“Y, sin embargo, se mueve”: esta parece ser la principal conclusión en el apartado de Internet del Barómetro de Consumo 2005 de Fundación EROSKI sobre los hábitos de consumo de la sociedad española. Esta encuesta realizada a 3.200 personas constata que el incremento de ciudadanos que se conectan por primera vez a la Red resulta demasiado lento para un país como España, en la cola de Europa en lo que al uso de nuevas tecnologías se refiere. Por otro lado, la conclusión más positiva es que las mujeres están acelerando su incorporación al medio online y en dos años podrían adelantar a los hombres.
Lo más importante
Un dato fundamental, y que en la encuesta también se revela como positivo, es que aumenta la disponibilidad de ordenador entre los ciudadanos, pasando en un año del 55% al 58% el porcentaje de personas que disponen de equipo informático. La posesión de un ordenador hace crecer la posibilidad de usarlo conectado a la Red y por lo tanto favorece la reducción de la brecha digital.
Así, mientras hace un año sólo el 38% de la población se conectaba más o menos habitualmente a la Red, hoy este porcentaje alcanza ya al 43%. Además, hoy en España sólo el 22% de quienes tienen acceso a un ordenador no lo tienen conectado a Internet, cuando el año pasado eran el 26%.
Otro dato esperanzador es que el aumento de la disponibilidad de ordenador se produce preferentemente en los hogares, pasa del 43% al 51%, y no tanto en los centros de trabajo o estudios, donde el incremento ha sido del 30% al 31%, sólo un punto. Esto apunta a que se está produciendo una importante inversión tecnológica en los hogares, lo cual indica una actitud activa por parte de los usuarios frente a las nuevas tecnologías.
El 48% de los usuarios que cambiaron de proveedor de Internet tuvieron problemas
El mismo ritmo de crecimiento, más alto en el hogar que en el centro de trabajo o de estudios, puede observarse respecto a la conexión a Internet, aunque en este caso de un modo menos nítido. En el hogar crecen seis puntos, 25% al 31%, los españoles con conexión a Internet, mientras que en el trabajo pasan del 24% al 27%, un aumento de sólo tres puntos.
La banda ancha se consolida
Por otra parte, la conexión ADSL se consolida como tipo de acceso mayoritario, ya que el 55% de las conexiones a Internet son a través de esta tecnología. El otro método de conexión más común es la telefonía básica, con 24% de los ciudadanos conectados, y en último lugar está el cable con un 12% de conexiones.
Respecto a la percepción de Internet y sus posibilidades, lo que más se valora es la posibilidad de acceder a una información ilimitada, ya que así lo citan como ventaja el 38% de los encuestados. Como principales desventajas aparecen el riesgo de información no adecuada para los menores, citada por más del 40% de las personas preguntadas, el exceso de publicidad (16%), el coste de la conexión (13%) y la lentitud (12%).
Se atenúa el fuerte recelo hacia Internet como medio de compra y de pago, pero sigue disminuyendo la desconfianza ante este nuevo canal comercial. La valoración de Internet como medio seguro para comprar ha pasado, con crecimientos ininterrumpidos, de 3,75 sobre 10 en 2001 a 4,60 en 2005, lo que indica que quizá en 2006 se acerque aún más a la zona de aprobado. Respecto a la percepción sobre si están garantizados los derechos del consumidor cuando compra por Internet, la valoración media ha sido de 4,41 sobre diez, un ligero incremento respecto a 2004.
Finalmente, se mantienen los problemas a la hora de cambiar de proveedor de acceso a Internet. Según la encuesta, hasta un 48% de los usuarios que intentaron el cambio tuvo problemas y, de estos, casi la mitad vieron suspendido el servicio durante más de un mes.
Las mujeres apuestan por la Red
En 2007 las mujeres podrían superar a los hombres en lo que a acceso a Internet se refiere
Internet sigue siendo un terreno más masculino que femenino, pero la brecha entre los sexos va reduciéndose por la progresiva incorporación de las mujeres a la Sociedad Digital. Un dato muy significativo es que aunque todavía el 38% de las mujeres mayores de 30 años dice no haber utilizado siquiera alguna vez Internet (frente al 27% de los hombres de la misma edad), el año anterior era un 45% el que declaraba desconocer por completo la Red. Esta reducción de siete puntos entre el sexo femenino contrasta con la atenuada incorporación de los varones durante 2005, ya que éstos sólo han reducido un punto su índice de desconocimiento de Internet (en 2004 los hombres ‘desconectados’ eran un 28%).
Aún así, siguen siendo comparativamente más los hombres que disponen de un ordenador: un 62% frente al 55% de las mujeres. La diferencia aumenta si se considera la proporción de personas que disponen de ordenador tanto en el hogar como en el centro de trabajo o estudios, pues son el 32% de los varones y tan sólo un 19% de las mujeres.
Tener un trabajo remunerado es fundamental
Es entre las mujeres donde el tener una ocupación remunerada establece las diferencias más acusadas en la disponibilidad de ordenador, y por tanto de conexión a Internet. Así, el 47% de las personas de sexo femenino que no trabajan fuera de casa carece de ordenador, mientras que esta proporción entre las asalariadas se reduce hasta el 24%.
Respecto al uso de Internet, la proporción de ciudadanos que jamás se han conectado se ha visto reducida este último año, ya que ha pasado del 37% de la población al 33%. Ahora bien, mientras que entre los hombres en 2004 había un 28% de desconocedores de la Red, y entre las mujeres el rango era del 45%, en 2005 las mujeres se han incorporado con un espectacular descenso de siete puntos entre las desconocedoras (38%) contra un punto de descenso de los varones (27%).
Un crecimiento similar en 2006 supondría que la brecha de once puntos que separa ambos sexos podría reducirse a cinco puntos. De repetirse el mismo comportamiento, en 2007 las mujeres superarían a los hombres en lo que a acceso a Internet se refiere. Si la incorporación femenina se acelerase, la brecha entre sexos podría cerrarse en poco más de un año.
Sin embargo, no todas las mujeres han mejorado por igual su acceso a las nuevas tecnologías y el factor discriminador ha sido, de nuevo, el de contar con un trabajo remunerado. Así, una de cada dos mujeres sin trabajo remunerado jamás ha usado Internet (52%), mientras que entre las mujeres con trabajo remunerado sólo una de cada cuatro carece de experiencia alguna en la Red (25%).
El hombre, más activo en la Red
Los resultados del Barómetro de Consumo de Fundación EROSKI también ponen de manifiesto que los hombres tienen una actitud más activa una vez conectados a Internet, mientras que las mujeres parecen inclinarse, aunque muy ligeramente, hacia el aprovechamiento de los recursos sociales de la Red, como son los foros y los chats.
Un 72% de los hombres usuarios de la Red aseguran conectarse principalmente para buscar información, mientras que este porcentaje entre las mujeres se reduce al 64%. Respecto al uso del correo electrónico, un 59% de los hombres aseguran emplearlo con asiduidad frente al 54% de las mujeres ‘conectadas’. Sin embargo, el sexo femenino adelanta al masculino en dos puntos (16% frente a 14%) en el uso de los foros y chats.
Por otro lado, entre los usuarios con conexión diaria a Internet (más de la mitad de quienes en España han usado alguna vez Internet), los hombres son más que las mujeres, si bien entre quienes se conectan una vez cada 15 días abundan un poco más las mujeres. Finalmente, la proporción de mujeres que, habiendo usado alguna vez Internet, afirman no conectarse nunca a la Red dobla a la de varones, lo que podría indicar que a pesar de incrementar su incorporación al medio online, ésta es meramente nominal en un porcentaje alto.
La brecha también es socioeconómica
Aunque despacio, Internet va dejando de ser sólo una herramienta útil en ciertas esferas profesionales, y un vehículo de entretenimiento e información para las clases acomodadas, y se va convirtiendo, como en su tiempo lo hicieron la radio, el teléfono o la televisión, en un medio de comunicación global. Aún así, el nivel socioeconómico tiene mucho que decir a la hora de marcar los índices de conexión y uso de Internet.
En lo referente a la posesión del hardware informático necesario para la conexión, la diferencia crece de manera muy significativa con la posición social y económica. De este modo, casi el 90% de los encuestados de nivel económico alto dispone de ordenador (ya sea en su hogar, ya en su trabajo o centro de estudios) frente a sólo un 39% de los ciudadanos de nivel económico bajo. En el nivel medio, el grado de posesión de material informático es del 62%.
Por otro lado, entre los ciudadanos de nivel más elevado la disponibilidad de un ordenador conectado a Internet es del 76%, muy superior al 24% del nivel más bajo. Además, en el estatus socioeconómico alto lo habitual es disponer de conexión tanto en el hogar como en el trabajo o centro de estudios, mientras que para el resto de la población lo más frecuente es que el acceso a Internet se tenga exclusivamente en el hogar.
La conexión cuesta dinero
Otro dato significativo es el porcentaje de ciudadanos que, teniendo ordenador, no están conectados a la Red. Entre las clases altas sólo una de cada diez personas se encuentra en esta situación, mientras que entre la clase media la cifra aumenta a un 19% y en los niveles más bajos el porcentaje es del 14%. Posiblemente este dato tenga mucha relación con el precio de las cuotas de conexión, que todavía resultan muy elevadas en España si se las compara con las de otros países europeos.
Entre los ciudadanos de nivel más elevado la disponibilidad de un ordenador conectado a Internet es del 76%, muy superior al 24% del nivel más bajo
Puede ser también interesante incidir en el dato de que entre los niveles económicamente más bajos haya cinco puntos porcentuales menos de ordenadores sin conexión que en el nivel medio. Este hecho podría ser un indicio de que las familias pobres están realizando un mayor ‘esfuerzo tecnológico’ para superar las barreras formativas que les impiden acceder a mejores puestos de trabajo, mientras que entre clases medias se suple la ausencia de conexión en el hogar con la del puesto de trabajo o centro de estudios.
Hay que tener en cuenta que en el nivel medio de conexión desde el trabajo es de un 14% en la clase media frente a un 8% en el nivel bajo. También en este estatus, quienes no han usado nunca Internet son más del 50% de la población, mientras que en la clase alta sólo representan un 10%.
En lo referente al tipo de conexión, las respuestas indicaron que la banda ancha representa el 55% de las conexiones en el hogar y el 64% en el centro de trabajo o estudios.
Respecto al nivel socioeconómico, en el rango más alto existe un mayor porcentaje de encuestados con conexión ADSL en el hogar (57%), si bien en los rangos medio y bajo los porcentajes son parecidos (53% y 54% respectivamente). Este dato es relevante en tanto que indica que la banda ancha, que ofrece mejores prestaciones que la conexión telefónica básica, se impone como estándar de acceso.
Sin embargo, en el trabajo o centro de estudios las diferencias aumentan, siendo la clase alta la que presenta un mayor porcentaje de conexión ADSL (66%). En el rango bajo, la tasa de conexión a la banda ancha es diez puntos menor (56%).
Siguen los problemas al cambiar de proveedor de acceso
Según refleja el Barómetro de Consumo 2005, un alto porcentaje de los usuarios (48%) tienen problemas para cambiar de proveedor de acceso (ISP). Este factor podría estar frenando tanto la incorporación de nuevos usuarios a la Red, por miedo a sufrir este tipo de problemas, como la movilidad de los ‘conectados’ en busca de la mejor oferta en un entorno supuestamente liberalizado. A este respecto, los datos de la encuesta muestran que sólo el 12% de la población ‘conectada’ ha cambiado de ISP.
Esta tesis se ve avalada por el hecho de que sólo al 63% de los encuestados les resultó fácil realizar el cambio de proveedor cuando lo intentaron. El resto manifestaron haber tenido problemas. Lógicamente, el cambio de proveedor de Internet acumuló la mayoría de las reclamaciones: reclamó el 44% de los usuarios que realizaron este cambio.
Un 48% las interrupciones de servicio duró entre uno y tres meses
Un indicador complementario es el de suspensión o interrupción del servicio a causa del cambio de proveedor. Este incidente llega a un 38% en el caso de Internet, mientras que sólo un 18% de los usuarios que cambiaron de operadora telefónica sufrieron este percance. En el caso de las personas que cambiaron de compañía eléctrica (otro entorno liberalizado) sólo un 8% sufrieron cortes en el suministro de electricidad. Incluso la duración de la suspensión del servicio fue mucho mayor en el cambio de proveedor de Internet, que en el 32% de los casos llegó a ser de entre uno y tres meses. Un dato preocupante es que el 48% las interrupciones de servicio duró entre uno y tres meses.
Por zonas, donde se cambió con más frecuencia de ISP fue en el Área Metropolitana de Barcelona (un 17% de la población ‘conectada’ cambió de proveedor) y en el Área Metropolitana de Madrid (15%). En el otro extremo, en Galicia y Navarra sólo el 8% de la población ‘conectada’ cambió de ISP.
En el cambio de ISP también influye el hábitat. Así, las urbes más proclives al cambio de proveedor de Internet son las que oscilan entre 50.001 y 200.000 habitantes (un 18% de la población ‘conectada’ cambió de proveedor) y las capitales de provincia (13%). Curiosamente, las menos dispuestas a cambiar son las localidades más pobladas, en las que sólo el 5% de los residentes ‘conectados’ cambiaron de proveedor de Internet durante los últimos doce meses.
