Esquí adaptado

La formación de monitores y voluntarios ha permitido impulsar la modalidad alpina entre las personas con discapacidad
Por Azucena García 27 de diciembre de 2008
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Imagen: Sharp Liao

Es temporada de nieve. Las pistas de esquí se llenan de aficionados dispuestos a disfrutar del manto blanco. Nadie se quiere perder esta oportunidad. Tras superar la barrera económica, los obstáculos físicos también han dejado de ser un impedimento. A estas alturas, apenas quedan excusas para no lanzarse a la pista.

Imagen: Sharp Liao

El esquí alpino no entiende de limitaciones. Al menos, en el caso de la discapacidad ha dejado de ser un obstáculo. Se ofertan cursos de aprendizaje y hay diferentes modalidades para que cada persona practique su preferida. La Fundación Deporte y Desafío es una de las entidades pioneras en este ámbito. De enero a junio reserva pista en Sierra Nevada (Granada) y sus escuelas de esquí para que personas con discapacidad física, intelectual y/o sensorial se acerquen a un deporte que favorece la independencia y la seguridad. Es posible practicar esquí alpino o de fondo. Para este último, es obligatorio estar federado por la Federación Española de Deportes para Minusválidos Físicos.

Instalaciones accesibles, personal especializado y material adaptado son los tres elementos claves

Los cursos se plantean en periodos de cinco días de duración. Incluyen un tiempo de aclimatación al terreno, conocimientos teóricos y un periodo de práctica «primero sobre pistas blandas» y más tarde «por las pistas más difíciles», explica la Fundación. Su contacto con este deporte se remonta al año 2000, cuando Teresa Silva, ex integrante de la Selección Española de Parapente, creó un equipo de exhibición y competición. La idea surgió después de que en 1989 sufriera un accidente que le ocasionó una paraplejia. Desde su silla de ruedas, Silva se percató de las dificultades que las personas con discapacidad encontraban para la práctica de determinados deportes y se propuso superarlas.

Para facilitar el acercamiento al esquí adaptado, la Fundación subvenciona buena parte de los gastos, recurre a instalaciones accesibles y dispone de personal especializado y material adaptado. Uno de los objetivos es iniciar durante cada temporada a 150 personas con discapacidad. Además, organiza un programa de competición que permite participar en competiciones nacionales e internacionales como los campeonatos de España, Francia, Cataluña y la Copa de Europa.

Diferentes técnicas

Img 2 sillasImagen: Deporte y Desafío

Contar con profesores especializados es fundamental. No obstante, Deporte y Desafío forma también monitores entre el personal voluntario. El programa de esquí alpino se desarrolla durante cada temporada de invierno y son necesarios numerosos recursos humanos y materiales. Las escuelas se localizan en Sierra Nevada, donde se enseñan varias disciplinas:

  • Mono-esquí. Está dirigido a personas que esquían en posición sentada debido a la amputación de los miembros inferiores, espina bífida o una lesión medular. En esta modalidad, la fuerza se acumula en la parte superior del cuerpo, por lo que es necesario mantener el equilibrio y la movilidad del tronco. El asiento está sujeto a un soporte unido a un esquí mediante un cerrojo. Está diseñado para subirse solo al telesilla y «esquiar en algunos de los terrenos más difíciles».

  • Bi-esquí. Al igual que el anterior, permite esquiar en posición sentada a personas con esclerosis múltiple, distrofia muscular, parálisis cerebral, espina bífida, lesiones cerebrales o lesiones en la médula espinal por encima de la D-4. El asiento descansa sobre dos esquíes de base ancha, ayudado de dos estabilos (bastones adptados) para mantener el equilibrio y realizar los giros.

  • 3 huellas. Indicado para personas con amputación de un miembro inferior, polio o hemiplejia, el equipo consta de un esquí normal y dos estabilos largos. En total, tres puntos de apoyo en la nieve.

  • 4 huellas. Los puntos de apoyo son dos esquíes y dos estabilos. Está pensado para las personas con discapacidad en las extremidades inferiores, que pueden emplear unos sujetadores para conectar las puntas de los esquíes y que no se crucen.

Por último, para las personas ciegas existe una modalidad específica en la que esquían acompañadas de un guía.

Patinaje sobre hielo

Aunque es un deporte que necesita frío, se puede practicar durante todo el año. El patinaje sobre hielo es una de las disciplinas más recientes y de mayor éxito en el ámbito de la discapacidad. Se puede practicar en familia. Una clase de iniciación es suficiente para un primer contacto con el medio.

El equipo está compuesto por patines, guantes y diversos elementos de protección. Entrenadores y voluntarios se ponen a disposición de todas las personas interesadas e impulsan su participación en clubes de hockey. “Nuestro objetivo es llegar a personas con cualquier tipo de discapacidad”, destaca Deporte y Desafío.

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