Un sistema de sensores de cuarzo permite detectar plaguicidas de forma rápida y sencilla

La nueva técnica se puede aplicar para hallar residuos en zumos de frutas, hortalizas y aguas
Por EROSKI Consumer 27 de julio de 2009

Unos pequeños sensores piezoeléctricos desarrollados por investigadores del Departamento de Ingeniería Electrónica de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) permiten detectar en laboratorio residuos de pesticidas y metabolitos en zumos de frutas y hortalizas, así como en aguas. Este sistema, patentado por la UPV, incluye resonadores de cuarzo, concretamente del mismo tipo de cuarzo del utilizado en los osciladores convencionales de los relojes.

Frente a los costosos y elaborados métodos clásicos, estos dispositivos presentan como principal ventaja que posibilitan una detección de plaguicidas más rápida y sencilla. Así, se pueden hacer mediciones incluso en campo sin necesidad de contar para ello con personal cualificado y, además, con un coste muy inferior al de las técnicas de análisis por cromatografía líquida convencionales.

«Hemos desarrollado una serie de sensores cuya superficie está preparada para detectar un determinado antígeno. El proceso consiste en filtrar el zumo que queremos analizar. Posteriormente, una determinada cantidad se hace pasar en disolución a través del sensor. A partir de una pequeña muestra, el sensor piezoeléctrico es capaz de detectar si existe o no el antígeno», explicó uno de los científicos, Antonio Arnau.

La UPV indicó que cada ciclo completo de ensayo-detección tarda alrededor de 20 minutos. Los dispositivos son altamente sensibles, incluso hasta 100 veces más que otros biosensores similares que no se basan en inmunoensayos. Asimismo, además de ofrecer una respuesta en muy poco tiempo, son reutilizables. De hecho, según apuntan los investigadores de la UPV, pueden hacerse hasta 150 ensayos sin que se perciba una pérdida significativa de sensibilidad, manteniendo por tanto todas sus prestaciones.

Las empresas farmacéuticas y los laboratorios de análisis serían los principales destinatarios de esta nueva técnica, aunque también los usuarios especialmente expuestos a distintos problemas de contaminación podrían estar interesados en el sistema, detalló Arnau. «Las aplicaciones de los sensores piezoeléctricos no sólo se reducen a la detección de pesticidas, sino que pueden emplearse para caracterizar multitud de procesos bioquímicos, por lo que se están utilizando cada vez más en el campo de la biotecnología. Pronto dispondremos de sistemas completos comerciales para muchas de estas aplicaciones», apuntó.

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