Entrevista

Ángel Gonzalo. Portavoz de Amnistía Internacional en España

Cada minuto muere una persona en el mundo víctima del tráfico ilegal de armas
Por Miren Rodríguez, Iñigo Marauri 7 de diciembre de 2005
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Imagen: CC Babsi Jones

El representante de Amnistía Internacional en España, Ángel Gonzalo (Madrid, 1970), contactó por primera vez con esta organización mundial en 2001, a través de una campaña en Internet contra la pena de muerte. Desde ese momento su labor, como periodista y portavoz de Amnistía Internacional, ha sido trabajar por la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo donde se vulneren, ya sea a través de comisiones de investigación contra la crisis migratoria, de campañas en contra de la pena de muerte y mediante la exigencia de que se cree un tratado internacional y una ley nacional que ofrezca transparencia y visibilidad de lo que ocurre en ese mercado. “Pedimos que no se vendan armas a países en los que hay graves crisis de derechos humanos”.

¿Con qué propósito nace Amnistía Internacional en el año 1961 y cuáles son sus objetivos más inmediatos?

Amnistía Internacional nace como una organización mundial de personas que luchan por personas; el objetivo es defender los derechos humanos en cualquier parte del mundo que sean vulnerados. El artículo fundacional de la organización: “Appeal for Amnesty” apareció publicado en el diario “The Observer” y allí el abogado británico, Peter Benenson, pedía la libertad de dos estudiantes portugueses encarcelados en Portugal por hacer un brindis por la libertad. Hoy en día seguimos peleando por los mismos derechos, ya que sobre todo desde los atentados del 11 de septiembre estamos asistiendo a un retroceso en la defensa de los mismos. Prácticas como la tortura y los malos tratos, sobre los que existía un acuerdo de oposición, vuelven a estar de actualidad por la actuación de fuerzas gubernamentales tan poderosas como las de Estados Unidos o Rusia. Las campañas más importantes en estos momentos están enfocadas a sofocar la violencia contra las mujeres, controlar el tráfico de armas y erradicar la tortura en el mundo.

¿En cuántos países se encuentra Amnistía Internacional? ¿Cómo se coordinan entre todos?

Tenemos presencia en más de 150 países y estamos coordinados a través del Secretariado Internacional de la organización, con sede en Londres. Internet ha facilitado nuestras comunicaciones y nuestras respuestas ante los abusos. Además, ha logrado que seamos capaces de reaccionar en 48 horas ante cualquier violación de derechos humanos que detectemos en cualquier lugar del mundo. Somos casi dos millones de miembros en todo el planeta. Es una organización democrática, independiente ideológicamente y económicamente. No aceptamos subvenciones de gobiernos.

¿De qué manera trabajan desde esta organización para combatir la crisis migratoria actual?

Acabamos de realizar una misión de investigación en Ceuta y Melilla, y el Norte de Marruecos para denunciar que tanto España como Marruecos incumplen leyes internacionales en cuanto al trato que dispensan a ciudadanos extranjeros. Hemos denunciado malos tratos, uso excesivo de la fuerza y hemos pedido una investigación de las muertes producidas, al menos 11, en el entorno de las vallas de Ceuta y Melilla. Estamos procurando que se reconozcan y se garanticen los derechos de estas personas. Reconocemos, igualmente, el derecho de los estados a regular la inmigración, pero siempre con arreglo a la normativa internacional; que en este caso han firmado y ratificado España y Marruecos. El trabajo sobre inmigración es una de nuestras prioridades ahora mismo como Sección Española.

El trabajo sobre inmigración es una de nuestras prioridades ahora mismo como Sección Española

¿Qué se puede hacer contra la pena de muerte si ese castigo está presente en el país más desarrollado del mundo como es EEUU?

Seguir luchando y trabajando para erradicarla. Amnistía Internacional ha detectado una tendencia a la “baja” en cuanto a los países que la aplican, pero todavía hay más de 3.000 ejecuciones cada año; o al menos esos son los datos oficiales, porque tenemos noticias de que podría haber muchas más. Estados Unidos en tanto que país más poderoso es un símbolo; si este país legitima la pena de muerte, muchos otros la justifican argumentando que en EE.UU. la utilizan. No hay ningún estudio serio que pueda concluir que la pena de muerte disminuye el número de crímenes; y, además, se trata de algo atroz, denigrante e inhumano. Deberíamos desterrarla de nuestras sociedades porque no arregla nada… es más, estropea.

¿Están realizando alguna campaña específica para luchar contra la sentencia a morir impuesta en Filipinas al español Paco Larrañaga?

Desde que conocimos el caso de Paco Larrañaga pusimos en marcha una campaña de recogida de firmas para pedir que se le conmutara la pena. El pasado 10 de octubre entregamos más de 100.000 en la embajada de Filipinas en Madrid. Hoy seguimos esta campaña, a pesar del anuncio hecho por la presidenta filipina -vía gobierno español- de que esta sentencia no se ejecutará. Queremos un juicio justo para Paco Larrañaga, ya que existen serios indicios de que no lo ha tenido.

¿Qué medidas deberían tomar los países más pobres para garantizar una mayor protección de los derechos humanos?

No existen fórmulas mágicas, pero sí existen el derecho internacional y el derecho internacional humanitario, así como Naciones Unidas, que publica a menudo informes de cómo combatir los abusos contra los derechos humanos.

¿Y los más ricos?

Exactamente lo mismo. Contribuir a que se aplique el derecho internacional y las recomendaciones de Naciones Unidas.

El año pasado Amnistía Internacional, junto con Intermón Oxfan y Greenpeace, denunció que España violaba el Código de Conducta de la UE en el 40% de los destinos de exportaciones de armas. Este año incluso le han dado un calendario al Presidente del Gobierno donde se podía leer: ‘un año después 500.000 muertos más’. ¿Qué alternativas tienen estos estados para dar empleo a las personas que trabajan en la industria de las armas?

Eso es algo que compete a los estados. La legislación internacional existe para ser cumplida y con ella ganamos todos. Un estado moderno debe disponer de los mecanismos adecuados para enfrentarse a situaciones como ésta. Vender armas no es ilegal en todos los casos y nuestra organización no se opone a ello. Queremos un tratado internacional y una ley nacional que ofrezca transparencia y visibilidad de lo que ocurre en ese mercado. Amnistía Internacional pide que no se vendan armas a países en los que hay graves crisis de derechos humanos y pide, igualmente al estado español, que garantice que esas armas vendidas no van a utilizarse para cometer violaciones de derechos humanos. En otros sectores del mercado, como en el del vino, cuando uno compra una botella, conoce la denominación de origen, dónde se ha producido y dónde se va a comercializar. En el comercio de armas no sabemos prácticamente nada… y sus efectos son tan perjudiciales como que cada minuto muere una persona en el mundo, víctima de este tráfico ilegal.

Otra de las causas por las que Amnistía Internacional lleva luchando muchos años es la tortura. ¿Han servido de algo las protestas que durante tantos años llevan realizando?

Han servido para que la opinión pública conozca que este castigo es inhumano, degradante y que desprestigia a quien la inflinge, además del daño que provoca en la víctima. Algunas de ellas no se recuperan nunca de lo padecido. Practicar la tortura es ilegal bajo la normativa internacional y habíamos conseguido desterrarla prácticamente hasta los atentados del 11 de septiembre donde Estados Unidos, con la connivencia de sus aliados en el Reino Unido, le dio legitimidad. ¿No han servido los ejemplos de torturas y malos tratos tan devastadores que arrojaron los gobiernos militares de América Latina, por ejemplo, para que sepamos que este castigo es realmente cruel y denigra a la persona? Vamos a luchar por acabar con esta horrible práctica y tenemos a millones de personas en todo el mundo que nos apoyan en esta lucha.

¿Cuál es el presupuesto anual?

Durante 2004, el crecimiento en socios y donaciones proporcionó a la Sección española de Amnistía Internacional unos ingresos superiores a los 3,16 millones de euros, lo que nos ha permitido dar un fuerte impulso a nuestro trabajo por la defensa de los derechos humanos en todo el mundo.

¿Cómo se financian? ¿De qué manera se gestiona el dinero?

Amnistía Internacional se financia en un 87% de las aportaciones y cuotas de sus socios. Las cuentas de nuestra organización son auditadas por ATD (Auditores Sector Público, S.L.) y registradas en el Registro Nacional de Asociaciones.

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