Solidarios con el uso de las sujeciones en las personas mayores y enfermas

La Confederación Española de Organizaciones de Mayores diseña un programa que ayuda a los familiares a entender el uso racional de todo tipo de sujeciones, al mismo tiempo que informa sobre alternativas a esta práctica tan poco recomendable
Por EROSKI Consumer 3 de abril de 2007

ImgImagen: Susan

El programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer’ es una iniciativa encaminada a conseguir que las personas mayores y enfermos de Alzheimer, o personas con demencia de otra causa, vivan libres de sujeciones de cualquier tipo y en cualquier lugar o momento. Este programa está promovido por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA).

Con esta iniciativa se desea promover el uso racional de todo tipo de sujeciones y poner a disposición de los afectados y sus familias las herramientas adecuadas de protección frente a una práctica en principio poco recomendable, según los expertos, y muchas veces evitable.

Con esta iniciativa se desea promover el uso racional de todo tipo de sujeciones y poner a disposición de los afectados y sus familias las herramientas adecuadas de protección frente a una práctica en principio poco recomendable

Por eso, el primer paso es entender el significado de la sujeción física. «Cuando nos referimos a una sujeción física estamos hablando de cualquier método aplicado a una persona que limite su libertad de movimientos, la actividad física o el acceso a cualquier parte de su cuerpo, y del que la propia persona no puede liberarse con facilidad», explican desde CEOMA. «Cuando nos referimos a una sujeción química estamos hablando del uso de medicamentos psicoactivos, sedantes o tranquilizantes, para manejar o controlar una conducta supuestamente molesta o de riesgo. En general, se refiere a la administración de esos medicamentos para afrontar un problema sobre el que, en muchas ocasiones, existe un tratamiento mejor», aclaran.

Las personas mayores dependientes son quienes más padecen estas sujeciones
Las personas mayores dependientes son quienes más padecen estas sujeciones. El mayor riesgo es para los enfermos con deterioro cognitivo, principalmente los enfermos de Alzheimer (los momentos de mayor riesgo para estos enfermos son el ingreso reciente en un centro, los traslados de ubicación física, los cambios de personal y las pérdidas de familiares cercanos o personas de referencia). En síntesis, se usan en personas que necesitan mucha ayuda o vigilancia, y en aquellas que son más difíciles de dominar. «Es muy probable que las personas que consumen medicamentos tranquilizantes con fines restrictivos (sujeciones químicas) acaben sometidas a sujeciones físicas. Igualmente, si se usan barandillas en la cama para evitar que un enfermo se levante, es muy habitual que, posteriormente, se acaben por usar sujeciones físicas para dormir», aseguran.

En el Programa se pone de manifiesto el excesivo uso de sujeciones físicas que se realizan en las residencias de nuestro país. Lo constatan de la siguiente manera:

  • Hay una prescripción muy elevada de fármacos psicotrópicos.
  • Su uso es muy dispar, lo que no está justificado desde el punto de vista clínico.
  • Las personas con demencia están sometidas a ellas con más frecuencia.
  • La mentalidad y actitud son claves para que dejen de usarse. Las sujeciones son un problema para quienes son objeto de ellas.
  • Siempre se esgrimen razones de seguridad para los enfermos, muchas veces por cuestión de conveniencia de los cuidadores.
  • La formación y asesoramiento a organizaciones y residencias pueden cambiar esta realidad.

«Según nuestro reciente estudio, hay un 25% de personas mayores dependientes que viven en residencias y que son sometidas a sujeciones físicas
«Según nuestro reciente estudio, hay un 25% de personas mayores dependientes que viven en residencias y que son sometidas a sujeciones físicas». En algunos centros el porcentaje es del 7% , pero en otros roza el 90%. De ello se deriva que el uso de sujeciones físicas en España es, y ha sido en los últimos lustros, muy superior al de otros países de nuestro entorno socioeconómico», explican los responsables del Proyecto. Y si se tienen en cuenta a los residentes con demencia la proporción de los que se ven sometidos diariamente a sujeciones se eleva a más del 60%. De estas datos se deduce que en España este es un problema de gran importancia que afecta a enfermos, familiares, cuidadores y profesionales de la medicina.

Aspectos éticos y legales

Otro de los apartados más destacados del Programa es el referido a los aspectos éticos y legales . «Existen pocas referencias en España en lo referente a los aspectos éticos en el uso de las sujeciones, de tal manera que muchas veces cada profesional y cada organización tiene sus propios valores sobre esta cuestión, conscientes de que se trata de un tema delicado y de que hay que saber afrontarlo con las máximas precauciones», defienden desde la Confederación.

Hay que tener en cuenta que tampoco existen referencias legales específicas sobre esta cuestión, aunque los artífices del Programa entienden que estas sujeciones utilizadas en exceso o de forma inadecuada pueden ser interpretadas como una forma de ‘abuso’, ‘negligencia’ o ‘maltrato’, supuestos que sí pueden ser perseguidos legalmente, aunque con dificultades.

Acerca de estos aspectos éticos y legales, el grupo de trabajo que ha elaborado este proyecto ha comprobado y confirmado que hay grandes vacíos burocráticos y dificultades técnicas para proteger a las personas objeto de las prácticas de sujeción. Por otro lado, las diferentes respuestas que se dan por parte del sistema judicial español, resultado de la falta de unanimidad en cuanto a la unidad de criterios por parte de jueces y fiscales, corrobora tal confirmación. Por esta razón, se han propuesto fórmulas para unificar criterios, «que esperamos que se puedan ver pronto en la práctica».

Recomendaciones generales

De acuerdo al conocimiento y experiencia de los profesionales, los responsables de este Programa consideran que es fundamental que los familiares dejen claro a los responsables y empleados de los centros su preferencia a que no se usen las sujeciones, y su decisión explícita a querer asumir ciertos riesgos controlados y otros problemas no demasiado graves. “En definitiva, deben dejar claro que no plantearán demandas en caso de caídas u otros incidentes, salvo que se ponga en evidencia una negligencia clara por parte del centro o sus trabajadores, como saber que existen riesgos identificables y no haber hecho nada para evitarlos”, aconsejan.

“Debemos confiar especialmente en los profesionales que nos dicen que las sujeciones pueden ser un problema para el enfermo, pues se están basando en sólidas evidencias científicas, además de su propia experiencia”, añaden. “Hay que apostar por centros que se preocupan por conservar a los buenos profesionales de atención directa, así como por mantenerlos con los mismos residentes, lo que favorece que los conozcan bien”, recomiendan.

Estos son otros consejos de gran valor:

  • Más que evitar a toda costa que alguien se caiga, se debe trabajar para que las caídas que se produzcan sean leves y que no tengan consecuencias (lesiones) importantes.
  • Si otro familiar del enfermo vive en una residencia y le preocupa que se usen medidas restrictivas, advierta de que quiere ser informado cuando se le someta a una sujeción o a un medicamento tranquilizante. Esa información le permitirá expresar su preocupación al médico, que se verá obligado a darle explicaciones sobre la conveniencia de la medida. También podrá juzgar, en el caso de los tranquilizantes, si se usan con fines restrictivos.
  • Si su familiar está sometido a una sujeción física, averigüe:
    • Por qué lo está.
    • Qué tipo de sujeción o dispositivos usan.
    • Durante cuánto tiempo al día se utiliza cada tipo.
    • Dónde se ve sometido a ella (por ejemplo, en su habitación, en la cama, etc.).

    • En qué circunstancias (cuando se queda solo, tras marcharse los familiares, cuando no participa en una actividad estructurada, mientras come, etc.).

    • Quién sugirió que debía someterse a una sujeción (por ejemplo, el personal, algún otro familiar, el propio interesado, etc.).

    • Durante cuántos días está previsto usar esta medida.
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