Turismo rural: seis destinos que no debes perderte este invierno

Algunos enclaves rurales de Extremadura, Asturias y Teruel, que aúnan naturaleza y arte, se encuentran entre los destinos rurales favoritos de los españoles
Por Blanca Álvarez Barco 28 de enero de 2016
Img paseo bosque
Imagen: William Garrett

Atascos, prisas, ruidos… Frente al ritmo endiablado de las ciudades, el entorno rural ofrece tranquilidad, calma, relax y un mayor contacto con la naturaleza. Resulta la válvula de escape perfecta para pasar un fin de semana o un puente de invierno. Cambiar la rutina por los paseos a caballo o en bici, hacer senderismo, visitar monumentos y disfrutar de una gastronomía de lujo en un ambiente natural se convierte en el mejor de los planes para estas escapadas invernales. ¿Dónde ir? Según algunos de los portales rurales más importantes, enclaves de Extremadura, Asturias y Teruel se encuentran entre los destinos rurales favoritos de los españoles. Por eso, en este artículo se muestran sus encantos y se invita a visitarlos.

Los destinos rurales más deseados por los españoles

Según los más de 13.200 votos recogidos en la encuesta para elegir la Maravilla Rural del año, elaborada por Toprural, el buscador de alojamientos rurales líder en España, las tres primeras «maravillas rurales» en 2015 fueron Trujillo (Cáceres), Cudillero (Asturias) y Albarracín (Teruel). Otros tres destinos que no es posible perderse este invierno son Cangas de Onís (Asturias), El Berrueco (Madrid) e Isla (Cantabria). Ellas fueron las localidades con más reservas en 2015, según el portal de alojamientos Clubrural.

Estos seis destinos, que se detallan a continuación, son solo una muestra de la diversidad rural y de las innumerables actividades de las que se puede disfrutar en nuestro país. En todos ellos, hay casas rurales que cuentan con todo tipo de servicios e incluso algunas brindan actividades para que la estancia resulte inolvidable.

1. Trujillo: historia y naturaleza de la mano

Trujillo es un destino muy familiar, pues combina arte, gastronomía y naturaleza a partes iguales. La villa, muy vinculada al descubrimiento de América, tiene un espectacular conjunto monumental de calles, palacios e iglesias. Todo ello, enclavado en la dehesa, paisaje extremeño por antonomasia. En la parte más alta de la localidad se puede visitar el castillo, una aventura para los pequeños de la casa. La vida y diversión, sin embargo, están en la plaza mayor, rectangular, con soportales y casas señoriales en sus laterales y presidida por la figura de Francisco Pizarro, conquistador de Perú.

También resulta un magnífico destino gastronómico (migas, embutidos extremeños, quesos de renombre…) y para disfrutar de la naturaleza. Pueden realizarse paseos a caballo y cuenta con preciosas rutas de senderismo o bicicleta, ya que tiene un entorno natural privilegiado, con paisajes de encinas, olivos y alcornoques muy bien conservados y apenas explotados.

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Imagen: Gacabo

2. Cudillero, un pintoresco pueblo de pescadores

Este pueblo asturiano es un destino espectacular, idóneo para ir en pareja o con amigos para disfrutar de sus playas y montes. Cudillero es un pueblo de pescadores construido en las empinadas laderas de tres montes que rodean a la ciudad a modo de anfiteatro. La visita idónea no consiste solo en contemplar la bahía y sus casas colgantes, sino en perderse en sus callejuelas o bajar al puerto a pasear y a degustar la pesca del día allí mismo.

Además, el entorno de Cudillero es impresionante, con numerosas playas, algunas magníficas para los amantes del surf, como la de Aguilar. ¡Y a solo 11 kilómetros se puede visitar el cabo Vidío! Es un saliente con acantilados de 100 metros de altura con unas vistas espectaculares de la costa cantábrica.

3. Albarracín, aventura en la sierra

Los amantes de la naturaleza, los senderistas y aficionados a la escalada no pueden dejar de visitar Albarracín. A más de 1.000 metros de altitud, su castillo, la catedral y sus casonas y calles trasladan de inmediato al pasado. Pero, además de la belleza y el encanto medieval de su arquitectura, la sierra -incluida en la Reserva Nacional de Caza de los Montes Universales-, esconde paisajes magníficos de barrancos, cañones, peñas, valles y extensos bosques de coníferas, sabinares y encinares. En ella, además, nacen los ríos Tajo y Júcar, por lo que es una zona rica en riachuelos, fuentes, manantiales, lagunas, pozas y cascadas.

Para quien le gusta la aventura, Albarracín y su entorno le brinda una oportunidad única para practicar boulder (escalada en bloque). Sin embargo, para proteger la sierra solo debe hacerse en los lugares específicamente destinados a ello, suficientes para satisfacer las demandas de los deportistas.

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Imagen: Senderismo Sermar

4. Cangas de Onís

Este destino asturiano es la puerta de los Picos de Europa y cuna de la Reconquista. Este lugar histórico, cuyo puente con la Cruz de la Victoria colgando es un símbolo para todo asturiano, resulta idóneo para familias, deportistas, moteros, amantes de la naturaleza…, pues es una localidad muy completa que ofrece arte e historia, una rica gastronomía y naturaleza en todo su esplendor. Desde Cangas de Onís, se puede subir a uno de los lugares más espectaculares de España: los lagos de Enol y Ercina (los lagos de Covadonga).

También hay diversión para las familias, que pueden pasar un día visitando el Zoo La Grandera, donde podrán ver especies como el oso pardo, el lobo, el zorro «raposu» y el asturcón, además de aves como el águila real, el búho real, el buitre común, el halcón peregrino o el urogallo. El parque puede recorrerse a pie. También a pie -y en ropa de calle- se pueden realizar rutas sencillas, de recorridos cortos y divertidos para todas las edades. Desde el centro de Cangas de Onís se puede descubrir un paraíso natural, contemplando las riberas de los ríos Sella y Güeña.

5. El Berrueco, paraíso del deporte en familia

El Berrueco, a solo 60 kilómetros de Madrid capital, se ubica junto a la sierra de La Cabrera, muy cerca del embalse de El Atazar. Supone un lugar muy apropiado para las actividades al aire libre y las prácticas deportivas (en verano hay una gran oferta en el embalse) en familia.

Además, cuenta con cantidad de senderos y pueden hacerse un gran número de rutas, como la «Senda del Genaro». Se trata de rutas señalizadas que van desde el embalse hasta los montes, fáciles de hacer y de una longitud máxima de seis kilómetros.

También se puede practicar cicloturismo por toda la sierra y es una zona excelente de recolección micológica.

6. Isla: disfrutar de la costa en invierno

Es uno de los destinos turísticos por excelencia de la costa oriental de Cantabria. Posee un entorno costero muy rico en diferentes paisajes, desde amplias playas de arena dorada idóneas para las familias hasta recogidas calas e impresionantes acantilados. Además, su casco histórico con sus iglesias y torres medievales, está catalogado como Bien de Interés Cultural.

Muy cerca de Isla, se pueden visitar las Marismas de Santoña, Joyel y Victoria, una reserva natural de más de 3.800 hectáreas donde se puede conocer la vida, desarrollo y particularidades de las aves acuáticas.

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