Mercedes Barceló preside la ONG África Digna. Es una enamorada de este continente, que conoció a través de su padre y que visita cada año. Reconoce que el trabajo en él no siempre es fácil debido a un idioma y a unas costumbres culturales diferentes, pero asegura que ambos aspectos deben respetarse siempre. Mantiene contacto directo con los beneficiarios de los programas porque le gusta “escuchar su voz y sus necesidades”, ya que, “en ocasiones, creemos que ciertos proyectos son necesarios para ellos, pero en realidad no lo son”. “Hay que escuchar, no imponer”, insiste.
Mi padre me inculcó desde pequeña la pasión por África y, tras viajar de manera frecuente a África Subsahariana, me enamoré del continente y de los africanos. A pesar de la extrema pobreza, siempre sonríen y siguen adelante. Sentí la necesidad de ayudar.
El idioma es todavía un obstáculo, ya que la mayoría de las personas que viven en áreas rurales no hablan inglés. Su cultura también es muy diferente a la nuestra y la filosofía de la Fundación África Digna es mostrar respeto. Por ello, nuestras contrapartes en Kenia y Ruanda son organizaciones de personas autóctonas o que viven desde hace muchos años en la zona y están integradas en la comunidad. Siempre actuamos a través de nuestras contrapartes.
Desde luego, siempre nos reunimos con los beneficiarios, eso es lo más gratificante de nuestro trabajo. Yo personalmente viajo dos veces al año a Kenia y Ruanda y estoy unos tres meses al año allí. En África el tiempo pasa despacio, las reuniones con los beneficiarios son largas, pero muy fructíferas.
En nuestro caso, sí. Escuchamos su voz y sus necesidades, nunca actuamos por cuenta propia. En ocasiones, creemos que ciertos proyectos son necesarios para ellos, pero en realidad no lo son. Hay un ejemplo de una actriz de Hollywood que envió redes antimosquitos a África. El envío desde Estados Unidos costó una fortuna, además de arruinar al fabricante local de redes de mosquitos, y cuando éstas se estropearon no había nadie que supiera arreglarlas. Hubiera sido mejor comprar las redes al fabricante local, pero por desgracia, hay muchos ejemplos como éste.
“Hay que devolverles la dignidad, pero evitar la caridad y la imposición”
Totalmente. Éste es uno de los grandes problemas. Hay que escuchar, no imponer. Las ONG a veces podemos ser colonialistas. Hay que devolverles la dignidad, pero evitar la caridad y la imposición.
En algunos casos, África ha dado un salto tecnológico importante. El número de teléfonos móviles supera al de líneas fijas y esto ha significado que este sistema haya tenido un impulso superior que en el Norte. En África ya es posible realizar transacciones bancarias con el móvil. Pero es cierto que todavía es necesaria una mayor capacitación en el uso de las tecnologías y los servicios asociados para reducir la brecha digital con el Norte.
“En África ya es posible realizar transacciones bancarias con el móvil”
En las áreas rurales, los niños, y sobre todo las niñas, acuden poco a la escuela. En la zona norte de Kenia, donde viven los Samburu, que son pastores, los niños más listos de la tribu son quienes deben cuidar el ganado y no acuden a la escuela. Por otro lado, las niñas se casan a edades muy tempranas y también dejan de ir a la escuela.
Sí, la mujer africana es increíblemente fuerte y trabajadora, es el motor de la familia y una pieza clave para el desarrollo de este continente. Yo personalmente apoyo mucho a la mujer.
“Empowerment es una palabra muy de moda para sintetizar la necesidad de una mejor educación, un mejor acceso a los sistemas sanitarios y una capacitación”
El “empowerment” es una palabra muy de moda que busca sintetizar la necesidad de una mejor educación, un mejor acceso a los sistemas sanitarios y una capacitación para establecer un liderazgo compartido dentro de la comunidad que permita desarrollarse.
El VIH es un verdadero problema en África Subsahariana. Hay miles de niños huérfanos por el sida y todavía es una enfermedad estigmatizada, por lo que el contagio es elevado. Poco a poco, se ha informado a la población y se ha conseguido que empiece a remitir, aunque en ocasiones la prevención es un arma de doble filo: el africano rechaza a menudo el preservativo y la mujer contagiada no se atreve a decírselo a su marido.
“El objetivo de reducir para 2015 la pobreza extrema en un 50% es aceptar que todavía queda otro 50%”
Es evidente que algunos de los Objetivos del Milenio han conseguido avances, en especial, los relativos al acceso a la educación. Pero todavía queda mucho camino por recorrer y tampoco son una meta final. Los ODM son un acuerdo de mínimos. El objetivo de reducir para 2015 la pobreza extrema en un 50% es aceptar que todavía queda otro 50%. La humanidad tiene, con o sin crisis financiera, las capacidades para que nadie muera de hambre en el mundo hoy.