Un sistema desarrollado por la empresa Inkoa Sistemas, Ingeniería y consultoría especializada en el sector agroalimentario, permite predecir y diagnosticar enfermedades en el sector agrícola, concretamente para su aplicación al sector vitivinícola.
El sistema simula el razonamiento humano y permite el diagnóstico y predicción de enfermedades, plagas y carencias nutricionales de los cultivos. El sistema informático incorpora módulos de consulta para el diagnóstico de enfermedades y la generación de alertas y aviso a través de Internet o del móvil, que permiten a los agricultores conocer con antelación posibles riesgos y actuar adecuadamente.
El proyecto consiste en el desarrollo de un sistema que capta las variables climáticas y las envían por comunicaciones remotas a un servidor que permite el tratamiento y monitorización de los datos en Internet en tiempo real. Los datos climáticos son tratados mediante modelos matemáticos de predicción, permitiendo la generación de alarmas cuando existe un riesgo potencial de enfermedad en los cultivos.
Los expertos, que han trabajado en colaboración con el Centro Tecnológico Tekniker, confían en que el sistema permita el autoaprendizaje, para optimizar los modelos de predicción y diagnóstico por métodos adaptativos, mejorando de forma continua a medida que se va introduciendo más información al sistema. Hasta el momento, la implantación se ha realizado en colaboración con Bodegas Itsasmendi, destinadas al cultivo de Txakoli.
En esta aplicación se pretende evaluar la incidencia de las variables que condicionan el desarrollo y evolución de tres enfermedades habituales de la vid: Mildiu, Oidio y Botritis, para posteriormente emplear este sistema en el estudio de otro tipo de cultivos, plagas y enfermedades. Solo el Mildiu puede provocar pérdidas de hasta el 50% de la cosecha. El caso más reciente se encuentra en Huelva donde, según los datos de mayo de este año, ya se ha perdido el 25% de la cosecha. Si a esto se añade el coste medio de productos para el tratamiento, que asciende aproximadamente a 650€/año por hectárea, sin tener en cuenta la mano de obra, ni otros consumibles, la reducción de 2 a 3 tratamientos, reducción objetivo del proyecto, ya supone un ahorro considerable.
Mediante este sistema se conseguirá minimizar la utilización de compuestos químicos, eliminando tratamientos innecesarios, siendo éstos exclusivamente realizados cuando se den las condiciones para el desarrollo de la enfermedad, aplicándose el producto más adecuado en cada caso, orientando así la gestión hacia la producción integrada, aseguran los expertos. A su vez, se aumenta el conocimiento de los agricultores en el diagnóstico y tratamiento de los cultivos. Este sistema no solo aportará ventajas medioambientales y económicas al sector agroalimentario, sino que, además, facilitará la obtención de productos de calidad y la implantación de las tecnologías de la información en el sector agrícola.