Los destinos europeos clásicos, como Londres, París, Roma, Lisboa y Ámsterdam, son los favoritos de los españoles para pasar los puentes de invierno, según la web comparadora de precios de hoteles Trivago. En unos días llega el primero, el de Todos los Santos, y numerosos viajeros estarán unos días fuera de casa, a pesar de la crisis. Para lograr disfrutar de unas vacaciones en el extranjero sin arruinarse, no basta con aminorar el consumo en los lugares elegidos, sino hacer una contención de gastos innecesarios. Y, como se indica a continuación, esta puede comenzar desde el momento en que se decide realizar un viaje. Porque planificar al detalle con antelación es esencial para conseguir que el presupuesto final no se dispare.
El ahorro empieza desde casa
Viajar al extranjero es una de las fuentes más recomendables para conocer otras personas y disfrutar de sus culturas. Para que disfrutar de otros lugares no se convierta en un agujero para la economía familiar, se puede ahorrar, incluso desde el momento en que se decide realizar un viaje. No basta con aminorar el consumo una vez que se está en el destino, sino que esta estrategia de contención de gastos debe empezar antes de salir con una planificación del viaje repleto de garantías que eviten que el presupuesto final se eleve en exceso.
Las medidas de ahorro incluyen desde evitar penalizaciones por exceso de equipaje hasta contratar una póliza lo más económica posible
Las medidas son sencillas y de sentido común:
Conviene hacer la maleta con cabeza y llevar solo lo necesario, ya que hay que evitar penalizaciones por exceso de equipaje que pueden encarecer el viaje sobremanera.
Una primera solución pasa por pesar el bagaje antes de salir de casa, con objeto de no sobrepasar el límite estipulado y eliminar cualquier artículo innecesario.
Una vez en el aeropuerto, se puede agrupar parte del equipaje en pequeñas bolsas, que se llevarán en el bagaje de mano dentro de la aeronave. En ellas se podrán meter objetos personales, de aseo, alguna ropa de abrigo e, incluso, los regalos y recuerdos para los familiares y amigos.
Si se va fuera de la zona del euro, los cambios en monedas locales pueden suponer una importante fuente de comisiones tanto en el lugar de origen como en el de destino. Para evitar este problema, lo más aconsejable será acudir a la entidad financiera habitual y que allí organicen todo y preparen el dinero necesario para el viaje. Así se conseguirá reducir un excesivo gasto por estas operaciones, sin tener que ir a las casi siempre costosas empresas de cambio de divisas.
Hay que protegerse de cualquier contingencia a través de la contratación de un buen seguro de viajes, que debe tener todas las prestaciones imprescindibles para el trayecto. Pero hay que seleccionar uno económico, que se adapte a las necesidades del viajero sin tener que pagar coberturas innecesarias.
En casi todos los viajes, a pesar de intentar contener el gasto, se terminan haciendo compras. Si es así, lo idóneo es hacerlas en las tiendas duty free de los aeropuertos, que ofrecen grandes descuentos a los pasajeros. A pesar de todo, no es recomendable un consumo irracional, y conviene adquirir solo productos y artículos que en realidad se necesiten.
No es conveniente dejar las compras para el final del trayecto, ya que no se podrá optar a las ofertas de los comercios, ni habrá tiempo para comparar precios.
Hay que tener mucho cuidado con la utilización de tarjetas de crédito y de débito, ya que sacar dinero en el extranjero implica sufrir comisiones muy elevadas. Por ello, solo se deben usar para situaciones excepcionales o de gran urgencia, como puede ser un pago imprevisto o escasez de liquidez.
Se debe tratar de no abusar de la compra de productos que tienen altos precios o impuestos muy elevados, como alcohol, tabaco, artículos de lujo…
No es recomendable llevar el dinero justo para estas estancias en el extranjero, aunque tampoco es prudente pasarse en el cálculo. Lo conveniente es llevar algo más de lo necesario, para poder afrontar algún pequeño gasto imprevisto.
Para evitar cualquier tipo de sorpresas, es aconsejable consultar el tipo de cambio vigente antes de utilizar la tarjeta de crédito. Así, se sabrá perfectamente cuánto costarán las compras.
Si se opta por probar la gastronomía local, se puede ahorrar dinero, ya que este tipo de alimentos se ajusta a tarifas más competitivas. Además, es una estupenda manera de conocer el país en cuestión, que no conviene perderse.
En el lugar elegido, hay que comprobar la red de transportes disponible. Es probable que haya una línea de autobuses o metro que enlace el aeropuerto o la estación con el punto de destino exacto por poco dinero y de forma rápida. De no ser así, o ser un sitio poco seguro, conviene coger un taxi y gastar algo más de dinero a cambio de la seguridad.