Disfrutar de la colección de música en MP3 en el coche es bastante fácil. Hacerlo con buena calidad de sonido es también sencillo, pero más caro. Estas son algunas de las soluciones disponibles en la actualidad…
Hace unos años estaba de moda la palabra convergencia. Un solo dispositivo serviría para todo: teléfono, organizador personal, reproductor de música y GPS. Por desgracia, el panorama actual es divergente. El consumidor se encuentra con una multitud de aparatitos, cada uno con varias funciones, de las cuales sólo hace una bien.
Esto ocurre con la música en formato MP3. Se puede escuchar con un reproductor de bolsillo, con una agenda electrónica, un ordenador personal o incluso con el equipo de sonido del coche. Pero esto quiere decir que hay que copiar las canciones cada vez en un sitio: en la memoria o el disco del reproductor para salir a hacer gimnasia, o en un CD para escucharla en el coche. ¿No hay una forma más sencilla de irse con la música a otra parte?
Muchos deciden concentrar su discoteca personal en un reproductor con disco duro, como el famoso iPod de Apple o el Zen de Creative. Estos aparatos cuentan con una capacidad de 20GB o más, suficiente para 10.000 canciones, más de 600 horas de música. Más modestos, y más baratos, los reproductores con memoria RAM tienen una capacidad de 512 MB, lo que da para unas diez horas.
En ambos casos, el que la música suene en el equipo estéreo del coche es sencillo. Sólo hay que conectar los dos aparatos. Dependiendo del presupuesto, y de lo aficionado al bricolaje que uno sea, hay varias posibilidades:
Con un solo cable
Algunos modelos de equipo de sonido para el coche disponen de una entrada auxiliar. Esta entrada es del tipo jack mini de 3,5mm, es decir, el mismo tipo de conector que unos auriculares estéreo. Sólo hace falta un cable, que se encuentra en cualquier tienda de sonido, para conectar el reproductor MP3 a la entrada del equipo de audio. Es con diferencia la solución más barata y proporciona una calidad de sonido excelente.
Si su equipo no dispone de esta entrada, algunos fabricantes disponen de adaptadores para instalarla. En este caso será necesario desmontar el equipo y colocar el conector en algún lugar del salpicadero.
El adaptador de cinta
Es una buena solución para los equipos con cinta de casete. Proporciona una calidad de sonido más baja, pero es muy asequible. Se trata de un adaptador del mismo tamaño y forma que una cinta de casete, con un cable de entrada de sonido. Basta con introducirlo en el radiocasete, conectar el reproductor al cable y este aparatito se encargará de transmitir la señal de sonido a través de la cabeza lectora. Los adaptadores se pueden encontrar a partir de los 10 euros.
Emisor FM
¿Qué tal montar una emisora de radio? Con uno de estos aparatitos es fácil y barato. Aunque sólo tienen un alcance de unos pocos metros, es suficiente para poder escuchar la música del reproductor MP3 en la radio del coche, o la del ordenador en el equipo estéreo del salón. Hay una cierta pérdida de calidad, equivalente a la diferencia entre escuchar música de una emisora FM y de un CD. A cambio, el sistema no puede ser más sencillo. Se conecta el emisor al reproductor MP3 y se sintoniza en la radio como una emisora cualquiera.
Se pueden encontrar estos emisores a partir de 30 euros. La mayoría permite variar la frecuencia en la que se sintonizarán, y algunos incluyen un cable para alimentarlos con la toma de corriente del mechero del coche.
Adaptadores especiales
La popularidad de algunos reproductores, como el iPod, ha llevado a los fabricantes de autoradios a crear adaptadores especiales que no sólo permiten reproducir la música, sino que recargan la batería del reproductor y permiten controlarlos mediante los mandos del equipo estéreo del coche. Es decir, se pueden buscar canciones, avanzar o retroceder utilizando el mando integrado en el volante. En algunos modelos se visualizan los títulos de las canciones y las opciones del menú en la propia pantalla del equipo del coche.
Los precios varían según el modelo y las funciones, entre los 300 y los 500 euros, y algunos de estos dispositivos todavía no están disponibles en España, aunque se pueden comprar a través de Internet en el Reino Unido o Alemania. Sin duda, la solución más avanzada, aunque tenga su precio.