Mujeres africanas: por qué no pueden ser propietarias de sus tierras

El acaparamiento de tierras y las tradiciones que atribuyen a los jefes de la comunidad la decisión sobre los terrenos priva a las mujeres de su propiedad
Por Azucena García 29 de julio de 2014
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La tierra en África rara vez pertenece a las mujeres. Ellas la trabajan, pero no reciben los beneficios o no pueden decidir qué hacer con ellos. Los hombres toman el mando en esta determinación y, pese a que las familias dependen de los terrenos de cultivo, los jefes de las comunidades dictaminan su uso y qué hacer con los rendimientos. Otras veces, el denominado acaparamiento de tierras les arrebata incluso la posibilidad de cultivar. Una nueva campaña persigue recaudar 3.000 euros para adquirir los títulos de propiedad de los suelos que varios centenares de mujeres trabajan en Guinea Bissau. En este artículo se explican más detalles.

Costumbres y acaparamiento de tierras en contra de las mujeres

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Imagen: Alianza por la Solidaridad

Las mujeres africanas no siempre son propietarias de las tierras que cultivan. Se encargan de la producción de alimentos, pero no pueden disponer de los terrenos que trabajan ni aprovechar sus beneficios. Los jefes de la comunidad, los djargas, se erigen como dueños de los suelos y deciden sobre su utilización y los beneficios generados o bien los maridos los invierten en pagar la dote de una nueva esposa, explica la ONG Alianza por la Solidaridad.

Así sucede en Guinea Bissau, donde esta organización trabaja con otras entidades locales. Allí los hombres disponen a menudo qué hacer en todo lo relativo a las tierras y ceden a las mujeres las menos productivas o más alejadas de su comunidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce que en África «los usos y costumbres excluyen a la mujer del derecho de propiedad».

Pero hay otro motivo importante por el cual las mujeres no siempre ejercen sus derechos sobre los terrenos: el acaparamiento de tierras. Cuando empresas extranjeras adquieren suelos ubicados en África para su explotación, se priva de su uso y disfrute a las mujeres, y a la población africana en general. Los impactos van desde la expulsión de las mujeres de las tierras al aumento de casos de malnutrición o enfermedades.

Se considera que estas prácticas violan los derechos humanos. Las familias expulsadas de sus tierras quedan a expensas de un futuro incierto, mientras los terrenos que las alimentaban pasan a producir alimentos para otros países e, incluso, biocombustibles para «alimentar» vehículos. La Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID) señala que los acaparamientos de tierra niegan además el derecho de propiedad a las mujeres o las obligan a depender de los hombres, ya que solo ellos pueden ser dueños o tienen capacidad de decisión, por lo que las mujeres casadas tienen algún derecho.

Tierras para las mujeres africanas

Con la intención de cambiar esta situación, Alianza por la Solidaridad ha puesto en marcha una campaña para comprar tierras colectivas para mujeres de Guinea Bissau. Se pretende que estas cuenten con títulos de propiedad que acrediten que el suelo les pertenece, de manera que se evite su adquisición por parte de empresas extranjeras y el mantenimiento de unas costumbres que las privan de sus derechos sobre los terrenos.

La campaña #YoDonoTierra persigue recaudar 3.000 euros para legalizar y ceder tres hectáreas de seis comunidades a 275 mujeres. Todas ellas obtendrían los títulos de propiedad de sus tierras durante 90 años, «ya que la tierra en África es de propiedad colectiva y lo que haremos con el dinero es legalizar el usufructo de la misma», precisa la ONG.

Con este proyecto se quiere que en cada hectárea trabajen unas 90 mujeres, que cultivarían zanahorias, cebollas, berenjenas, pimientos, lechugas y tomates. Así se busca que provean de una alimentación variada a sus familias. El proyecto cuenta con la colaboración de ONG africanas, sensibilizadas en la necesidad de cambiar las relaciones de poder y en asegurar un uso colectivo de las tierras fértiles.

  • Cómo colaborar. Se pueden realizar donaciones on line, en el teléfono 915 986 290 o mediante transferencia bancaria al número de cuenta 00491892632210210792. La recaudación se destinará a la compra de los títulos de propiedad de las tierras. Una vez obtenidos, Alianza por la Solidaridad apoyará el proyecto con insumos de semillas, paneles solares para la instalación de sistema de riego, pozos comunitarios o talleres de formación, entre otras acciones.
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