Trucos para elegir (y conservar) bien una dorada

Consejos prácticos para mantener las cualidades de este pescado y garantizar un consumo seguro
Por EROSKI Consumer 28 de octubre de 2018

La dorada es un pescado muy saludable, asequible y rico en nutrientes beneficiosos para la salud. Pero, para incluirlo en la dieta y poder disfrutarlo, primero es necesario aprender a elegirlo en la pescadería, limpiarlo bien en casa y conservarlo de manera adecuada. De ese modo, mantendremos su textura y sabor y, más importante todavía, cuidaremos la seguridad alimentaria. Tome nota de los siguientes consejos.

1. Comprar bien…

En la pescadería, los detalles dan mucha información. Hay que fijarse en lo siguiente:

  • 1. Que la dorada esté expuesta sobre una superficie inclinada con hielo picado y que este se renueve de forma periódica. El pez debe conservarse a bajas temperaturas para evitar el crecimiento bacteriano.
  • 2. Que su carne tenga una consistencia firme; que las agallas (o branquias) sean rojas; que sus ojos estén brillantes y no hundidos; y que mantenga olor marino poco pronunciado.
  • 3. Lo conveniente es comprarla al final del recorrido. De este modo se conservará en las mejores condiciones.

2. Limpiarla con esmero…

Si hemos adquirido una pieza completa y sin limpiar, conviene eviscerarla y limpiarla.

  • 1. Con las tijeras se cortan las aletas (pectoral, dorsal, ventral y anal). Cuidado con las dorsales porque, si es una pieza grande, estarán duras. Es importante que no queden restos para evitar bacterias.
  • 2. Con el cuchillo de hoja flexible, basta un movimiento hacia arriba para retirar las escamas. Hay que sujetar fuerte la cola del pez y, poco a poco, se van quitando en sentido ascendente hacia la cabeza. Al terminar, hay que limpiar bien el pescado con agua fría.
  • 3. Extraer las vísceras. Una opción es hacerlo a través de las branquias, detrás de la cabeza. Se cortan con las tijeras, se tira de ellas y se desechan. Se sujeta el pescado con el vientre hacia arriba y se hace una pequeña incisión para separar bien las tripas del cuerpo. Conviene ayudarse con las tijeras. Se introducen los dedos por el hueco de las agallas y se tira de las tripas. No hay que olvidar enjuagar bien la dorada con agua fría después de llevar a cabo esta operación.

3. Conservarla mejor

  • Para consumir en el día o al día siguiente, se debe colocar en la parte más fría del frigorífico. El tiempo que esté en la nevera no debe superar las 48 horas después de su compra. Y resulta recomendable aislarla del resto de alimentos para que no les traspase su olor.
  • Para comerla más adelante. Al guardar la pieza en el congelador, se conseguirá mantener su sabor y todas sus propiedades nutritivas en muy buenas condiciones durante unos cuatro o cinco meses.