Windows Genuine Advantage: el ‘pepito grillo’ digital

Se trata de un método de detección de software pirateado que podría llegar a impedir al usuario tanto las actualizaciones de Windows XP como el uso libre de otros programas de Microsoft
Por Jordi Sabaté 2 de octubre de 2006

Si bien es cierto que el 90% de los usuarios se inclinan (por múltiples razones) por Windows como sistema operativo para sus ordenadores, también lo es que muchos de éstos no pagan la licencia de uso, sino que utilizan la versión de alguna amistad, o bajada de las redes P2P, y la instalan ilegalmente en su ordenador. Frente a esta tendencia, Microsoft ha diseñado un detector de copias pirata que avisa insistentemente al usuario de que no está usando una copia legal del programa y propone la instalación de la versión ‘genuina’ comprada online.

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En teoría, ésto protegerá al ordenador de vulnerabilidades derivadas de su ‘pecado’. Sin embargo, algunos expertos creen que la no instalación de la versión genuina podría llegar a bloquear futuras actualizaciones e incluso impedir al ordenador el uso de otros servicios de Microsoft.

Las empresas contraatacan

La compañía de Redmond no es la única afectada por la tendencia de los usuarios a ahorrarse el dinero que cuesta la licencia de un programa y usar la copia de un amigo, un familiar o, simplemente, una versión descargada de redes P2P como Emule: lo mismo le ocurre a Adobe con Photoshop, ImageReady o Acrobat, y a otras empresas con sus servicios de pago.

Pero no ha sido hasta tiempos muy recientes que las compañías afectadas han decidido contratacar con herramientas que impidan la extensión de las llamadas ‘copias pirata’. El más popular (o impopular, según se mire) de estos programas anticopia es el DRM (Digital Rights Manager) o ‘gestor de derechos digitales’. En realidad se trata de un candado digital a la copia de determinados archivos fuera del soporte en el que los colocó la empresa que los distribuye.

La tienda iTunes de Apple usa DRM, de modo que sus canciones sólo se pueden escuchar en un iPod y sólo en uno. También otros servicios digitales de distribución de música y vídeo emplean en DRM (por ejemplo Pixbox, de Terra), pero permitiendo un número limitado de copias, o bien la escucha por un tiempo determinado.

WGA: ‘Cracks’ en 24 horas

En principio Windows Genuine Advantage (WGA) no es un sistema anticopia, sino que simplemente avisa al usuario de que está usando una copia no legal del sistema operativo Windows y le aconseja que compre online la versión legal para protegerse de posibles problemas. No obstante, este aviso en forma de ventana emergente, o ‘pop up’, aparece cada vez que se reinicia el ordenador. También, de modo insistente sobre el relój de la barra del escritorio, aparece otra ventana con un aviso parecido. Aunque no interfiere en las tareas del ordenador, el objetivo es obviamente molestar al usuario hasta que ceda y compre la versión legal.

El aviso de WGA se produce en forma de ventana emergente, o ‘pop up’, y aparece cada vez que se reinicia el ordenador

El sistema llegó a la Red con no poca polémica, ya que inmediatamente aparecieron asociaciones de internatuas demandándolo por entrar ilegalmente en el ordenador del usuario. Se alega que WGA ‘se cuela‘ en el sistema, como si se tratase de una actualización de Windows, y lee el número de licencia para saber si se corresponde con el código de ordenador que Microsoft tiene en sus registros como propietario, o bien es una copia ilegal. En caso de ser así, se activa el sistema de avisos.

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Pero la respuesta de los ‘hackers’ al reto impuesto fue inmediata y en menos de 24 horas ya circulaba por Internet un remedio a las insistentes ventanas emergentes. Microsoft respondió reparando la vulnerabilidad de WGA, y de nuevo en pocos días el segundo ‘crack’ era lanzado a la Red. Tanto el primero como este segundo son fáciles de aplicar por un usuario con conocimientos medios. El resultado obtenido significa librarse de las molestas ventanitas.

¿Qué pretende realmente Microsoft?

Muchos analistas han especulado con las intenciones reales de Microsoft. Lo que los expertos no comprenden es por qué la compañía pretende presionar en un campo donde tiene mucho que perder y poco más que ganar, puesto que es casi el dueño absoluto. Con más razón, el que un importante porcentaje de las copias de Windows instaladas puedan ser ilegales, tal como se afirma desde Microsoft, significa que hay muchos usuarios que no están dispuestos a pagar por un sistema operativo que tienen tan a mano. Tal como expresa irónicamente un experto: «Si hubiera que pagar por usar Windows igual me pasaba a Linux».

El 80% de los ordenadores que vienen con Linux preinstalado acaban siendo utilizados con versiones piratas de Windows

Sin embargo, un estudio de la consultora Gartnerindicaba en septiebre de 2004 que el 80% de los ordenadores que vienen con Linux preinstalado acaban siendo utilizados con versiones piratas de Windows. Es decir, que los usuarios prefieren por defecto Windows porque están acostumbrados a su entorno gráfico. Pero no quieren pagar. ¿Conviene presionarles para que acepten otros sistemas operativos (como Ubuntu) que cada vez son más accesibles y además son gratuitos y legales? Como expresaba en su día el titular de un artículo: «La mayor barrera a la extensión de Linux es Windows pirateado».

En este estado de cosas, el blogger, analista y profesor del Instituto de Empresa Enrique Dans cree que WGA no tiene ningún futuro. Según Dans, «el sistema se limitará a molestar durante un tiempo a los usuarios de copias pirata, pero a largo plazo Microsoft se desinteresará de él». Dans cree que el verdadero futuro para Microsoft está en lanzar Windows Vista (su nuevo sistema operativo, que se podrá instalar y actualizar desde Internet) con una filosofía totalmente distinta a la actual.

¿Hacia un Windows gratuito o hacia un Gran Hermano?

«A la larga, el objetivo que se debe fijar Microsoft es mantener su cuota de mercado ante el crecimiento de los entornos gráficos libres accesibles, y la mejor manera de hacerlo es ofrecer Windows de modo gratuito y cobrar por la formación y el mantenimiento, tal como hacen Ubuntu, Red Hat Linux y otras empresas que trabajan con software libre», opina Dans.

Sin embargo, otros expertos creen que WGA podría ser la sala de pruebas de un proyecto más ambicioso que consistiría, a la larga, en bloquear todas las copias pirata de Windows que existen actualmente. El método pasaría en una primera fase, la actual, por localizar las copias ilegales. Posteriormente se bloquearía (o restringiría) el acceso a las actualizaciones en dichas copias, así como el uso de algunos servicios de Microsoft.

El CD de Windows, difícil de encontrar en Buenos Aires

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Sea o no realista la anterior suposición, lo cierto es que las copias ilegalmente instaladas de Windows son numerosas, pero no en todas las ocasiones el culpable es el usuario. Partiendo del hecho de que la inmensa mayoría de los ordenadores se venden con Windows preinstalado, y que esto tiene un coste en licencias, muchas pequeñas tiendas han conseguido rebajar los precios de los aparatos, y con ello ganar margen de beneficio, instalando copias piratas en los ordenadores que venden.

Aunque con el auge de las grandes superficies este hecho se está reduciendo, aún existen países donde el pequeño comercio es importante en el sector de la informática y el uso de copias piratas es muy frecuente. Hace año y medio, un miembro de la Asociación Civil de Software Libre de Argentina escribió un interesante artículo titulado: “¿Y si quisiera comprar Windows?“. En él puede leerse: “Es muy cómodo sentarme frente a mi computador y ‘pegarle palos’ al gigante de Redmond. Pero esta vez las cosas cambian, por primera vez me he propuesto ver cuán fácil es realmente ser un usuario de Microsoft (se entiende que en forma totalmente legal). Y les aseguro que lo que aquí les cuento es lo que me ocurrió…”

Seguidamente el usuario pasa a contar las enormes dificultades (imposibilidades más bien) que, según dice, tuvo para conseguir en Buenos Aires una copia legal (se entiende que en formato CD) de Windows. Tras siete días de búsqueda, asegura que no consiguió la versión legal. El usuario extrae de su relato la siguiente conclusión: “El usuario legal de Windows [en Argentina] no existe”.

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