Se destacan palabras como racismo y xenofobia. El informe 2011 de la Federación de Asociaciones de SOS Racismo asegura que el sentimiento de rechazo a las personas inmigrantes ha aumentado y pide medidas para evitar que la brecha se agrande.
El estudio, elaborado a partir de los casos gestionados por las oficinas de información y denuncia de SOS Racismo y el análisis de las noticias publicadas en prensa escrita, detalla «un claro recorte de los derechos sociales para las personas inmigrantes» y pone el acento en el incremento de la vulnerabilidad que esto supone.
La crisis económica ha contribuido a esta situación. La disminución de los recursos ha mermado el presupuesto destinado a sanidad o a prestaciones sociales, lo que se ha traducido en un retroceso en materia social. A la vez, ha descendido el número de personas que han llegado a nuestro país, tanto en situación regular como irregular. Han cambiado las rutas de los flujos migratorios y el 90% de las llegadas contabilizadas en 2010 se registraron en Grecia.
La disminución de los recursos debido a la crisis ha mermado los derechos sociales y el desempleo ha favorecido la exclusión
Entre quienes residen en España, la tasa de desempleo «es uno de los mayores problemas», que favorece la exclusión social y el aumento de actitudes de rechazo. Un estudio de la Fundación Bertelsman realizado a finales del pasado año sugiere que el 31% de los ciudadanos españoles «expulsaría a los extranjeros que llevan mucho tiempo en el paro». Aunque SOS Racismo recalca que «todos los estudios que se han hecho públicos a lo largo de 2010 dibujan con más o menos intensidad una tendencia al alza en las opiniones desfavorables al fenómeno migratorio».
La integración depende de dos factores fundamentales: la comunidad de acogida y la inmigrante. Esta solo es posible «cuando ambas se implican activamente». Sin embargo, el informe de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, el Informe ECRI, revela un «aumento general» de los casos de racismo y las percepción de que la inmigración tiene un «impacto negativo» en la sociedad, que lleva a que los ciudadanos europeos «estigmaticen» a las personas inmigrantes, en especial, a las personas gitanas de Rumanía.
Cuántas personas inmigrantes hay en España
Son un total de 4.926.608 residentes, según datos del Ministerio de Trabajo, a cierre del año pasado. Casi la mitad son personas de régimen comunitario (48,75%), mientras que el resto se engloba en el Régimen General (51,25%).
El regreso a los países de origen de las personas inmigrantes es «silencioso pero constante». Este escenario debería propiciar la integración y estabilidad necesarias, en lugar de las condiciones contrarias. Es el caso del proyecto «Living Together» (Viviendo juntos), cuyo objetivo es concienciar en Europa a favor de la tolerancia y en contra del racismo.
Iniciativas a favor de la integración
Además de Living Together, en España se han puesto en marcha varios proyectos que han intentado mejorar los procesos de integración de las personas inmigrantes. Cataluña cuenta desde 2009 con el Plan de Ciudadanía e Inmigración, que recoge actuaciones en materia de educación, formación en interculturalidad a profesionales públicos, lengua o mujeres inmigrantes, entre otras cuestiones.
Esta misma comunidad aprobó en abril de 2010 la Ley de acogida de las personas inmigradas, que defiende la igualdad y la cohesión social, y en la capital, en Barcelona, el ayuntamiento ha suscrito la Declaración del Forum Europeo por la Seguridad Urbana contra las expulsiones por razones discriminatorias y ha puesto en marcha la denominada estrategia Antirumores, para «combatir los rumores en torno a la diversidad cultural».
En Castilla y León, el Nuevo Plan de inmigración se encarga de diversas cuestiones de interés laboral, mientras que en Valencia se aprobó el pasado mes de octubre la Carta de Servicios de Integración Social de las Personas Inmigrantes, que pretende ser un modelo de buenas prácticas.
El número de menores no acompañados en la Unión Europea alcanzaría los 100.000. En su mayoría, son chicos entre 14 y 18 años y, en ocasiones, su situación es similar a la de las personas adultas inmigrantes, al quedar en centros a la espera de regresar a sus países de origen. Se lamenta que en estos casos se les considere “antes como inmigrantes que como menores”.
Se pretende el retorno asistido de los menores y la formación del personal que les atiende en los centros de emergencia
En la UE preocupan varias cosas. Se pretende el retorno asistido de los menores con sus familias o a instituciones de tutela en sus países de origen, mientras que se quiere fomentar la formación del personal que les atiende en los centros de emergencia a los que llegan en diferentes puntos de la costa europea. También se quiere prevenir la migración insegura y la trata de menores.
Otro tema que preocupa relacionado con los menores son los niños cuyos padres emigran. Los objetivos pasan por “garantizar su correcto desarrollo en cuanto a educación y vida social”, así como evitar los efectos dañinos que tiene sobre ellos la separación de los progenitores.