Entrevista

Ildefonso Hernández, director general de Salud Pública

Antes de viajar a un país exótico conviene visitar un centro de vacunación
Por Lola Raya Bayona 23 de julio de 2008
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Cada vez son más los españoles que eligen para sus vacaciones un país extranjero buscando ocio, tranquilidad o diversión. Pero a veces la historia se complica, y lo que deberían ser unas semanas de relax o aventura acaba convirtiéndose en un gran problema. Algo que, en muchas de las ocasiones, se solucionaría si se tomaran unas precauciones tan básicas como vacunarse contra las enfermedades más habituales o peligrosas de esos países de destino. El director general de Salud Pública, Ildefonso Hernández, da sus opiniones y consejos para que un viaje a un destino exótico sea perfecto.

Este verano quisiera viajar a África. ¿Qué medidas preventivas hay que tomar?

Debe tomar, en primer lugar, medidas preventivas generales, como elegir ropa y calzado adecuado, tener precaución con los alimentos y bebidas, con el hielo, con la repostería y los helados. La fruta debe ser pelada personalmente y las verduras no comerse crudas. Además, debería protegerse del calor y de las picaduras de insectos.

Pero, además, desde el Ministerio de Sanidad y Consumo, recomendamos solicitar información, con cita previa, en uno de los centros de vacunación internacional donde un médico le atenderá y adaptará estas recomendaciones a su viaje. Cuando el destino es África o un país en desarrollo la consulta deberá realizarse preferiblemente con al menos 4-8 semanas de antelación. En África, hay países donde es necesario la vacunación frente a la fiebre amarilla, como Angola, Cabo Verde, Camerún, Costa de Marfil, Guinea, Kenia, Mali, Mauritania, Nigeria, Ruanda, Senegal, Somalia o Uganda, y pueden incluso exigirla las autoridades locales (14 países africanos exigen actualmente el Certificado de Vacunación Internacional frente a la fiebre amarilla). La malaria o paludismo es también una enfermedad endémica en África que se trasmite por picadura de mosquitos y frente a la cual es necesario hacer una profilaxis tomando la medicación adecuada para cada país.

¿Existe el mismo riesgo si se hace un safari que si se va a visitar un núcleo urbano?

Los viajeros que se aventuran en áreas remotas deben tomar estrictas precauciones para evitar enfermar. Algunos destinos pueden suponer riesgos graves para la salud, sobre todo aquellos en los que el alojamiento es de mala calidad, la higiene y los saneamientos son inadecuados, y no disponen de servicios médicos ni de agua limpia.

Desde luego, los riesgos son menores en aquellos destinos donde todos estos aspectos son de un alto nivel y suponen relativamente menos riesgos graves para la salud del viajero, a menos que tenga una enfermedad preexistente. Así ocurre en el caso de los viajeros por negocios y los turistas que visitan principalmente ciudades importantes, puesto que utilizan centros turísticos y alojamientos de buena calidad.

Con respecto a los niños, ¿se deben tomar medidas específicas?

Sí. Los bebés y los niños pequeños tienen necesidades especiales en vacunaciones y precauciones contra el paludismo. Son especialmente sensibles a la radiación ultravioleta y se deshidratan más fácilmente que los adultos en caso de una ingestión inadecuada de líquidos o pérdida de fluidos a causa de diarrea. La deshidratación en unas pocas horas puede abatir a un niño. Los viajes en avión pueden provocar molestias a los bebés debido a los cambios de presión de aire en la cabina y están contraindicados para recién nacidos menores de 7 días. Los bebés y los niños pequeños son más sensibles a los cambios repentinos de altitud. También son más susceptibles a muchas enfermedades infecciosas.

Además de los niños, ¿qué otro grupo de personas tienen alto riesgo a la hora de viajar a alguno de estos países exóticos?

Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo se consideran grupos de riesgo sanitarios asociados a los viajes, además de bebés y niños pequeños, las embarazadas, ancianos y personas con problemas médicos previos. Recomendamos a enfermos crónicos consultar a su médico antes de iniciar el viaje.

¿Cómo se puede disfrutar del viaje sin correr ningún riesgo?

La planificación previa, unas adecuadas medidas de prevención y la cuidadosa adopción de precauciones pueden reducir considerablemente el riesgo de consecuencias adversas para la salud. Todas las personas que planifican viajes deberían estar informadas de los posibles riesgos de los países a los que van a viajar, y saber cómo minimizar el riesgo de adquirir estas enfermedades.

Al planificar un viaje hay que estar informado de los posibles riesgos, y saber cómo minimizar el riesgo de adquirir enfermedades

¿Existe información suficiente para el usuario antes de elegir un destino?

En la web del Ministerio de Sanidad y Consumo, en el aparatado “La salud también viaja” se recogen consejos y normas sanitarias para viajeros internacionales además de una relación de los 64 centros de vacunación internacional de todo el territorio nacional, con teléfonos de consulta y cita previa.

¿Qué pasos debe seguir la persona que desea viajar a uno de estos destinos? ¿A dónde ha de acudir para adquirir la información?

Debe acudir a uno de estos 64 centros de vacunación internacional distribuidos por toda la geografía española. En estos centros se asesora, tras una evaluación individualizada, en medicina del viajero. Se administran las vacunas obligatorias y recomendables, se informa acerca de las enfermedades que previenen, se recomiendan y prescriben quimioprofilaxis farmacológicas (medicamentos a dosis preventivas) asesorando sobre mecanismos de actuación, contraindicaciones medicamentosas, efectos secundarios, interacciones farmacológicas y dosificación, y se informa sobre riesgos sanitarios inherentes a los viajes internacionales.

¿Qué vacunas son las que hay que ponerse obligatoriamente, si no se quieren correr riesgos?

La vacunación obligatoria, según el Reglamento Sanitario Internacional, actualmente sólo se refiere a la fiebre amarilla. La vacunación contra esta enfermedad se realiza para proteger al individuo en regiones donde hay riesgo de infección, y para proteger a países vulnerables a la importación del virus.

Además, el viajero debe tener en cuenta que todavía no se han desarrollado vacunas contra algunas de las infecciones más letales, como el paludismo y el VIH/sida, por lo que tendrá que tomar medidas de prevención.

Y tras vacunarse, ¿existe todavía algún riesgo de contagio? Si es así, ¿qué puede hacerse?

Cuando se padezca una enfermedad crónica, cuando manifieste enfermedad en las semanas siguientes al regreso (especialmente si presenta fiebre, diarrea persistente, vómitos, ictericia, trastornos urinarios, enfermedad cutánea o infección genital), cuando considere que ha estado expuesto a una enfermedad infecciosa grave, o ha pasado más de 3 meses en un país en desarrollo, el viajero debe informar al personal sanitario sobre su reciente viaje, incluido el destino, el objetivo y la duración del mismo. La fiebre después de regresar de una zona endémica de paludismo supone una emergencia, y los afectados deben buscar atención médica inmediatamente.

¿Hay vacunas que estén contraindicadas para algún grupo de personas? ¿Cuáles son?

Hay unas contraindicaciones generales a la administración de vacunas, por lo que, lo más adecuado es consultar con un especialista.

¿Con cuánto tiempo se debe programar un viaje de estas características, teniendo en cuenta que desde el momento de ponerse las vacunas deben transcurrir algunos días para ver la reacción, o porque haya que poner una doble dosis?

El viajero que acude a un centro especializado en medicina del viajero con motivo de una visita a un país tropical, subtropical o en vías de desarrollo, debe acudir a un centro de vacunación internacional con 4-6 semanas de antelación, especialmente, si se necesitan vacunaciones. No obstante, los viajeros de última hora también pueden beneficiarse de dicha consulta médica.

Hay contraindicaciones generales a la administración de vacunas, por lo que más adecuado es consultar con un especialista

¿Qué países requieren vacunación antes de entrar en ellos?

La vacunación obligatoria contra la fiebre amarilla se lleva a cabo para prevenir la importación del virus en los países vulnerables. En el Africa Subsahariana, estos países son 36: Angola, Benin, Botswana, Burkina-Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, República Centroafricana, Zaire, Congo, Costa de Marfil, Chad, Yibuti, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Kenia, Liberia, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Santo Tomé y Príncipe, Somalia, Sudán, Tanzania, Uganda.

También existen 10 países en América del Sur: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago.

En algunos países no existe la fiebre amarilla pero puede estar presente el mosquito vector y los huéspedes primates no humanos. La importación del virus por un viajero podría llevar al establecimiento de la infección en los mosquitos y los primates, con el consiguiente riesgo de infección para la población local. En esos casos, la vacunación es un requisito de entrada para todos los viajeros que llegan de países, incluido el tránsito en aeropuertos, donde existe riesgo de transmisión de la fiebre amarilla.

La vacunación contra la enfermedad meningocócica es exigida por Arabia- Saudí a todos los peregrinos que visitan La Meca anualmente (Hajj) o en cualquier otro período (Umrah). Actualmente, y tras la aparición en los años 2000 y 2001 de casos de enfermedad meningocócica asociada a N. meningitidis W-135 entre los peregrinos, se exige vacunación con la vacuna tetravalente (A, C, Y y W-135).

¿Y cuáles presentan mayores riesgos?

Dependiendo del lugar de destino, los viajeros pueden estar expuestos a diversas enfermedades infecciosas. La exposición está supeditada a los agentes infecciosos del área visitada. El riesgo de infectarse varía en función de varios parámetros como el motivo del viaje, el itinerario dentro del área, la calidad del alojamiento, la higiene y los saneamientos, así como la conducta del viajero. En algunos casos, las enfermedades pueden prevenirse mediante vacunaciones, pero existen enfermedades infecciosas, incluidas algunas de las más importantes y más peligrosas, para las que no existe inmunización.

Por ello, los países que presentan mayores riesgos son los del África Subsahariana, Papúa-Nueva Guinea, áreas rurales o remotas de países del sudeste asiático, Subcontinente Indio y determinadas zonas selváticas de países sudamericanos.

¿Las enfermedades contagiosas más peligrosas que se pueden encontrar?

Todo depende del lugar de destino. Lo más apropiado es consultar con los especialistas de los centros de vacunación internacional, que especificarán al viajero frente a qué enfermedades debe protegerse en cada caso.

Hace poco tiempo se ha conocido la noticia de que en Brasil han muerto más de 70 personas por la picadura del mosquito dengue. ¿No existe algún modo de prevenir esta picadura o poner un remedio después?

El dengue es una fiebre hemorrágica viral transmitida por mosquitos del género Aedes. Son 4 virus inmunológicamente relacionados que no proporcionan entre ellos inmunidad cruzada o protección frente a uno de los virus causantes cuando se ha padecido la enfermedad por uno de ellos. La infección se extiende por la mayoría de las áreas tropicales del mundo.

MEDIDAS ADICIONALES DE PROTECCIÓN
  • Uso de repelentes de insectos: se aplican en zonas de piel expuestas. Debe elegirse un repelente que contenga DEET (dietiltoluamida), IR3535* o Icaridín. Pueden ser necesarias aplicaciones cada 3-4 horas.
  • Vaporizadores de insecticida ambiental, que pueden estar indicados cuando las condiciones de alojamiento lo determinen.
  • Redes mosquiteras: impregnadas o no con insecticidas, con una malla de tamaño no superior a 1,5 mm. Los viajeros que acampan en tiendas deben usarlas siempre.
  • Pantallas de protección contra mosquitos en ventanas, puertas y aleros.
  • El aire acondicionado es un medio muy efectivo para mantener fuera de la habitación mosquitos y otros insectos.
  • La ropa deberá ser de fibras naturales (algodón, lino) con la mayor superficie corporal posible cubierta, ligera, no ajustada y de colores claros (atraen menos a los mosquitos y moscas).
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