Día Europeo de la Igualdad Salarial

El próximo 22 de febrero se recuerda que aún hoy las diferencias de sueldos entre hombres y mujeres son una realidad en Europa, donde la brecha llega a un 16,3%
Por Esther Camuñas 19 de febrero de 2016
Img brechasalarial

El 22 de febrero se celebra el Día Europeo de la Igualdad Salarial para recordar las diferencias en los sueldos que reciben los hombres y las mujeres y que es un reflejo de la discriminación y desigualdad en el mercado laboral que afecta sobre todo a las trabajadoras. Como resultado, ellas ganan por hora un promedio del 16,3% menos que los varones. En este artículo se recogen cifras actualizadas de la Comisión Europea sobre la brecha salarial y se muestran los países europeos con mayor o menor diferencia de sueldos por sexo y otras desigualdades laborales que contribuyen al incremento de esta disparidad.

Brecha salarial injusta e injustificada

En España la brecha salarial supera en tres puntos la media europea y se sitúa en el 19,3%

Pese a que nacemos con las mismas oportunidades y además las mujeres tienen cualificaciones iguales o mejores que los hombres, el resultado es una brecha salarial media del 16,3% en la Unión Europea, lo que significa que las mujeres trabajan gratis 58 días al año, según datos de la Comisión Europea (CE). En el caso de España, esta distancia es aún mayor al superar en tres puntos esta media y situarse en el 19,3%.

La CE subraya además que Europa cuenta con normas sobre la igualdad de sueldo, pero que «los Estados miembros no las aplican de manera suficiente» y que «ha habido poco o nada de progreso en los últimos años».

Los países europeos donde la brecha es menor son Eslovenia (3,2%), Malta (5,1%), Polonia (6,4%) e Italia (7,3%), mientras los que tienen una mayor diferencia a nivel de salarios entre hombres y mujeres son Estonia (29,9%), Austria (23%), la República Checa (22,1%) y Alemania (21,6%).

Los países con mayor diferencia de salarios entre hombres y mujeres son Estonia, Austria, la República Checa y Alemania

En los últimos años, esta brecha apenas ha experimentado una leve disminución. Por si fuera poco, esa muy ligera tendencia a la baja se ha debido en esencia a la crisis económica, que ha provocado una reducción de los ingresos de los hombres, y no al aumento de los sueldos de las mujeres, así como a un mayor impacto de la recesión económica en algunos sectores con predominio masculino, como la construcción o las obras públicas. El cambio no se debe, por lo tanto, a la mejora de las condiciones salariales y laborales de las mujeres.

 

Diferencias laborales entre hombres y mujeres

Reducir las diferencias salariales implicaría variaciones significativas para corregir este desequilibrio, además de otras modificaciones laborales que tienen que ver con cambios ideológicos y roles de género.

En la actualidad, las responsabilidades familiares no se comparten por igual. En la UE las mujeres se responsabilizan mucho más que los varones de tareas no remuneradas, como el cuidado de niños y familiares o el trabajo doméstico. Los hombres dedican una media de nueve horas semanales a estas actividades, frente a las 26 horas de las féminas.

Además, son ellas las que interrumpen su vida profesional y luego no vuelven a trabajar a tiempo completo. Entre otras cosas, porque el empleo del varón es en general más estable y mejor remunerado. Según datos de la Comisión, «más de una de cada tres mujeres reduce sus horas pagadas a tiempo parcial, mientras que solo uno de cada diez hombres hace lo mismo». Como resultado, ellas ganan por hora un promedio del 16,3% menos que ellos y, por año, incluso un 31% menos, dado que es más alta la proporción de féminas que trabajan a tiempo parcial.

Las pensiones que cobran las mujeres son más bajas, un 39% menos que la media de los hombres

Si se suma el salario más bajo por hora al hecho de que las mujeres trabajan menos horas que los hombres a lo largo de la vida activa, resulta que las pensiones que cobran ellas son más bajas. Según la CE existe una diferencia media del 39% en favor de los varones. Eso revierte en que hay más mujeres que hombres que caen en la pobreza a edades avanzadas.

Como afirma Diana Plaza, de la asociación Mujeres Opañel, una entidad que da respuesta a los desequilibrios de género, «las mujeres ocupamos puestos de inferior categoría y no accedemos a puestos de dirección, nos ubicamos en sectores profesionales como los servicios socio-sanitarios o la enseñanza que tienen mayor precaridad laboral y sufrimos mayores tasas de temporalidad acumulando menos antigüedad y estabilidad dentro de las empresas».

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube