Amnistía Internacional critica la celebración de San Valentín frente al sufrimiento del Tercer Mundo

Afirma que las ganancias procedentes de la venta de diamantes han financiado guerras civiles en las que se violan los Derechos Humanos
Por EROSKI Consumer 14 de febrero de 2002

Amnistía Internacional (AI) afirmó ayer, con motivo de la celebración hoy del Día de San Valentín, que «para muchas personas los diamantes no simbolizan el amor, sino el conflicto, la miseria y la pobreza», según un comunicado de la organización, en el que denuncia que las ganancias producidas por la venta de estas piedras preciosas han financiado guerras civiles en las que se violan los Derechos Humanos en países como Angola, la República Democrática del Congo (RDC) y Sierra Leona.

«En numerosos países, el Día de San Valentín se sigue celebrando regalando un diamante a un ser querido, sin que aún exista forma de conocer la procedencia de estas piedras preciosas y si han contribuido al abuso contra los Derechos Humanos», afirmó ayer Amnistía Internacional.

En países como los citados, según AI, las ganancias procedentes de la venta de diamantes han financiado guerras civiles en «las que se han cometido terribles abusos contra los Derechos Humanos». «Es absolutamente necesario ejercer con carácter urgente un control internacional transparente y eficaz sobre el comercio de diamantes, que permita romper la relación existente entre los diamantes, las transferencias de armas y los abusos contra los Derechos Humanos», subraya la organización.

Boletín

Amnistía forma parte de una coalición internacional de ocho organizaciones no gubernamentales (ONG) que han elaborado un «boletín de calificaciones» donde se revisan los avances del llamado «Proceso Kimberley», cuyo objetivo es elaborar propuestas para un sistema de certificación internacional de los diamantes. En este «boletín» se expresa satisfacción por los progresos que se han realizado en algunas áreas, pero también se demuestra que son necesarios muchos más esfuerzos para garantizar que el sistema acordado resulta transparente y eficaz.

En el mes de marzo, los gobiernos debatirán los pormenores del sistema de certificación en la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebrará en Nueva York y en una reunión del «Proceso Kimberley» en Ottawa (Canadá), con el fin de acordar un sistema de certificación que se pondrá en práctica a lo largo de este año.

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