La Fundación Gates destina 31,5 millones de euros para la investigación del tratamiento de la malaria

El tratamiento, que cuesta 2,4 dólares, es demasiado caro para los habitantes de los países más pobres
Por EROSKI Consumer 20 de diciembre de 2004

El Instituto de Salud OneWorld de San Francisco, («farmacéutica sin ánimo de lucro»), y la Universidad de Berkeley han recibido una donación de 42 millones de dólares (31,5 millones de euros) de la Fundación Bill y Melinda Gates para investigar un derivado genérico de la hierba artemisinina, lo que podría hacer más barato el tratamiento contra la malaria.

Desde Oneworld han comunicado que con este dinero tratarán de desarrollar una versión más barata de la artemisinina, uno de los compuestos para luchar contra esta enfermedad que está más generalizado.

Este componente se extrae de una hierba china del mismo nombre que fue utilizada durante más de 2.000 años para luchar contra las fiebres. Se trata de uno de los más poderosos para luchar contra el parásito de la enfermedad, pero actualmente es muy caro y se suministra en cantidades muy escasas.

Por ello, tanto el instituto como la universidad norteamericana están trabajando en un método biotecnológico para sintetizar artificialmente este compuesto. Investigadores de Berkeley crearon la compañía Amyris Biotechnologies con el propósito de estudiar métodos para aumentar la producción de esta medicina a niveles industriales. Será la universidad la que se reserve los derechos de propiedad de esta nueva versión de la artemisinina.

Bajar el precio

Ambas instituciones y la fundación creada por Bill Gates pretenden alcanzar una reducción del precio en 25 centavos de dólar (19 céntimos de euro) para tratamientos de unos tres días de duración, que actualmente cuestan 2,4 dólares, lo cual es demasiado para los habitantes de los países más pobres, en los que más extendida está la enfermedad. Concretamente hay más de 500 millones de personas infectadas en África de malaria. Más de un millón de ellas mueren cada año, la mayoría de ellas niños, especialmente en el África Subsahariana y Asia.

A pesar de que las grandes compañías farmacéuticas están vendiendo el medicamento a precio de coste en los países en desarrollo, la combinación de la artemisinina con otras medicinas anti-malaria, que también son necesarias en el tratamiento, es más cara.

La malaria se contagia por los mosquitos, y es común que los mismos individuos infectados se reinfecten aún después de haber sido tratados. Además el parásito de la malaria se adapta a los medicamentos y llega a hacerse resistente a ellos. Sin embargo, por ahora, no se han detectado signos de resistencia a la artemisinina, por lo que es una «gran esperanza» para el tratamiento, según el Instituto americano.

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