La infección del ‘Aurora’

El agente implicado en el brote infeccioso aparecido en el crucero Aurora es un virus entérico tipo Norwalk
Por José Juan Rodríguez Jerez 4 de noviembre de 2003

La aparición de un brote epidémico en el crucero Aurora, de periplo por el Mediterráneo con 1900 pasajeros a bordo y cerca de medio millar de afectados por virus entéricos del grupo Norwalk, no representa en absoluto un fenómeno aislado. Al contrario, se trata de un tipo de infección con alta incidencia en el mundo y cierta frecuencia en embarcaciones de gran tamaño.

Los brotes de enfermedades producidas por virus entéricos tras el consumo de alimentos contaminados constituyen un peligro importante para la salud pública a nivel mundial. Los virus del grupo Norwalk, por su elevada incidencia, son los que más atención están recibiendo, especialmente en los cruceros. De hecho, en los últimos dos años se han descrito brotes asociados a los viajes en barcos de recreo, siendo en todos los casos embarcaciones de gran tamaño. El caso del Aurora, pues, no es una excepción.

Los primeros brotes de gran tamaño se relacionaron con cruceros caribeños que con origen en Estados Unidos realizaban travesías durante varias semanas. En todos los casos el perfil era casi idéntico. Tras unos días de travesía comenzaban a aparecer viajeros afectados. Una vez estas personas contraían la infección, ésta se distribuía a una parte muy importante del pasaje, gracias a una elevada tasa de ataque, con lo que una parte muy significativa de pasajeros terminaba viéndose afectada.

Este mismo caso tipo se está dando actualmente en el buque Aurora que, en su periplo por el Mediterráneo, ha comunicado la aparición de un brote infeccioso que ha afectado a varios cientos de personas (cerca del medio millar sobre un total de 1900 pasajeros). Con el paso de los días, la incidencia ha disminuido con un número no superior a 30 personas en un estado agudo de infección.

El origen del brote todavía no se ha oficializado, aunque en algunos círculos se ha señalado que podría haberse iniciado tras haber embarcado un pasajero contaminado en el puerto de Southampton, en el Reino Unido. Sin embargo, dadas las características de la infección y del agente implicado, la causa primera muy probablemente será de tipo alimentario, siendo la generalización de la infección un fenómeno debido a contaminaciones cruzadas.

Virus e infección

Los alimentos crudos o poco cocinados son los principales vehículos de transmisión de las gastroenteritis víricas

Los virus son agentes submicroscópicos relativamente simples desde el punto de vista biológico que, salvo excepciones, sólo pueden ser visualizados mediante microscopía electrónica. Se multiplican en las células vivas de humanos, animales, plantas o bacterias, siendo cada virus muy específico con respecto al tipo de células que puede invadir. Así, la mayoría de los virus que normalmente infectan al ser humano no pueden infectar otras especies animales, aunque no son raros los casos de saltos entre especies debido a la facilidad que muestran para mutar. Las mutaciones facilitan su adaptación al medio y dificultan su eliminación.

El consumo de alimentos contaminados es una importante ruta de transmisión de algunos virus. Por este motivo, no puede descartarse que el inicio de una infección como la comunicada por el crucero Aurora sea debida a alimentos consumidos en el propio barco o en los puertos donde haya realizado atraques intermedios.

Normalmente, los alimentos se contaminan por individuos que actúan como portadores asintomáticos, siempre por unas malas prácticas higiénicas que implican una contaminación a partir de materia fecal. Además, los alimentos se han de consumir crudos o insuficientemente cocinados, ya que estos virus son sensibles a las temperaturas de cocinado. Por ello, normalmente los moluscos consumidos crudos son el principal grupo de alimentos implicados, aunque se han dado casos por el consumo de ensaladas o frutas. En cualquier caso, los virus no se multiplican en los alimentos. Éstos son un simple vehículo pasivo de transmisión.

Por norma general, el número de partículas virales presentes en los alimentos contaminados es bajo, pero los moluscos bivalvos, que se alimentan por filtración del agua en que viven, pueden acumular una gran cantidad de los virus presentes en el medio de cultivo. De ahí que haya que prestar especial atención a su consumo.

Los virus Norwalk

La gastroenteritis viral se describió por primera vez hace más de 50 años en el sur de Estados Unidos. Se denominó «enfermedad de vómito invernal», lo que reflejaba la principal sintomatología y su estacionalidad. Unos cuarenta años más tarde se detectó el agente viral que producía dicho síndrome, acuñándose el nombre de virus de Norwalk (la localidad donde había ocurrido el brote epidémico) para este agente etiológico. Posteriormente, el síndrome pasaría a denominarse como «gastroenteritis epidémica no bacteriana». Actualmente se conoce que no es un único virus, sino una gran variedad de partículas con una misma acción patogénica. Por este motivo se prefiere denominarlos como NLV o Norwalk Like Viruses (virus tipo Norwalk).

Los síntomas asociados a la gastroenteritis producida por los virus del género NLV son vómitos, diarrea acuosa no sanguinolenta, dolor abdominal, fiebre y náuseas, con un período de incubación de entre uno y cuatro días. Generalmente, la recuperación es completa y sin complicaciones tras ese período. Las muertes asociadas a infecciones por NLV son infrecuentes, aunque hay casos descritos en ancianos. NLV afecta tanto a niños como a adultos y están considerados como la causa principal de gastroenteritis viral en el mundo.

Con respecto a las infecciones o brotes epidémicos asociados al consumo de alimentos, se estima que el grupo NLV está implicado en más del 65% de los casos, de los cuales una parte importante se debe al consumo de moluscos crudos o poco cocinados. Sin embargo, hay casos descritos de otros alimentos implicados en brotes de gastroenteritis producida por NLV como frutas y vegetales, emparedados, ensaladas o incluso agua.

Prevención y control

La prevención de este tipo de brotes infecciosos debe basarse en un control previo de los alimentos que se van a consumir crudos, garantizando la ausencia de carga viral. Al mismo tiempo, hay que extremar el control del personal del barco, para conocer si son portadores o no. Estas medidas se han de acompañar de una generalización de la higienización de superficies, tejidos y ropas.

Las medidas adoptadas en el barco se han de acompañar de una sensibilización de todo el personal e incluso del pasaje. La norma básica es tener especial cuidado con los alimentos que vayan a consumir fuera de la embarcación, especialmente los alimentos crudos, puesto que es una de las vías de entrada del virus.

Cuando el problema se ha instaurado, el tratamiento es nosmalmente de tipo sintomático, puesto que el problema suele solucionarse sin secuelas. Por ello, cualquier país con una cierta infraestructura sanitaria puede abordar una infección de estas características.

VIRUS Y VACACIONES

ImgLos virus de tipo Norwalk o NLV raramente ocasionan efectos ni secuelas graves en los pacientes afectados, a no ser que se trate de personas susceptibles por motivo de edad o por tener una enfermedad grave que pueda empeorar debido a la infección. Además, su tratamiento no entraña dificultades técnicas especiales.

El origen de los brotes infecciosos se encuentra en buena parte de los casos en alimentos contaminados. Cuando el virus llega a los alimentos, éstos actúan como diseminadores del agente infeccioso, pero raramente de forma explosiva. Dado que la infección la pueden producir un bajo número de virus, son las posteriores contaminaciones cruzadas y recontaminaciones las que provocan que cada vez haya más personas afectadas hasta que se da un brote generalizado a una gran cantidad de personas.

Desde la aparición de los primeros casos, la contaminación a partir de la materia fecal de los afectados es muy importante. Puesto que la infección provoca diarrea líquida y normalmente muy abundante, la posibilidad de que queden restos en manos o piel de los afectados es extraordinariamente alta. Los afectados suelen presentar elevadas concentraciones de partículas víricas que pueden pasar a objetos o alimentos, con lo que cada vez la concentración de virus es mayor, con la consiguiente extensión del problema.

Una vez que el virus se encuentra en desagües, cañerías, suelos, superficies de trabajo o ropa, es difícil de eliminar, puesto que poseen una cierta estabilidad y resistencia a las condiciones ambientales. Si la higienización no es correcta, los brotes se pueden ir repitiendo. Especialmente, en grandes embarcaciones de recreo, donde abordar el problema una vez instaurado entraña dificultades importantes. La limpieza y la desinfección, además de precauciones en el consumo de alimentos crudos, son las únicas armas preventivas eficaces.

Bibliografía
  • Caul, E.O. (1996) Viral gastroenteritis: small round structured viruses, caliciviruses and astroviruses. Part II. The epidemiological perspective. Journal of Clinical Pathology 49: 959-964.
  • Lees, D.N. (2000) Viruses and bivalve shellfish. International Journal of Food Microbiology 59: 81-116.
  • Romalde, J.L., I. Torrado, C. Ribao, & J.L. Barja. 2001. Global market: shellfish imports as source of re-emerging hepatitis A virus in Spain. International Microbiology 4: 223-226.
Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube