas. Es decir, son radiaciones no ionizantes y no son capaces de dañar nuestro ADN. Así que podemos calentar alimentos en el microondas sin preocupación. 

Por otra parte, con las radiaciones que tienen altas frecuencias ocurre lo contrario: son ionizantes y capaces de dañar nuestro ADN, así que debemos tomar precauciones para protegerse de ellas. Por eso se recomienda poner protector solar cuando nos exponemos al sol, para que así la luz ultravioleta no nos provoque daños. Y lo mismo ocurre con otras radiaciones ionizantes, como los rayos gamma (que son los que emiten los materiales radiactivos como el uranio) o los rayos X. Por eso se toman precauciones cuando se hacen radiografías

Ahora bien, esto no significa que vayamos a desarrollar cáncer por estar una hora al sol sin protector solar o por hacernos una radiografía. Entre otras cosas porque hay que tener en cuenta la exposición. 

Plátanos radiactivos

La radiación suele sonarnos a algo artificial, procedente de alguna invención desarrollada por el ser humano. Pero hay muchas fuentes de radiación naturales, de modo que estamos expuestos continuamente a ella; por ejemplo, a partir de los rayos cósmicos y la luz solar, del gas radón presente en rocas como el granito o incluso de los propios alimentos.

Sin ir más lejos, los plátanos contienen de forma natural potasio-40, un isótopo radiactivo natural del potasio. Pero eso no significa que sea perjudicial, ni mucho menos. Para hacernos una idea, tendríamos que comer cien plátanos de una sentada para exponernos a una cantidad de radiación equivalente a la de una radiografía dental. 

El escáner de los aeropuertos

Volviendo al tema de partida, los escáneres de rayos X de aeropuertos o estaciones de tren, emiten bajas dosis de radiación ionizante, inferiores a las de una radiografía. Pero es que, además, no hablamos de exponernos directamente, sino de lo que ocurre cuando se pasa comida por esos escáneres. 

control de seguridad rayos x
Imagen: vm / iStock

En esos casos, la radiación no tiene ningún efecto sobre los alimentos. Es decir, no cambia su composición, ni sus características, ni deja radiación sobre ellos, así que los podemos consumir sin preocupación.

Detectores de rayos X en la industria

En el caso de los detectores de rayos X que se utilizan en la industria alimentaria podemos decir lo mismo: no suponen ningún riesgo para la salud.

De hecho, se usan precisamente para conseguir un mayor nivel de seguridad, ya que permiten detectar la presencia de ciertos contaminantes que, de otro modo, serían muy difíciles de percibir: vidrio, cerámica, piedras, fragmentos de hueso, caucho, PVC, metales… Incluso aunque se encuentren en fragmentos muy pequeños (hasta 0,3 mm). 

Además, con los aparatos de rayos X se pueden comprobar otros atributos relacionados con el producto; por ejemplo, si en una caja de bombones falta alguna unidad, si hay alguno roto, etc.

Irradiación de alimentos

La radiación ionizante también se utiliza en la industria alimentaria para aplicar procesos de irradiación. Pero esto ya es muy diferente a lo que acabamos de hablar. 

En este tipo de proceso se usan dosis relativamente altas de radiaciones ionizantes que pueden ser de distinto tipo (rayos gamma, rayos X o electrones acelerados). De este modo se pueden eliminar microorganismos indeseables (bacterias, hongos) o insectos, y así prolongar la vida útil del alimento sin necesidad de aplicar tratamientos por calor que alterarían sus características organolépticas (aroma, sabor, etc.). 

Los alimentos sometidos a un proceso de irradiación son seguros para la salud (el proceso no hace que los alimentos sean “radiactivos”). Además, en caso de aplicarse, debe indicarse claramente en el envase mediante las menciones siguientes: “irradiado” o “tratado con radiación ionizante”.

En cualquier caso, en la Unión Europea solo está permitido para hierbas aromáticas, especias y condimentos vegetales (secos). Y es algo que apenas se hace, debido al elevado coste de las instalaciones y a lo complejo del proceso (por los requerimientos de seguridad que se deben aplicar).

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