El sector turístico español expresa su preocupación ante la bajada de la cifra de entrada de turistas a nuestro país mientras observa el extraordinario comportamiento que a lo largo de este año han tenido los principales países competidores del Mediterráneo oriental en el producto de «sol y playa».
La conclusión a la que se llega es que los británicos, alemanes, franceses o italianos no sólo no han dejado de viajar, sino que lo están haciendo a Turquía, Egipto, Bulgaria, Croacia, Marruecos o Túnez. Esta circunstancia acentúa la preocupación de los profesionales, que constatan una pérdida de competitividad de España frente a estos destinos del Mediterráneo.
Según los expertos, varios factores han contribuido a que los turistas extranjeros fieles al destino español hayan optado este año por cambiar su ruta de viaje. El hecho de que las economías de estos países emisores no vayan bien y que los mercados emergentes ofrezcan unos precios más baratos ha sido un factor determinante del desplazamiento de turistas.
Además, hay que tener en cuenta que si bien los atentados del 11-M no han tenido una incidencia directa en el turismo, sí que han provocado un cambio de mentalidad entre numerosos viajeros que han dejado de considerar a Turquía, Túnez, Marruecos o Egipto como zonas especialmente inseguras, tras concienciarse de que estos sucesos pueden ocurrir en cualquier parte del mundo.
Otro factor que ha jugado este año a favor de los principales mercados competencia de España en el Mediterráneo ha sido el que estos países superaran la inestabilidad geopolítica que presentaban a principios de 2003.
El último informe de la Alianza por la Excelencia Turística (Exceltur) revela que frente a un aumento de turistas extranjeros en España del 3,8% en los cinco primeros meses del año, Turquía ha crecido un 53,5% y Egipto un 71%.
