Viviendas sostenibles

De forma incipiente, algunas constructoras empiezan a promover urbanizaciones con casas diseñadas para aprovechar al máximo los recursos naturales.
Por EROSKI Consumer 15 de abril de 2004

Los edificios nuevos de uso público aplican criterios de construcción sostenible y la vivienda ya ha entrado dentro de este contexto. Los avances tecnológicos se unen a las preocupaciones medioambientales en la arquitectura con el apellido de «bioclimática» y en la llamada «ecoconstrucción» o «bioconstrucción». Con un estudio previo de las características del terreno y del clima se puede conseguir ahorrar en calefacción en invierno y en aire acondicionado en verano. También es posible reutilizar el agua, canalizar la iluminación y reducir las emisiones contaminantes.

La arquitectura sensible con el medio ambiente evita fuertes impactos en la naturaleza e intenta reducir el consumo energético y la contaminación ambiental. Así las ecoconstrucciones actuales pueden incluir muros que acumulan energía procedente del sol, paneles térmicos para el agua caliente y células fotovoltaicas. Sistemas de captación de energía solar pasiva y galerías de ventilación se encargan de garantizar el confort. La disposición del mobiliario también ha sido estudiada y ha de tenerse en cuenta a la hora de habitar una vivienda bioclimática.

En cuanto al «reciclaje» del agua, consiste en la recogida y depuración de las «aguas grises», procedentes de la ducha y de fregar, y su reutilización para las cisternas del baño. Por otro lado, se almacena el agua de lluvia con el objetivo de usarla para regar las zonas verdes.

Construir una casa bioclimática puede costar entre un 5 y 10 por ciento más que una habitual, debido al mayor precio de los materiales aislantes, térmicos y sanitarios, pero hay que tener en cuenta que permitirá ahorrar un 80% en calefacción, aire acondicionado e iluminación.

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