Viviendas de emergencia tras una catástrofe

La falta de techo es para numerosas familias una de las principales carencias tras un desastre natural, por eso diversas ONG construyen casas transitorias
Por Azucena García 4 de septiembre de 2010
Img campo refugiados

Terremotos y otros desastres naturales causan importantes pérdidas. El derrumbe de viviendas es una de ellas. Por ello, cuando ocurre una catástrofe de estas características, conseguir un techo para los damnificados es una tarea primordial. Diversas organizaciones no gubernamentales trabajan en estos “puntos calientes” para construir viviendas transitorias para las familias que lo han perdido todo y facilitarles el acceso a los servicios básicos.

Su trabajo tiene sentido cuando el derecho a una vivienda se queda en papel mojado o después de que un terremoto arrase con todas las construcciones que encuentra a su paso. Son ONG que se preocupan por facilitar un techo a quien carece de él, ya sea porque vive en asentamientos precarios en ciudades o porque los caprichos de la Naturaleza así lo han decidido.

Es el caso de Un techo para mi país, una organización presente en 18 países de América Latina y el Caribe, que desde su fundación en 1997 ha construido más de 70.000 viviendas de emergencia y ha movilizado a más de 250.000 jóvenes voluntarios. Todos ellos conocen a los beneficiarios, establecen vínculos de confianza y requieren su ayuda para levantar las casa que más tarde habitarán.

Las propias familias afectadas cooperan en la construcción de las nuevas casas

En Haití, Un techo para mi país ha construido 176 viviendas transitorias gracias al trabajo de cientos de voluntarios haitianos y de otros países, con quienes han cooperado las propias familias afectadas. Estos trabajos se han realizado de manera escalonada para atender las necesidades de la población en diversos puntos y se ha hecho todo lo posible por levantar las nuevas casas antes de la temporada de lluvias y huracanes. El plan de acción de esta ONG se propone construir 2.000 viviendas en el primer año de trabajo en Haití y 10.000 durante los siguientes cuatro.

En Chile, un país azotado el pasado 27 de febrero por otro terremoto y un tsunami en la costa sur, se desarrolló un plan de construcción que contempla el levantamiento de 20.000 viviendas de emergencia en diversas localidades de las regiones más afectadas del país. Además, se trabaja también en campamentos compuestos a partir de ocho familias. Son zonas de terreno irregular que carecen, al menos, de un servicio básico, ya sea luz, agua potable o alcantarillado. En Chile hay 533 campamentos de estas características, donde viven 28.578 familias.

Cómo son las viviendas

Las viviendas de emergencia que construye Un techo para mi país son casas de madera prefabricadas. Tienen una superficie de 18 metros cuadrados, están aisladas del suelo y protegidas frente a la humedad, las inundaciones y las plagas. La entidad asegura que se pueden edificar en dos días «por una cuadrilla de 8 a 10 jóvenes voluntarios en conjunto con la familia beneficiada, quien aporta alrededor del 10% del costo total de la vivienda de emergencia».

De este modo trabaja en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay. Para este año, los objetivos abarcan la apertura de nuevas oficinas en Panamá y Venezuela.

A comienzos de agosto, con motivo del tercer aniversario del terremoto ocurrido en Perú, Ayuda en Acción entregó 350 casas antisísmicas a familias damnificadas. El 15 de agosto de 2007, este desastre causó la muerte de 596 personas. Desde entonces, la ONG ha trabajado en la reconstrucción de la zona afectada. Las casas, de dos pisos, se han construido en el marco de un programa especial puesto en marcha por la entidad a principios de 2008 y que se completa con 24 aulas nuevas puestas en pie en seis colegios, seis proyectos de negocios «para que decenas de damnificados puedan generar sus propios ingresos» y diversas campañas de salud que, según el balance de la organización, «han permitido que 10.420 niños y niñas reciban apoyo psicológico para su recuperación emocional».

En los casos más extremos, como ocurre en los campos de refugiados, ACNUR distribuye tiendas de campaña de emergencia, materiales domésticos y material médico y sanitario básico. Incluso, les pone precio al solicitar donaciones para paliar esta situación:

  • 25 euros, tres lonas plásticas para refugio de emergencia.
  • 60 euros, una bolsa de alojamiento de emergencia para dos familias (lona de plástico, esterillas, mantas, bidón de 10 litros de agua y pastillas de jabón).
  • 90 euros, material médico básico de emergencia para 200 personas.
  • 130 euros, una tienda de campaña ligera de emergencia.
Otras infraestructuras

Arquitectos sin Fronteras es otra organización que trabaja en la mejora de la habitabilidad. Las áreas donde actúa se localizan en América Latina y África, así como en algunas zonas de España. Pero su labor no se centra sólo en viviendas, sino que esta ONG construye escuelas, consultorios de salud, infraestructuras de saneamiento y abastecimiento de agua, centros de capacitación profesional y comedores infantiles.

En Haití cuenta con un proyecto en fase de formulación para levantar una escuela en una comunidad de Jacmel, capital provincial del sureste. Todos los trabajos se llevan a cabo en colaboración con asociaciones locales de los países beneficiarios. El objetivo en Haití es cubrir diferentes carencias para “favorecer procesos de desarrollo a largo plazo”.

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