Cada vez más iglesias de Estados Unidos pasan el «cepillo electrónico», recolectando limosnas por Internet, lo cual ha abierto un debate entre los que creen que hay que sumarse a los nuevos tiempos y los más tradicionales.
Millones de feligreses de congregaciones de las iglesias Católica Romana, Ortodoxa Griega o Bautista, entre otras, ya no esperan a que se pase el cepillo en los oficios religiosos para realizar sus contribuciones: las efectúan por Internet y las cargan en sus tarjetas de crédito.
Para los creyentes e iglesias que se han subido al «carro cibernético», el sistema es ventajoso porque tramita las contribuciones mientras los feligreses están de vacaciones, manejan sus cuentas en el ordenador o ganan millas en las aerolíneas porque usan la tarjeta de crédito.
Muchas iglesias lo consideran positivo porque permite contar con un flujo constante de donaciones y evita los altibajos que traen consigo las vacaciones de verano (cuando los fieles tienden a saltarse las misas) y otras épocas «bajas» en lo que a limosnas se refiere.