Cookies en Internet: ¿pueden cobrarme por rechazarlas?

Las cookies mejoran la experiencia de navegación y almacenan nuestros hábitos y preferencias digitales. Hasta hace poco, podíamos rechazarlas sin más, pero ahora negarnos tiene un precio
Por Sonia Recio 8 de febrero de 2024
aceptar cookies o pagar
Imagen: LC
Si navegas habitualmente por Internet, es muy probable que al acceder a una página web te hayas encontrado con una ventana emergente que informa sobre las cookies, esas «galletitas» digitales que mejoran la experiencia del usuario y posibilitan la visualización de publicidad personalizada, generando ingresos para las empresas. En ese mensaje se da la opción de aceptar o rechazar las cookies. En caso rechazarlas, es obligatorio realizar un pago cuya cuantía depende del sitio web. Aunque pueda parecernos chocante, está práctica es legal por la entrada en vigor de la ‘Guía sobre el uso de las cookies‘, elaborada por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Pero debes saber que si quieres evitar las cookies, y no deseas pagar, hay opciones que te contaremos a continuación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que bloquear las cookies puede afectar al rendimiento de ciertos sitios web, ya que algunas de estas «galletitas» son necesarias para el correcto funcionamiento de las páginas.

¿Pueden cobrarnos si no se aceptamos las cookies? 

La actualización de la ‘Guía sobre el uso de cookies‘, publicada por la Agencia Española de Protección de Datos en julio de 2023, permite a las empresas cobrar al usuario si este no las admite. El 11 de enero era el plazo límite para implementar esta modificación. Por ello, es ahora cuando hemos comenzado a ver estos mensajes emergentes en sitios web que previamente no los mostraban.

En este documento la AEPD establece que, si el usuario rechaza el uso de cookies, no se le puede impedir el acceso al servicio o funcionalidad (muro de cookies) de las páginas. Sin embargo, se advierte que la alternativa ofrecida por las empresas puede no ser «necesariamente gratuita». Este es el motivo por el cual algunas compañías cobran por acceder a su contenido, argumentando, en la mayoría de los casos, que es un modo de financiar económicamente al medio.

¿Qué son las cookies y para qué se utilizan?

Las cookies son archivos de texto que se utilizan para identificar tu ordenador o tu teléfono móvil cuando utilizas una red. Permiten almacenar en el terminal datos que van de unos pocos kilobytes a varios megabytes. Estos archivos contienen información sobre tus actividades en línea y tienen dos funcionalidades principales:

  • Permitir que las webs recuerden ciertos detalles sobre ti para que, cada vez que accedas a una página, no tengas que volver a escribir tus credenciales, por ejemplo.
  • Conocer información de tus hábitos de navegación para mostrarte información dependiendo de tu perfil y mejorar así (al menos, en teoría) la experiencia de navegación. 

¿Qué tipos de cookies hay?

Las cookies pueden ser de distintas clases, dependiendo de la entidad que las gestione, la finalidad que tengan y la temporalidad. 

modo incognito teclado
Imagen: fancycrave1

➡️ Según la entidad de gestión

  • Cookies propias. La responsabilidad es del editor y son generalmente enviadas desde un equipo o dominio gestionado por este.
  • Cookies de terceros. La responsabilidad recae en una entidad diferente al editor. Normalmente son empresas que, tras nuestro consentimiento, acceden a los datos que vamos dejando al navegar por distintas páginas. 

➡️ Según su finalidad

  • Cookies técnicas. Son esenciales para el funcionamiento adecuado de la página y permiten que los usuarios naveguen y utilicen las funcionalidades básicas de la web, como autentificar las cuentas, realizar el proceso de compra de un pedido, gestionar el pago o compartir contenidos a través de redes sociales.
  • Cookies de preferencias o personalización. Permiten recordar información para que el usuario acceda al servicio con determinadas características como, por ejemplo, el idioma o el número de resultados a mostrar cuando se realiza una búsqueda.
  • Cookies de análisis o medición. Habilitan el seguimiento y análisis del comportamiento de los usuarios de los sitios web a los que están vinculadas, incluida la cuantificación de los impactos de los anuncios.
  • Cookies de publicidad comportamental. Almacenan información del comportamiento de los usuarios a través de la observación continuada de sus hábitos de navegación, lo que posibilita a las empresas desarrollar perfiles específicos a los que mostrar publicidad concreta.

➡️ Según el plazo de tiempo que permanecen activas

  • Cookies de sesión. Diseñadas para recabar y almacenar datos mientras el usuario accede a una página web. Desaparecen al terminar la sesión.
  • Cookies persistentes. Los datos siguen almacenados en el terminal. Son accesibles para ser tratados durante un periodo definido por el responsable de la cookie, que puede ir de unos minutos a varios años. 

Entonces ¿son malas las cookies?

Las cookies en sí mismo no son malas; constituyen una herramienta esencial para que las webs puedan funcionar. Resultan útiles al recordar tus configuraciones y estados en las páginas que has visitado.

Para las cookies propias, técnicas y de personalización no es necesario pedir el consentimiento del usuario, siempre que sea este el que haya solicitado el servicio y se recojan solo para ese fin. 

El problema surge con las cookies de terceros, de análisis y de publicidad, utilizadas por las empresas para rastrear a los usuarios y obtener datos. Solo están permitidas cuando los destinatarios hayan prestado su consentimiento expreso después de que se les haya facilitado información clara y completa sobre su uso. Las páginas web están obligadas a preguntarnos sobre todas ellas y, con la entrada en vigor de la nueva normativa, deben darnos la posibilidad de aceptarlas o rechazarlas. 

¿Es posible desactivar las cookies?

Hay varias posibilidades para desactivar las cookies. En general, conseguirás una navegación más segura y privada, pero muchos sitios web no funcionarán de modo correcto. Estas son algunas de las opciones:

  • Desactiva las cookies directamente desde tu navegador. Aunque los pasos pueden variar, por lo general esta opción se encuentra en la sección de «Privacidad», «Seguridad» o «Cookies» dentro de la configuración del navegador.
  • Emplea extensiones que bloqueen de forma automática las solicitudes de cookies. Entre las opciones disponibles están herramientas como Vanilla Cookie Manager, DuckDuckGo, Privacy Essentials o Ghostery.
  • Utiliza la navegación en modo privado o incógnito. Aunque las cookies no se desactivarán, se eliminarán al cerrar la sesión.
  • Instala un programa de seguridad o firewall, algunos ofrecen funciones para bloquear o gestionar las cookies.
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