Nos puede la impulsividad y nos movemos con rapidez para responder con generosidad ante una emergencia mediática. Un ejemplo: en 2015, España encabezó el envío de ayuda humanitaria a Nepal a las 24 horas de producirse el terremoto. También destacamos como donantes. En 2017, revalidamos, por vigésimo sexto año consecutivo, el liderazgo mundial en trasplantes, con una tasa de 47,0 donantes por millón de población. Y nos gusta el compromiso. Como reconoce Marca España (ahora España Global), somos el país con más misioneros y cooperantes por el mundo (unos 15.000) y el segundo, por detrás de EE.UU., que más aportaciones hace a las misiones (18 millones de euros cada año para unos 700 proyectos en 35 países). Pero los españoles no somos tan solidarios. En este artículo damos las razones de ello y proponemos varias formas de cambiar esta situación esta Navidad.
La solidaridad es un «valor innegable» de los españoles, como califica Marca España. Pero en realidad no somos tan solidarios. El tirón de orejas llega del World Giving Index, un informe que cada año analiza el nivel de la solidaridad mundial. España ocupa un puesto intermedio en la clasificación de 2017: el 71 de 139 países. Para elaborarla se fijan en tres parámetros: la ayuda a desconocidos, las donaciones económicas y la participación en actividades voluntarias. Y es en este último punto donde más cojeamos, pues nos encontramos en el número 101 de la lista.
Y es que el 37 % de los españoles colabora con una ONG y solo el 5,8 % de la población (2,2 millones de personas) realiza labores de voluntariado, apunta el informe anual del Observatorio de la Plataforma del Voluntariado de España. Mujer con nivel socioeconómico alto que vive en un municipio de entre 10.000 y 200.000 habitantes es el perfil del voluntario en nuestro país. Y con formación y de unos 56 años, concreta la Asociación Española de Fundraising, es el socio activo de ONG.
¿Voluntario? ¿Socio? ¿Donante?
Pero ¿qué es ser voluntario? La nueva ley del voluntariado, en vigor desde octubre de 2015, marca los requisitos: hacer esa tarea dentro de una ONG y con cierta periodicidad. Pero aparte de esta definición, prestar cualquier tipo de ayuda solidaria claro que cuenta.
Ya sea como voluntarios oficiales o no, como socios de ONG con aportaciones monetarias continuas o como donantes puntuales de dinero o en especie, no caben excusas para ser solidarios, sino todo lo contrario. Causas hay muchas: hambre y pobreza, infancia, educación, crisis y emergencias, salud e investigación, discapacidad y exclusión.
Pero es que, además, al vivir en solidaridad se cumple la máxima de «quien da recibe más». Practicar la solidaridad nos ayuda a socializar, nos hace más humanos, fomenta en nosotros cualidades y valores positivos o mejora nuestra autoestima. Estos efectos se notan con solo entregar un poco de lo que se tiene para apoyar a otros que tienen mucho menos. En concreto, en el voluntariado que promueve desde hace 30 años Solidarios para el Desarrollo, el cambio es bidireccional. «Buscamos una implicación personal y relacional para que la persona en exclusión vaya adquiriendo habilidades, herramientas y capacidades para iniciar su proceso de recuperación. Y los voluntarios tienen un conocimiento directo de los colectivos, lo que les permite vivir una transformación personal y reflexionar sobre las causas de esas situaciones de exclusión y querer hacer una sociedad mejor», recuerda Alfonso Fajardo, el director de esta ONG cuyos programas de voluntariado atienden a presos y exreclusos, personas sin hogar, personas con discapacidad mental grave y personas mayores que viven solas.
Ser solidario en Navidad
Estas Navidades tienes la oportunidad de comprobar el poder de la solidaridad, y si te contagia, empezar el año volcado con quienes más lo necesitan, que son muchos: en España, 12,8 millones de personas están en riesgo de pobreza o de exclusión social, mientras que en el mundo más de 800 millones viven con menos de un euro al día.Prueba a donar juguetes a familias a través de Cruz Roja Juventud. En sus puntos de recogida lleva juegos nuevos, pero no bélicos ni sexistas. Las bicis son bienvenidas en Bicicletas Sin Fronteras y repartidas para mejorar la calidad de vida de sus usuarios. Las consolas de videojuegos que tus hijos ya no utilicen pueden servir a niños de hospitales. Mándalos por Envialia de forma gratuita y Juegaterapia se los hará llegar.
También puedes aprovechar estas vacaciones para hacer un viaje solidario en familia y conocer la labor de una ONG. Tumaini o AIPC Pandora pueden ayudarte. Como tendrás más tiempo, igual es momento de prestar ayuda como voluntario en un comedor social de Cáritas poniendo mesas, sirviendo y recogiendo platos o acompañando a sus usuarios. La iniciativa Te invito a cenar (cena solidaria en Madrid para 500 personas en situación de vulnerabilidad) podría ser otra ocasión. Fundación Amigos de los Mayores también necesita voluntarios en Navidad para estar unas horas con personas ancianas. Ponte en contacto con ellos.
Y no te olvides de comprar los regalos (moda, cosmética, alimentos, etc.) en tiendas de comercio justo o de Oxfam Intermón y hacerte con una felicitación navideña de Unicef (10 por 12 euros) o algo más. Puedes ser un Rey Majo para adultos en situación desfavorable desde la Fundación Miaportación y, por medio de Worldvision, adquirir mosquiteras, vitaminas o agua limpia como regalos solidarios para quienes los necesitan en otros países.