Más de 64.000 personas han regresado durante los últimos dos meses y medio a los estados de Warrap y Bahr El Ghazal del Norte, en Sudán del Sur, donde Acción contra el Hambre asiste a cerca de 35.000 personas que han vuelto al país tras el referéndum por la independencia que se celebró el pasado mes de enero.
La organización humanitaria se encarga de facilitar a estas personas el acceso a agua potable y saneamiento, educación en higiene básica, además de realizar un seguimiento de su estado nutricional. Acción contra el Hambre proporciona esta asistencia tanto a la población que ha llegado a su destino final, como a quienes se encuentran en tránsito a la espera de conseguir transporte para llegar a otras zonas.
Los programas de agua de la organización incluyen la construcción y reparación de pozos, así como la instalación de bombas manuales y tanques de vejiga inflables, mediante los que se proporcionan más de 70.000 litros de agua potable diarios a la población.
Además, la organización ha construido más de 40 letrinas de emergencia y están planificadas otras tantas docenas más. Se ha examinado a cerca de 2.700 niños por desnutrición aguda, de los cuales 125 fueron ingresados en los centros de nutrición para recibir el tratamiento adecuado, y ha llevado a cabo varias sesiones de promoción de la higiene dirigidas a mejorar la salud y prevenir brotes de enfermedades transmitidas por el agua. La asociación también está presta apoyo logístico, formación y supervisión de una campaña de vacunación contra el sarampión para llegar a más de 50.000 personas con riesgo de contraer la enfermedad.
«Esperamos que continúe la llegada de más gente que se dirige hacia el sur del país durante los próximos días, por lo que vamos a aumentar la capacidad de nuestros programas hasta alcanzar un máximo de 75.000 personas», señaló el jefe de misión de Acción contra el Hambre en Sudán del Sur, Onno Van Manen.
Por otra parte, la organización ha advertido de que para evitar la escasez de alimentos los repatriados necesitarán que se les concedan tierras y se les proporcionen semillas y herramientas antes de que comience la próxima temporada de siembra, dentro de apenas cuatro meses. El agua potable, la atención médica y el acceso a oportunidades de mejora mediante las actividades generadoras de ingresos también son esenciales para reducir las tensiones con las comunidades de acogida.