Tres de cada cuatro españoles viajan a zonas con enfermedades tropicales endémicas sin vacunarse

En Europa se detectan cada año 12.000 nuevos casos de personas afectadas por alguna de estas patologías
Por EROSKI Consumer 26 de abril de 2004

Con la llegada de los primeros rayos de sol más de uno comienza a plantearse el destino de sus vacaciones estivales. Son muchos los ciudadanos europeos que eligen como destino de sus vacaciones países tropicales sin tener en cuenta que a la hora de viajar a ellos es fundamental vacunarse para evitar el contagio de enfermedades. Según los datos que maneja la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), tres de cada cuatro turistas españoles viajan a zonas con enfermedades tropicales endémicas sin vacunarse.

En Europa se detectan cada año 12.000 nuevos casos de personas afectadas por una enfermedad tropical y el 3,6% muere. La malaria es la primera causa de mortalidad, seguida de la hepatitis A y B y el dengue. «La mayor parte de los turistas no son conscientes del peligro al que se exponen», asegura el médico del centro de vacunación internacional de Bilbao, Juan Luis Gorostiza. Por eso, los expertos recomiendan que se acerquen a los centros especializados. El precio de las vacunas varía en función de las comunidades autónomas, aunque es raro que una dosis supere los 30 euros. En los viajes organizados «no suele haber problemas de contagios». No ocurre lo mismo con los que se realizan fuera de las rutas turísticas.

El programa de vacunación depende de la edad del viajero, del destino elegido, de los antecedentes médicos y de las vacunaciones anteriores. Un viaje de placer puede convertirse en una «auténtica pesadilla» si el viajero no tiene en cuenta una serie de recomendaciones.

La mayor parte de las vacunas deben administrarse con varias semanas de antelación para que sean completamente eficaces. También es importante que los turistas se familiaricen con el sistema de asistencia sanitaria del país de destino. «Mucha gente viene a vacunarse dos o tres días antes de irse, de forma que la dosis le empieza a hacer efecto cuando regresa», explica el doctor Juan Luis Gorostiza.

Personas de riesgo

Todos los viajeros son susceptibles de contraer una enfermedad, aunque los niños y personas mayores deben «extremar» las precauciones. Es importante que se protejan del sol y el calor, ya que el riesgo de insolación y deshidratación en las zonas tropicales es muy alto.

Otro factor que hay que tener en cuenta son «los vuelos de larga duración», sobre todo para las personas de edad avanzada. Los médicos recomiendan «hacer ejercicios de movilidad» -cambios de postura, caminar hasta el baño…- durante el trayecto para desentumecer los músculos.

También es fundamental elegir ropa y calzado adecuado. Los vestidos «deberán ser de fibras naturales, ligeros, holgados y de colores claros». Los oscuros atraen los mosquitos. Es recomendable además cambiarse de ropa a menudo. El calzado tiene que ser «amplio» y «el pie debe estar ventilado».

Para evitar desmayos a causa de las altas temperaturas y la humedad, los especialistas aconsejan tomar té y bebidas ricas en sales minerales como zumos de frutas.

Tampoco está de más llevar a mano un pequeño botiquín en el que no falte un buen desinfectante y material básico para tratar una cura sencilla.

Comida

Cuando se viaja a un lugar desconocido es fundamental tener cuidado con lo que se come. La ingesta de alimentos en mal estado suele derivar en diarrea, una de las enfermedades más frecuentes en los viajes internacionales. Para evitar problemas, los expertos aconsejan no comer verduras crudas ni carnes y pescados a medio hacer, y pelar siempre la fruta.

También debemos ser cuidadosos con lo que bebemos. El agua es un «importante» transmisor de enfermedades infecciosas; lo más seguro es beberla siempre embotellada. Eso sí, la botella deberá ser «siempre» abierta en presencia del consumidor. Tampoco es recomendable enfriar las bebidas con hielo, ya que los cubitos pueden estar preparados con agua contaminada.

Por último, recordar que si lo que nos apetece es darnos un baño, debemos tener en cuenta que «en los trópicos los cursos de agua, canales y lagos pueden estar infectados por larvas que penetran en la piel. Sólo son seguras las piscinas con agua clorada», explican desde el Ministerio de Sanidad.

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