Compra responsable: una práctica para el cambio social y medioambiental

Cuando asumimos que las personas también creamos el mundo que habitamos, nos hacemos conscientes del poder que tenemos para cambiarlo a través de nuestros actos cotidianos
Por Alboan 11 de diciembre de 2023
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Nuestras decisiones diarias relacionadas con lo que comemos, la manera de desplazarnos, el uso que hacemos del agua, de la energía eléctrica, del dinero y la forma de invertirlo, el provecho que obtenemos de los bienes que usamos, el ocio que elegimos, etc. pueden acabar beneficiando o perjudicando a la sociedad y al planeta en términos sociales y ambientales.

El consumo en sí mismo no tiene por qué ser negativo, sino que es la forma en que satisfacemos nuestras necesidades y deseos lo que hace que nuestros hábitos de consumo tengan un impacto positivo o negativo en el entorno y en la vida de las personas.

Consumir no solo significa satisfacer una necesidad o deseo individual y colectivo, sino que es una forma de relacionarse con las personas y con el mundo. Al consumir estamos colaborando en todos los procesos que hacen posible el bien o servicio adquirido, seamos o no conscientes de ello, y estos procesos tienen implicaciones de carácter social, económico y medioambiental. 

La importancia de la compra responsable

En este sentido, la compra responsable es una herramienta que permite al consumidor, individual o colectivo, ejercer una práctica transformadora con su propio consumo. Una herramienta que como consumidores individuales nos invita, por ejemplo, a lo siguiente:  

  • Ajustar los consumos a las necesidades reales; preguntarnos si lo que vamos a comprar lo necesitamos o no.
  • Plantear qué tipo de comercio queremos favorecer; preguntarnos si favorecemos un comercio respetuoso con los derechos humanos. 
  • Considerar el impacto ambiental, teniendo en cuenta el conjunto del proceso del bien o servicio (producción, transformación, distribución, consumo y los residuos que genera al final de su vida). 
  • Asegurar la calidad de lo que compramos, de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.
alimentos supermercado
Imagen: Getty Images

El papel de los consumidores colectivos

Asimismo, los consumidores colectivos también podemos ejercer una compra responsable incorporando criterios sociales y ambientales en nuestros procesos de selección de empresas proveedoras y en la compra de productos, servicios y suministros.

Como agentes colectivos (empresas, instituciones educativas, administraciones públicas, organizaciones sociales, etc.), podemos contribuir al cambio social y ambiental a través de una compra que considere criterios como los siguientes, promoviendo así: 

  • Un empleo de calidad y la garantía de derechos laborales.
  • Unas relaciones equitativas entre hombres y mujeres. 
  • La inclusión sociolaboral de personas con especiales dificultades de acceso al empleo.
  • El compromiso con el territorio y la comunidad local.
  • El fomento de la economía social y la transformación económica.
  • La transparencia en la cadena de suministro y una comercialización justa.
  • Una política ambiental sostenible.
  • La reducción de emisiones contaminantes y el aumento de la eficiencia energética.
  • Una gestión sostenible de residuos.
  • Los circuitos cortos de comercialización que acercan a productores/as y consumidores/as. 

Desde esa perspectiva, y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la compra responsable contribuye al objetivo 12 promoviendo “la producción y el consumo responsables” y persiguiendo “garantizar modelos de consumo y producción sostenibles”. Como nos recuerda Naciones Unidas, “el consumo y la producción sostenibles consisten en hacer más y mejor con menos”. 

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