Las organizaciones agrícolas del G-8 defienden que hay que asegurar el suministro de alimentos

También apuestan por la creación de un carné de identidad internacional alimentario que evite emergencias sanitarias
Por EROSKI Consumer 20 de marzo de 2009

Asegurar un suministro de alimentos que evite nuevas carestías y crear un carné de identidad internacional alimentario que evite emergencias sanitarias como la de la leche adulterada con melamina son dos de las prioridades dadas a conocer ayer por las organizaciones agrícolas de los países del G-8.

Algunas de las propuestas que se hicieron durante el encuentro «G-8 Farmers Meeting», organizado con vistas a la próxima cumbre del G-8 de Agricultura, son el establecimiento de un sistema eficaz de seguimiento de los alimentos, la aplicación de reglas más transparentes y la creación de reservas de productos agrícolas para permitir el equilibrio entre oferta y demanda. Los representantes de los agricultores de las mayores potencias económicas mundiales centraron sus conversaciones en el análisis de la seguridad alimentaria y el estado del mercado de alimentos y del hambre en el mundo ante la crisis económica actual.

Los participantes firmaron un documento conjunto que será llevado a la próxima cumbre del G-8 de Agricultura, que se llevará a cabo en abril, y que también estará presente en la de jefes de Estado y de Gobierno del próximo julio en la isla de la Magdalena (oeste de Italia). En ese documento, las asociaciones apuestan por fomentar la confianza entre las empresas y los consumidores, mediante la creación de estándares internacionales de seguridad, tras un 2008 que, según la asociación de agricultores italiana Coldiretti, organizadora de esta cumbre, fue récord en escándalos alimentarios.

La agricultura como sector estratégico

Además de seguridad en los alimentos, en la reunión de expertos agrícolas se habló de las necesidades alimentarias a las que tendrá que hacer frente un mundo que en 2050 alcanzará los 9.000 millones de personas y que actualmente atraviesa una mala coyuntura económica. «La actual crisis económica mundial hace necesario devolver a la agricultura su papel de sector estratégico en las políticas económicas y de desarrollo», señala el documento de la reunión. «Para tal propósito, se hace necesario intensificar el intercambio de informaciones sobre la situación económica actual y realizar políticas a corto y largo plazo para poner remedio a la actual emergencia alimentaria y estimular las inversiones en la agricultura en interés de toda la comunidad internacional», añade.

«Debe favorecerse una actuación gradual en el debate sobre la liberalización de los intercambios internacionales que tenga en cuenta las diferencias socio-económicas y ambientales de las diferentes realidades y la necesidad de garantizar la coexistencia de distintos modelos de agricultura en todo el mundo», dice el texto final de la reunión. «Los productos agrícolas pertenecen a un aspecto fundamental del género humano como es la alimentación y no pueden ser tratados como todas las demás materias primas, por eso, el aumento de la productividad agrícola y la competitividad de las empresas agrícolas deben ser aspectos fundamentales de las políticas de desarrollo».

Ese aumento de la productividad agrícola debe ir acompañado del interés por la preservación de la biodiversidad, habida cuenta del importante papel que desempeña la agricultura para atenuar los efectos del cambio climático, según las organizaciones agrícolas del G-8, que subrayan además «la necesidad de promover la utilización de energías renovables, para un desarrollo real y sostenible de la economía global».

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