Día Mundial de la Infancia

Filipinas atrae el foco de atención tras el paso del tifón Haiyan, pero en esta jornada se recuerda a los millones de niños y niñas en situación de vulnerabilidad
Por Azucena García 20 de noviembre de 2013
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Este 20 de noviembre, Día Mundial de la Infancia, de nuevo hay pocos motivos de celebración. La crisis mantiene su empeño en impedirlo y, junto con ella, suman esfuerzos los conflictos bélicos y los desastres naturales. Se mire donde se mire, hay pequeños con necesidades sin cubrir. En esta jornada, el mundo entero dirige la mirada a Filipinas, pero no se puede desviar de Siria, de Sahel, de República Centroafricana, de India y, ni siquiera, de España. Millones de niños y niñas viven en situación de vulnerabilidad en todo el mundo y hoy es el momento de recordarlo.

Filipinas, miles de niños afectados por el tifón Haiyan

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Imagen: Jonathan Hyams/Save the Children

El Día Universal del Niño lo es de todos, sin excepción. Pero hoy muchos de ellos lo ignoran. Como en Filipinas. El paso del tifón Haiyan ha dejado miles de damnificados. Save the Children calcula que el 40% de ellos son niños, pequeños que han perdido sus hogares e, incluso, a sus familias. Por ello una de las prioridades es proveer cobijo a estos menores y evitar que sean atrapados en redes de trata de personas. «Estamos muy preocupados por la situación de los niños y las niñas más pobres y más vulnerables en algunas de las zonas más gravemente afectadas», alerta Anna Lindenfors, directora de Save the Children en Filipinas.

UNICEF asegura que una de sus prioridades es establecer espacios seguros para los niños que se encuentran solos. Se busca reagruparles con sus familias y minimizar los riesgos de tráfico de menores. Pero las necesidades en general son enormes ya que, estima, 4,6 millones de pequeños han resultado afectados por las consecuencias del «devastador tifón». «Hasta el momento, el número de desplazados alcanza los 544.600, de los que 217.800 son niños», precisa. La organización ha comenzado a entregar suministros vitales para los pequeños: agua potable, artículos de higiene, tratamientos nutricionales y medicamentos básicos.

Plan Internacional calcula que necesita 25 millones de dólares «para paliar las necesidades más urgentes». Hatai Limprayoonyong, especialista de comunicación interna de Plan Internacional en Asia, describe cómo «los niños y las niñas llevan paquetes de fideos y alimentos secos, cogen todo lo que puedan encontrar entre los escombros de las tiendas destrozadas». «Es complicado pararse a preguntar cómo se sienten cuando están sobrecargados con una situación desbordante para cualquiera», añade.

Misiones Salesianas muestra su temor a que este contexto propicie que muchos pequeños se conviertan en niños de la calle, puesto que, si bien su situación «ya era precaria y de indefensión por las condiciones de pobreza en las que vivían», tras el tifón, «han perdido lo poco que tenían y el número de huérfanos ha aumentado».

Mientras, Acción contra el Hambre pondrá en marcha «baby tents» «para recuperar y salvaguardar la lactancia». Estas son «tiendas de campaña o espacios reservados exclusivamente para madres y bebés en periodo de lactancia», detalla la organización, donde el personal presta apoyo para superar el estrés postraumático e incentivar entre las mujeres la recuperación de la capacidad de amamantar. De este modo se combate la desnutrición aguda entre los niños menores de dos años, puesto que la interrupción brusca de la capacidad de dar leche «puede tener consecuencias nefastas en la salud y estado nutricional» de los pequeños.

Siria, dos años de conflicto y miles de niños desplazados

La atención es intermitente, pero la destrucción, constante. Miles de niños sirios viven desde hace dos años en medio de un conflicto que ha provocado dos millones de desplazados en países vecinos y más de 4,5 millones en el propio país, de acuerdo a las estimaciones de ACNUR. En Líbano y en Turquía, la Agencia de la ONU para los Refugiados ayuda a que los pequeños accedan a la educación. Amnistía Internacional ha denunciado que solo la mitad de los menores en edad escolar de Za’atri, el campo de refugiados más grande de Jordania, están inscritos para asistir a servicios de educación formal. «Varios niños, algunos de tan solo 12 años, traban para ayudar a sus familias y no asisten a la escuela», detalla. «La crisis está lejos de solucionarse y se necesita más apoyo», apunta ACNUR.

Algunos niños trabajan en los campos de refugiados para ayudar a sus familias y las niñas «viven con miedo a la violencia sexual y al acoso»

El director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Philip Luther, ha asegurado que los países vecinos «están negando la admisión a decenas de personas procedentes de Siria, incluidas familias con niños pequeños que buscan refugio frente a los combates». Afirma que, según algunas familias, «los funcionarios de fronteras jordanos les obligan a darse la vuelta», incluso tras meses de espera, y alerta de agua contaminada, altos niveles de criminalidad y escasa seguridad en Za’atri, donde las mujeres y las niñas «viven con miedo a la violencia sexual y al acoso». «Otras dijeron que se les habían acercado hombres jordanos en busca de novias», agrega, abocadas a matrimonios a veces temporales que pueden suponer riesgo de explotación.

Save the Children alertó a finales de septiembre de que «la falta de acceso a comida, los precios desorbitados y la caída de la producción de alimentos ha puesto en peligro de desnutrición a los niños y niñas de Siria». UNICEF ha advertido de que casi dos millones entre 6 y 15 años han abandonado el colegio debido a los desplazamientos y a la violencia, mientras cuatro millones «sufren las consecuencias de los enfrentamientos y la falta de acceso a servicios básicos de salud, educación y protección».

Sahel, elevada tasa de desnutrición infantil

La emergencia en Sahel fue prioridad en 2010, ¿pero qué se sabe de esta zona ahora? La crisis alimentaria que afectó a 10 millones de personas, la sequía y las posteriores inundaciones dificultan aún unas condiciones de vida adecuadas para la población. Oxfam Intermón señala que la cosecha actual no permite cubrir más de dos meses de consumo y que «es ahora cuando se hace más necesario reforzar las capacidades de las comunidades para superar la situación ante futuros estragos climáticos». La tasa de malnutrición aguda global en Chad y Níger supera el 16% y en las zonas más deprimidas, el 20%. Acción Contra el Hambre pide que la ayuda no se demore, ya que un millón de niños podrían sufrir graves consecuencias por desnutrición aguda en Níger, Mauritania, Malí, Chad y Burkina Faso.

En esta zona, World Vision recupera historias contadas por algunos de los pequeños, acostumbrados a lluvias abundantes «que arrasan las casas» donde viven. Sin embargo, subraya, «la vida en el Sahel no es rutinaria, pero tampoco es excepcional». «Los niños no juegan con sus muñecos ni ven la televisión, pero se divierten como tal», explica. Ellos mismos lo cuentan a través de la campaña «Quiero ser Mayor», apoyada en vídeos donde pequeños de Malí, Bolivia, Zimbabue o Ghana narran sus sueños y cómo ven su futuro.

República Centroafricana, niños desplazados y soldados

La República Centroafricana ha alcanzado niveles de violencia sin precedentes. Las personas desplazadas se cuentan por miles, «con un escaso o nulo acceso a lugares de refugio, sin ningún tipo de servicios sanitarios y prácticamente sin alimentos ni agua potable», describe Médicos Sin Fronteras. La cirujana Erna Rijinierse asegura haber atendido numerosas lesiones causadas por armas de fuego o por machetes y que «muchas de las víctimas eran mujeres y niños». Unos 9.000 menores han sido vacunados contra el sarampión y la polio en Gadzi.

En el país, Juan José Aguirre, obispo de Bangassolu, reconoce que algunos niños «se hacen pasar por comandantes cuando hace cuatro meses eran aprendices de pinchazos o simples muchachos de la calle». Afirma que estos pequeños van «armados hasta los dientes», con los pechos «cruzados por hileras interminables de balas calibre 12», mientras «buscan con esmero algo que llevarse a la boca». El Comité Internacional de Cruz Roja colabora en la recuperación de estos niños, que antes de reencontrarse con sus familiares pueden pasar varios meses en los denominados centros de tránsito y orientación. En ellos se les ayuda «a sobreponerse de las muy duras experiencias que han vivido y recuperar una vida lo más normal posible».

India, niños trabajadores y niñas explotadas

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Imagen: Jharkhand A. Moreira / MANOS UNIDAS

En India, la infancia es vulnerable, en especial, los pequeños que habitan en los slums. Muchos trabajan para ayudar al mantenimiento de la débil economía familiar, a costa de sacrificar su educación y su futuro. Manos Unidas ayuda en Uttar Pradesh a estos niños que ejercen de traperos, limpiabotas, artesanos, ayudantes de camioneros, conductores de taxis, empleados en hoteles y en comercios o, en el caso de las niñas, en el servicio doméstico. «Más de 3.000 niños de entre 4 y 14 años que han cambiado su derecho a estudiar por la obligación de trabajar», alerta. De ellos, «casi un 60% caen en casos de trata y tráfico», por lo que Manos Unidas lidera un proyecto para que estos menores estudien en centros de educación no formal, que les ayudan a retomar sus estudios en colegios estatales.

En cuanto a las niñas, mantiene el «Programa para la reducción del tráfico de niñas» para que las jóvenes y mujeres «tengan más salud, formación, conocimiento de sus derechos y autoestima, además de ofrecerles modos de aumentar sus recursos y reducir así su dependencia económica». Este proyecto se ha implantado en 30 aldeas, en una zona donde detectaron un incremento de los casos de tráfico y explotación de niñas tribales. Estas son vendidas por unas rupias a hombres que aseguran que las encontrarán trabajo en la ciudad, pero que en realidad las obligan a trabajar en casas de masajes y a prostituirse.

Pobreza y violencia infantil en España

En 2011, un total de 2.267.000 niños y niñas vivían en España por debajo del umbral de pobreza, según el informe “Crisis, desigualdad y pobreza”, de Oxfam Intermón. La pobreza infantil en nuestro país supera el 27%, lo que significa que los pequeños son, “por primera vez, el grupo de edad más pobre en España, por encima de los mayores de 65 años”. “Explicado de manera sencilla: son más niños, son más pobres y lo son durante más tiempo”, apostilla la organización.

Los datos de UNICEF confirman el incremento de los hogares con menores en los que todos los adultos no trabajan, mientras que un informe sobre el bienestar infantil analizado desde el punto de vista de los niños confirma que los estudiantes de 1º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) “están mayoritariamente muy satisfechos con sus vidas”, aunque un 15% se reconoce “al margen” de estos niveles elevados de bienestar.

Por su parte, Save the Children aprovecha esta jornada para pedir una ley que proteja a los niños frente a la violencia, “que, entre otras cosas, identifique las distintas formas de violencia, promueva políticas de prevención y establezca mecanismos de denuncia accesibles a los niños”. Precisa que en 2012 se abrieron más de 41.230 expedientes de protección de menores de edad, aunque añade que esta cifra “no refleja todos los casos ni formas de violencia contra la infancia en España, una realidad oculta y poco documentada“.

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