A la hora de planificar un viaje en coche, para evitar riesgos innecesarios, conviene intentar, en primer lugar, no salir a la carretera los días y horas en los que se prevea mayor afluencia de vehículos. Si hubiera problemas, se puede consultar antes de salir la situación del tráfico llamando a los servicios de la DGT para valorar la posibilidad de utilizar vías alternativas.
Es conveniente hacerse con un mapa y trazar la ruta que se tiene intención de seguir durante todo el trayecto. Llegado el momento de partir, hay que acomodar el equipaje en el maletero. Si no queda más remedio que meter algún bulto en el habitáculo del coche habrá que procurar que vaya bien sujeto y que no impida la visibilidad.
Si es preciso colocar parte del equipaje en la baca del coche debe hacerse de forma que favorezca la aerodinámica del mismo y retirarla, si es posible, en cuanto no sea necesaria, ya que opone resistencia a la marcha del vehículo y aumenta el consumo de combustible.
Por supuesto, los niños deben ocupar siempre los asientos traseros y si son menores de 12 años habrán de viajar en sillas homologadas. Deben usar el cinturón de seguridad igual que el resto de los pasajeros.
La persona que conduzca, por su parte, no debe hacerlo cansada, con estrés o ansiedad, ni debe ingerir alcohol ni comer en exceso. Además de respetar los límites de velocidad y las señales, no debe utilizar el teléfono móvil mientras conduce. Para evitar el cansancio es conveniente hacer paradas cada dos o tres horas, estirar las piernas, refrescarse y comer algo ligero.
Tampoco hay que olvidarse de los papeles. Siempre que viajemos en coche debemos llevar con nosotros:
–El permiso de conducir, que tiene que estar vigente.
–La tarjeta de inspección técnica. Si el vehículo ha pasado la ITV debe exhibir en el parabrisas la correspondiente pegatina.
–El último recibo pagado del Seguro Obligatorio de Vehículos.
–El recibo pagado del Impuesto Municipal de Circulación.
Es aconsejable llevar además los teléfonos de urgencias y de asistencia en carretera.
