Comprar ordenadores y móviles en el extranjero: ¿merece la pena?

La adquisición de tecnología en viajes turísticos o por encargo puede salir a cuenta en cuanto al precio, pero conviene cuidar algunos aspectos
Por Jordi Sabaté 1 de junio de 2014
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Imagen: Jordi Sabaté

El euro es una de las monedas más fuertes que existen en el sistema monetario internacional. Esto implica que ofrece gran estabilidad a las economías que lo amparan, pero también que la zona del euro contempla precios medios elevados para muchos productos importados, en especial de tecnología, ya que incluyen altas cuotas de impuestos y aranceles. Por el contrario, los mismos productos adquiridos en países extracomunitarios -o fabricantes tecnológicos de origen como Estados Unidos, Corea, China o Japón- pueden salir muy baratos, si se logra después introducirlos en España sin problemas. Ahora bien, si no se va con cuidado, la compra puede acabar resultando amarga. En este artículo se señalan varios factores que se deben tener en cuenta.

Hay un mito digital que asegura que el precio de un producto tecnológico en Estados Unidos se traslada al entorno de la zona del euro en la misma cifra pero cambiando la moneda. De este modo, si un iPhone cuesta 700 dólares en la tienda de Apple de Nueva York, en la de Barcelona vale 700 euros cuando debería ascender a 514 euros, si se aplicara la equivalencia de cambio. Y lo mismo sucede con una licencia de Microsoft o una impresora de HP, etc.

Si un iPhone cuesta 700 dólares en la tienda de Apple de Nueva York, en la de Barcelona vale 700 euros, cuando debería costar 514

Pero esto no es más que una leyenda urbana con un complejo trasfondo de realidad, ya que, si bien el fundamento picaresco de la teoría -las empresas se aprovechan de la paridad de las monedas para «colar» la subida- es inexistente, los productos se encarecen al llegar a la Unión Europea. Pero la culpa la tienen los aranceles a la importación y los numerosos impuestos nacionales que sustentan nuestro sistema social, educacional y sanitario, y que, por ejemplo, en Estados Unidos tienen a ser menores. Por lo tanto, si se comparan los precios en ambas orillas del Atlántico, resultan similares en cifra pero distintos en moneda y, en consecuencia, se antojan mucho más baratos en Nueva York o San Francisco. Y lo mismo ocurre con la tecnología japonesa en una tienda de Tokio o los móviles chinos comprados in situ en el país nipón o en la Red.

Pero, ¿es una buena idea adquirir tecnología cuando estamos de viaje? En principio sí, pero debemos cuidar una serie de factores.

Asegurar las garantías

Antes de realizar la compra en la tienda del extranjero, debemos cercionarnos de que el fabricante en cuestión tiene una delegación en nuestro país. La razón no es solo la confianza de tener cerca alguien ante quien reclamar en caso de roturas o fallos, sino también el ahorrarnos la necesidad de enviar el ordenador, tableta o smartphone al extranjero, si el dispositivo necesita una reparación.

La culpa la tienen los aranceles y los numerosos impuestos que sustentan nuestro sistema social, educacional y sanitario

Por descontado, si un fabricante o vendedor tiene una delegación en nuestro país o ciudad, facilitará mucho la gestión de las garantías sobre el aparato y las reclamaciones. Además, es posible que la legislación vigente en España en materia de consumo sea diferente a la del país donde se hace la adquisición y, si no hay sede aquí, interesará saber qué periodo cubre en caso de fallos, porque igual nuestro producto no se ve amparado por la ley española.

En el caso de empresas como Apple, Microsoft y la mayoría de grandes fabricantes de ordenadores o de cámaras de vídeo o fotográficas, no suele haber problemas de garantías, pero conviene guardar el tique de compra y pedir que lo sellen en la tienda. Este sellado será útil tanto en el aeropuerto, en el caso de que la adquisición entre dentro de los productos y cantidades permitidas, como después en caso de fallos, para poder justificarla en la tienda de nuestro país.

Teclados y voltajes distintos

Un aspecto que hay que tener muy en cuenta es que el voltaje del país donde compramos el aparato puede que sea distinto que el del nuestro, por lo que si enchufamos el ordenador directamente podemos quemarlo, a no ser que lo hagamos usando un transformador, o cargador que haga las funciones de transformador, como es el caso de Apple. En la tienda no está de más indicar el país al que llevamos el dispositivo, por si hay que hacer algún tipo de modificación en él previa a la entrega, de modo que se adapte al voltaje de destino. Tampoco conviene olvidar el tema de los enchufes y comprar adaptadores en caso necesario.

Debemos asegurarnos de que el fabricante en cuestión tiene una delegación en nuestro país

Otro aspecto que hay que contemplar es el del teclado. Un móvil, o un ordenador chino o japonés muy barato, adquirido en origen puede ser una pírrica victoria, si luego salen todos los caracteres en los respectivos idiomas. En las tiendas de los grandes fabricantes suelen tener teclados disponibles para nuestro idioma y nos realizan el cambio sin problemas -tal es el caso de Apple o de Sony-, pero no ocurre así en pequeñas tiendas, si no lo pedimos.

En el caso de los smartphones de pantalla táctil, al estar basados en software, el problema es solo de programación. Pero cuidado: si el libro de instrucciones viene en chino, coreano o japonés sin una versión en inglés -lógico si compramos en origen-, puede que jamás lleguemos a saber cómo cambiar la configuración de las teclas. En cambio, con decirlo en la tienda, seguro que el dependiente nos lo hará gustosamente.

No todos los 3G/4G son iguales

¿Quién garantiza que un móvil adquirido en China incluya el protocolo 3G/4G español?

En caso de comprar un móvil, puede que no esté optimizado para los protocolos de conectividad que funcionan en nuestro país. En Estados Unidos, aunque hay equivalencias, los protocolos no son los mismos y un iPhone americano estaba adaptado hasta hace poco a un protocolo 4G distinto al nuestro. En la actualidad, hay una correspondencia al protocolo europeo, gracias a las actualizaciones del sistema operativo a partir del modelo 5.

Pero nadie garantiza que en el atomizado y descentralizado modelo basado en Android, un móvil comprado en China sea tan sencillo de adaptar a la conectividad de los protocolos europeos. Puede que estén disponibles algunos niveles de conectividad media, pero lejos de los óptimos, por lo que ventaja de la adquisición es cuestionable. Como siempre, mejor informarse antes de actuar.

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