La Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) ha instado a las autoridades ambientales y económicas de todos los países a preservar la biodiversidad agrícola con el fin de lograr la seguridad alimentaria de las futuras generaciones. Según el segundo «Informe del estado de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura en el mundo», dado a conocer hoy en Roma por la organización, la pérdida de biodiversidad tendrá un gran impacto en la capacidad de la humanidad para alimentarse en el futuro.
La FAO indicó que el cambio climático y la creciente inseguridad alimentaría son grandes retos para los sistemas agrícolas del mundo, desafíos que no pueden afrontarse sin la recolección, preservación y uso sostenible de los recursos fitogenéticos.
El estudio advierte de que la continua extinción de la biodiversidad agrícola reduce la variedad de los cultivos alimentarios tradicionales que sobrevivieron el siglo pasado. En este sentido, la FAO calcula que el 75% de la diversidad agrícola se perdió entre 1900 y 2000.
La información genética que albergan determinados cultivos es crucial para el desarrollo de nuevas variedades de semillas de crecimiento rápido, elevado rendimiento y resistentes al calor, la sequía, la salinidad, las plagas y las enfermedades. Estas variedades son necesarias para combatir la inseguridad alimentaria debida al cambio climático.
Según el documento de la FAO, el 50% del incremento en el rendimiento de los cultivos en los últimos años es consecuencia de las nuevas variedades de semillas. El riego y los fertilizantes son responsables del restante 50%. Un ejemplo del éxito de estas nuevas variedades es el arroz de maduración rápida NERICA (acrónimo de New Rice for Africa), que ha transformado las economías locales en diversas partes de África, destacó la organización de la ONU.