La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) ha denunciado que alrededor de 4.000 inmigrantes han muerto en los últimos 12 años al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Esta cifra está incluida en un informe de la FIDH sobre los derechos humanos en esta región fronteriza que en los próximos días presentará a los gobiernos de ambos países.
Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, Estados Unidos ha triplicado el número de guardias fronterizos para controlar la inmigración irregular y ha incrementado la construcción de barreras, afirma la Federación, que engloba a 155 ONG.
Según sus cálculos, en los últimos 14 años el Gobierno estadounidense ha invertido 30.000 millones de dólares en fortificar su frontera meridional. Pese a ello, el número de inmigrantes indocumentados que cruzan a Estados Unidos se duplicó entre 1994 y 2003 hasta alcanzar un promedio anual de 500.000 personas, que se mantiene en la actualidad.
En 2006, las autoridades estadounidenses expulsaron a 858.000 extranjeros, 514.000 de ellos mexicanos, mientras que México interceptó y deportó a 178.000 centroamericanos.
Ese mismo año, los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos enviaron a sus familias remesas por valor de 20.000 millones de dólares, dinero que benefició a uno de cada diez hogares del México rural.
Violación de los derechos
La FIDH también denuncia que se violan repetidamente los derechos de los inmigrantes. Así, en México es habitual que los agentes extorsionen a los inmigrantes centroamericanos que cruzan la frontera sur, en tanto que en Estados Unidos se han registrado numerosos casos de brutalidad, violencia verbal e intimidación por parte de los agentes fronterizos hacia los indocumentados.
Ante esta situación, la Federación recomienda a ambos países que emprendan cuanto antes una reforma de su legislación migratoria con el objetivo de evitar estos sucesos.
