El Senado de Estados Unidos aprueba un proyecto de ley contra el correo electrónico no deseado

Impone multas de hasta un millón y medio de dólares y sentencias de cárcel de hasta cinco años a los emisores de "spam"
Por EROSKI Consumer 29 de octubre de 2003

El Senado de los Estados Unidos ha aprobado un proyecto de ley contra el envío de correos electrónicos basura («spam»), con el objetivo de frenar esta práctica. Esta ley, pionera en el mundo, pone los cimientos para la creación de un registro en el que podrán inscribirse los usuarios que deseen librarse del «spam».

Según informaron desde el Gobierno norteamericano, este registro sería similar al que acaba de crearse para la publicidad telefónica (al que ya se han apuntado 50 millones de estadounidenses), que obliga a las compañías que realizan llamadas a cualquier hora del día, incluso los fines de semana, a excluir los números que se han apuntado en la lista. La Comisión Federal de Comercio (FTC, sus siglas en inglés), que tendrá que encargarse de la creación de este registro en un plazo de seis meses, habrá de encontrar una fórmula ingeniosa ya que, a diferencia de la lista de teléfonos, la de direcciones de correo electrónico no se les facilitará a los «spammers», que podrían aprovecharla para continuar con su actividad.

La ley denominada «Can Spam Act», aprobada por 97 votos a favor y ninguno en contra, se dirige contra los «e-mails» no solicitados pornográficos, los que ofertan todo tipo de remedios para mejorar la imagen física y, en tercer lugar, para hacerse millonario de golpe.

La medida, que ahora pasa al Congreso, prohíbe a los «spammers» o propagadores de «spam» esconderse detrás de identidades falsas o encabezamientos engañosos, so pena de multas de hasta un millón y medio de dólares y sentencias de cárcel de hasta cinco años.

Los mensajes, establece la ley, deberán proceder de direcciones legítimas y que indiquen su contenido con abreviaturas como «adv» (para publicidad), para que se puedan filtrar con facilidad.

La ley prohíbe, además, que los individuos emprendan acciones legales contra los «spammers». Esta posibilidad queda reservada a los proveedores de correo.

Por último, la ley prevalece sobre la legislación particular de los Estados, a pesar de que en algunos casos, como el de California, es más estricta que la federal. Actualmente, más de la mitad de los Estados norteamericanos han aprobado leyes propias contra el «spam».

Pero no todo el mundo ve esta normativa como la solución definitiva al problema. Sin ir más lejos, Timothy Muris, el presidente de la FTC, ya ha anticipado que este registro no funcionará debido a las dificultades para obligar a los «spammers», muchos de los cuales viven fuera de Estados Unidos, a respetar estas restricciones. Para otros críticos, se trata de una legislación llena de agujeros por donde muchos «spammers» podrán colarse y continuar con su actividad.

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