Entrevista

José Cervera, periodista fundador de Baquia y autor de ‘El robo del milenio’

Internet la inventaron una panda de hippies
Por Jordi Sabaté 21 de diciembre de 2006
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Imagen: Zapxpxau/Flickr

Dice la gente que le conoce que el cerebro de José Cervera va como mínimo cinco años por delante del resto del cuerpo, y por tanto de la realidad actual. Lo cierto es que Cervera maneja siempre una ingente cantidad de información con la facilidad de quien remueve la calderilla en el bolsillo del pantalón. Con esta información predijo hace diez años lo que está sucediendo hoy en día, y sus previsiones se han cumplido punto por punto. Hace menos, siete años, se decidió a fundar una revista online que sería referencia de modernidad e independencia entre 1999 y 2002: Baquia. Posteriormente fue pionero en España en la aplicación de las licencias Creative Commons. Ahora Cervera, que antes que periodista fue paleontólogo en el equipo de Atapuerca, vuelve de nuevo la cara hacia el pasado para excavar en los orígenes de la Red y sacar sus particulares deducciones, que plasma en un interesantísimo ensayo de próxima edición, ‘El robo del milenio’.

¿Cuáles son los orígenes de Internet?

“Internet es fruto de la fusión de tres elementos básicos: los ordenadores personales, la red que los pone en contacto entre sí y el hipertexto como factor de conocimiento”
Internet es fruto de la fusión de tres elementos básicos, que son los ordenadores personales, la red que los pone en contacto entre sí y el hipertexto como factor de conocimiento. Estos tres elementos se han ido trenzando desde su nacimiento en desarrollos independientes que se tocaban de vez en cuando, pero no fue hasta principios de los años setenta cuando convergieron en un lugar muy concreto: los campus universitarios de la california hippy. Es en los ambientes contraculturales de San Francisco y Los Angeles donde se concentran los investigadores que estaban entonces diseñando los primeros ordenadores personales, a partir de la acomodación de las grandes máquinas de IBM, y los primeros protocolos para conectar ordenadores y compartir información Allí coniciden con los líderes del movimiento de los derechos civiles y de la izquierda estudiantil americana, pero también con personajes procedentes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como Bill Gates (creador de Microsoft), Richard Stallman (padre del movimiento del software libre) o Steve Wozniak (que con el tiempo diseñaría el primer Macintosh). Digamos que ése fue el caldo de cultivo de las nuevas tecnologías de la información, el sitio donde adquirieron una filosofía propia.

¿Cuál es la importancia relativa en la revolución tecnológica de cada uno estos tres elementos que usted señala?

Yo diría que a partes iguales, porque no se puede entender Internet si falta el hipertexto, que al fin y al cabo es la forma por la que navegamos, es el ir de enlace en enlace buscando algo que no sabemos concretamente qué es pero que hace que nos vayamos informando. Por otra parte, es incontestable que sin la revolución de los ordenadores personales Internet jamás hubiera llegado a ser un fenómeno social y popular. Finalmente, sobra decir que los protocolos que permiten comunicarse a dos o más ordenadores personales le están dando la vuelta al modo que tenemos de relacionarnos, tal y como la habíamos conocido hasta ahora. Pero sin ordenadores y sin el hipertexto, de poco nos hubieran servido los protocolos.

Parece un poco extraño incluir la hipertextualidad entre los factores propiciadores del fenómeno Internet…

“El desarrollo lógico habría sido que Internet se hubiera gestado desde el mundo empresarial”
Pues en realidad es el más antiguo de los tres, y tiene precedentes incluso en la Biblia, como son la cita cruzada o la anotación a pie de página. Se trata de modos precursores de hacer referencia a otro texto diferente del que se está leyendo, y en realidad la hipertextualidad es mucho más cercana al modo de pensar humano que la lectura lineal. Pensamos asociando ideas, no deduciendo una de otra. Incluso Ramón Llull quiso inventar en el siglo XIII una máquina que servía para unir páginas que contenían ideas asociables; desde siempre el ser humano ha buscado un modo de reflejar sus pensamientos que fuera más versátil que el lineal, y yo diría que la hipertextualidad es lo que más se acerca al modo de pensar humano.

¿Se puede concluir que Internet es la consecuencia lógica del desarrollo de las nuevas tecnologías durante el siglo XX?

No, en absoluto. Incluso al contrario, el desarrollo lógico habría sido que Internet se hubiera gestado desde el mundo empresarial y hubiera sido pensada como un servicio de valor añadido al teléfono: se podría ofrecer desde videoconferencias a videovigilancia de los niños, del hogar, correo electrónico, etc… Todo con elevada calidad, sin spam, sin virus, pero completamente controlado por AT&T y otras grandes operadoras de telefonía. Este es el modelo de las ‘superautopistas de la información’; verdaderos jardines exclusivos y vallados, algo elitista y nada popular. Habría sido un modelo que no habría permitido la publicación libre tal como la concebimos ahora, y que yo creo que es el gran valor añadido de Internet. A este modelo respondieron las primeras experiencias de redes, como Compuserve, America Online o el Minitel de France Telecom, que todavía sigue existiendo como servicio independiente.

¿Qué ocurrió entonces para que Internet no siguiera ese modelo empresarial y acabara siendo algo popular?

“Los fundadores de empresas como Microsoft y Apple eran activistas hippies cuya decisión más importante fue fundar sus propias empresas”
Tuvo mucho que ver en ello la procedencia de los primeros ingenieros que trabajaron en el desarrollo de redes para intercambiar información, ya que el interés por las mismas nace tras la segunda guerra mundial en el ámbito militar. A la cabeza de ellos estaba Douglas Engelbart, del MIT, quizá el primero en pensar tanto en los ordenadores personales como en el desarrollo de redes de computadores. A partir de él y de su equipo de trabajo, comienza a haber un interés en la investigación militar por las redes de computadores, y como consecuencia todo el desarrollo que se produce, o buena parte de él, se hace con presupuesto del Pentágono, por lo que su propiedad pasa a ser pública por ley una vez que trasciende el ámbito del secreto militar. Esto es muy importante para comprender que Internet no cayera exclusivamente del lado empresarial. Por otro lado, están los movimientos contraculturales de los años sesenta y setenta, que alimentaban ideológicamente las universidades occidentales. Es allí donde se formaban los primeros investigadores interesados en la informática y la computación, y es allí, en California sobre todo, donde se produjo la confusión de ideas que generó Internet.

¿En qué consistió esta confusión?

Básicamente consistió en que aquellos estudiantes que se suponía que debían formarse para entrar a trabajar en IBM y otras grandes empresas, a la vez que desarrollaban programas como el sistema operativo Unix, o aparatos como los primeros computadores, los primeros teclados, los primeros ratones, etc… Estos estudiantes se empapaban de ideología contracultural mientras construían el futuro tecnológico. Bill Gates, Paul Allen (fundadores de Microsoft) o los Steves (Jobs y Wozniak, fundadores de Apple) acudían a las fiestas hippies, a los conciertos de Grateful Dead, estaban en el entorno de Steward Brand, manager de grupos de rock ácido y creador de la biblia hippy, la revista The Hole Earth Cataloge. Eran activistas hippies cuya decisión más importante fue no entrar a trabajar en las multinacionales, como hacían la mayoría de sus compañeros de promoción, sino fundar sus propias empresas y aplicar parte de su filosofía. Por supuesto en ese entorno también estaban personas como Richard Stallman y otras que con el tiempo dieron forma al movimiento del software libre. En definitiva se puede decir que la revolución de las nuevas tecnologías es cosa de una pandilla de hippies.

Es cierto que se puede ver a Bill Gates como un empresario atípico y a Microsoft o Apple como empresas rompedoras, pero de ahí a pensar que su filosofía es contracultural…

“Internet está cambiando las relaciones de poder, puesto que la información, sobre todo, ya no está en manos de unos pocos sino de todos”
Ya digo que en algunos casos la decisión más importante fue crear sus propias empresas, pero en otros fue fundar el movimiento del software libre; a su manera cada uno ha contribuido a que Internet sea lo que es, porque no hay que negar que tanto Microsoft en software como Apple en hardware hacen algo revolucionario: crean el ordenador para las personas, los individuos, es decir que le dan el poder de manejar la información al ciudadano en vez de dejarlo como sujeto pasivo, que es lo que pasa con la televisión o la radio. Esto es fundamental, porque le da pie al ciudadano a participar de Internet, a entrar en un juego donde la principal premisa es que la información quiere ser libre (frente a la información controlada de las grandes empresas), una premisa hippy por antonomasia. La red por la que se conectaban esos ordenadores personales primigenios también fue creada por subversivos, por estudiantes hippies compañeros de Gates, Jobs y compañía. Internet fue lanzada desde las universidades con un fuerte componente ideológico y libertario, y yo creo que no es del todo casualidad que hoy sea lo que es.

¿Y en que consiste el ‘robo del milenio’ que da título a su próximo libro?

Precisamente en eso: en crear un artefacto que fuera capaz de darle la vuelta una situación donde una élite tiene el control sobre cómo se informa la masa, qué consume la masa, qué escribe, dice o hace la masa, para pasar a una realidad en la que la masa se hace soberana, en el que cada individuo vale lo mismo de partida y donde cada ciudadano puede escribir, leer o hacer lo que le plazca sin que eso afecte necesariamente a los otros individuos. Y si no tanto, al menos sí un espacio donde tanto la libertad como las posibilidades de repercusión de cada actitud personal sean infinitamente mayores de lo que hasta ahora han sido. Internet está cambiando las relaciones de poder, puesto que la información, sobre todo, ya no está en manos de unos pocos, sino de todos: ese es el robo del milenio. Y cuando hablo de información me refiero tanto a noticias como a música, vídeos, películas, software, etcétera, y también a influencia y a poder de decisión.

¿Y a dónde lleva esto?

“Puede que haya un periodo transitorio en el que la muerte de los estados y las naciones genere mafias y tribalismos”
Lleva a una gran serie de cambios, aunque es difícil prever sus consecuencias concretas; yo no me atrevo a pronosticar nada, pero me da la impresión a que va a traer cambios de mucha profundidad. De momento el concepto de espacio físico, de día y noche, de horario laboral, etcétera, están cambiando o se están poniendo en cuestión. Es decir, que es un cambio que está afectando a la realidad física. A mayor nivel, y con el tiempo, puede llegar a ser un cambio mucho más profundo, porque supone una alteración de las culturas y las economías; una alteración y una mezcla. Internet pone en contacto inmediato a gente con distintas costumbres, distintos horarios, distintas religiones, distintas dietas, etcétera, y eso tiene sus repercusiones.

Toda revolución tiene su precio en sangre. La imprenta trajo las guerras de religión, la revolución francesa las guerras nacionales, la industrial los totalitarismos… ¿Qué traerá Internet?

Ya digo que no tengo ni idea de si será una revolución cruenta o no, pero pienso que en el caso de que toque demasiado de golpe algún poder fundamental del régimen económico actual, podrían suceder acontecimientos violentos. Por ejemplo, puede haber tensiones en el caso de la organización de los individuos, porque con un desarrollo pleno de Internet se necesitaría sólo un gran estado rector que dé las líneas maestras (imaginemos la Unión Europea), y luego asociaciones vecinales de individuos para llevar a cabo cambios efectivos en su entorno. Por lo tanto, ¿quién necesita a los estados tal como son hoy en día? Nadie quiere intermediarios innecesarios, por lo que desaparecen; o tal vez se revelen contra la ciudadanía y den golpes de estado. O bien puede que haya un periodo transitorio en el que la ausencia de estados y naciones genere grupos de defensa de colectivos que pasen a ser mafias, o tribus… Se me ocurre que Al Qaeda responde a ese perfil: individuos unidos tan sólo por una idea y por unos métodos, pero con nada más en común; individuos que forman una red y cuya ideología es muy poco concreta salvo por sus líneas maestras… Aunque quién sabe: tal vez sea una revolución incruenta.

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