¿Puedo mejorar mi libido con la dieta?

Seguir un estilo de vida saludable puede, a largo plazo, aumentar el número de años de vida sexual satisfactoria
Por Julio Basulto 19 de noviembre de 2014
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Imagen: dan.domanski

Los medios de comunicación y las redes sociales recogen, cada tanto, relatos o consejos nutricionales que atribuyen a un alimento, a un nutriente o a un complemento dietético la mágica capacidad de mejorar el deseo sexual. ¿Son ciertas estas afirmaciones? Para dilucidarlo, es preciso aplicar el rigor científico, del mismo modo que se hace con los fármacos, sustancias o extractos que afectan a la salud humana. En este artículo explicamos qué es la libido y repasamos qué nos indican los estudios científicos sobre el papel de ciertos alimentos y nutrientes, como el chocolate, el hierro, la granada o el ñame.

¿Qué es la libido?

La libido es, para la Real Academia (RAE), el «deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica». La definición médica que ofrece desde 1968 el tesauro de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (MeSH) es similar, aunque un poco más amplia. Para el MeSH, la libido es el «impulso psíquico o la energía asociada con el instinto sexual en un sentido amplio (búsqueda del placer y del objeto de amor). También puede connotar la energía psíquica asociada con instintos en general que motivan el comportamiento».

¿Podemos cambiar un impulso instintivo con un alimento concreto?

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Con ambas definiciones en mente, es momento de preguntarse si de verdad un alimento, o alguna sustancia contenida en él, será capaz de modificar nuestro deseo sexual, tras constatar que la libido es un impulso instintivo. Para comprobarlo, basta con ofrecer un alimento o un extracto de él a un grupo de personas, dar un alimento distinto (o un placebo) a otro grupo, de similares características, y valorar a posteriori de acuerdo a la evolución de su deseo sexual. El estudio, para que sea fiable, debe cumplir una serie de requisitos rigurosos. En caso de cumplirlos, se publicará en una revista científica que, si es de alta calidad, aparecerá indexada en la base de datos PubMed. Pues bien, a día de hoy, ningún estudio de alta calidad muestra mejoras de la libido humana atribuibles a alimentos, a «plantas medicinales» o a suplementos dietéticos.

Lo cierto es que sí existen ciertos estudios sobre libido y alimentos, pero son pequeños, no concluyentes y no extrapolables a toda la población (como los estudios realizados en ratones). Algunas de tales investigaciones se han presentado a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), con el objetivo de acompañar ciertos productos alimenticios de declaraciones de salud similares a «mejora tu deseo sexual» o «mantiene tu erección más tiempo». La respuesta de la EFSA siempre ha sido «solicitud denegada», como puede comprobarse en el ‘Registro de la Unión Europea de declaraciones nutricionales y de salud’. En él leemos que no resultan útiles para mejorar la libido o la actividad sexual ninguno de estos productos:

  • Almendras.
  • L-arginina.
  • Granada.
  • Zumo de granada.

Deseo sexual: el caso del chocolate

¿Es acaso el chocolate un afrodisíaco natural? Quizá por la exquisita palatabilidad del chocolate, muchas personas creen que su ingesta regular mejora el estado de ánimo o el apetito sexual. No se trata de algo nuevo, dado que en 1652 ya se atribuía a este alimento la capacidad de mejorar la libido. Pero la tradición no es -ni debe ser- la base del enfoque médico, sino los estudios en humanos y bien diseñados. Son los que tienen en cuenta las autoridades sanitarias, como la EFSA, para emitir recomendaciones o aprobar declaraciones de salud. La EFSA denegó en 2011, por falta de pruebas científicas, la posibilidad de acompañar a los flavanoes del cacao (presentes en el chocolate) de la declaración de salud «mejora el estado de ánimo». Hasta la fecha, no ha aprobado declaración alguna relacionada con la libido y el chocolate o el cacao (ni hay visos de que vaya a aprobarla).

Plantas medicinales y libido

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Desde que en la década de 1990 se aprobara el fármaco Viagra (sildenafilo), el interés por los «afrodisíacos naturales» no ha cesado de crecer. Por desgracia, muchos «remedios naturales» están adulterados con fármacos. La página web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios muestracómo esta entidad ha retirado este mismo año diversos complementos alimenticios, tras analizarlos en su laboratorio y hallar en ellos agentes farmacológicos no indicados en la etiqueta, como el sildenafilo. En todo caso, hay ciertas plantas con prometedores efectos sobre la libido humana, así que es muy posible que en un futuro cercano se utilice algún extracto de planta para crear un fármaco, tras evaluar de manera concienzuda sus posibles efectos adversos. Hoy por hoy, el consejo de los expertos es no confiar en ninguna planta medicinal o «suplemento natural», hasta que se estudie a fondo tanto su mecanismo de acción como, sobre todo, su seguridad. La revisión más extensa y reciente es la publicada en Pharmacognosy reviews en enero de 2013. Concluyó que el uso de plantas o productos herbales con potenciales beneficios para la libido «puede ser arriesgado para el ser humano». Esto nos lleva al ñame silvestre.

Esta es una planta que contiene una sustancia química denominada diosgenina, a partir de la cual se puede sintetizar en el laboratorio una nueva sustancia llamada dehidroepiandrosterona (DHEA). Numerosas voces no acreditadas atribuyen al DHEA la capacidad de mejorar la libido humana. No obstante, en febrero de 2013, el servicio MedlinePlus, perteneciente a la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., detalló que no hay pruebas científicas que sustenten que el ñame silvestre:

  • Es «una alternativa natural a los estrógenos».
  • Aumenta «la energía y el deseo sexual en hombres y mujeres».
  • Trata «la infertilidad».
  • Es útil para (literalmente) «otras afecciones».

Para las mujeres embarazadas o lactantes, MedlinePlus añade un consejo: «No se sabe lo suficiente sobre el uso del ñame silvestre durante el embarazo y la lactancia. Sea precavida y evite su uso». Tanto un estudio español, publicado en Actas Urológicas Españolas en abril de 2009, como uno más reciente, publicado en octubre de 2014 en la revista The Journal of clinical endocrinology and metabolism, no refrendan la utilidad del DHEA para mejorar la libido. Este último estudio, de muy alta calidad, ha revisado el efecto del DHEA en 1.188 mujeres posmenopáusicas para concluir que esta sustancia no afecta de manera significativa a la libido.

El papel del hierro y del cobre en la libido

El hierro y el cobre son dos minerales implicados en la libido humana. No obstante, su papel es muy complejo, dado que tanto su defecto como su exceso afectan de forma negativa a la libido y a otros parámetros relacionados con la sexualidad o la reproducción humana, como la formación de espermatozoides. Tal y como ha reflejado una investigación coordinada por la doctora Eva Tvrda y recién publicada en la revista Journal of assisted reproduction and genetics, la prescripción de hierro o cobre debe quedar en manos de un profesional sanitario tras sopesar bien pros y contras.

Mejorar la salud es mejorar la salud sexual

Si de verdad existen problemas de falta de deseo, quizá sean el reflejo de un trastorno psicológico o fisiológico, como pueden ser los trastornos del comportamiento alimentario o los problemas cardiovasculares. A modo de ejemplo, está bien documentado que la diabetes tipo 2, conocida como la «diabetes del adulto», incrementa el riesgo de problemas sexuales, lo que incluye una reducción de la libido. En este caso o en otros similares, la prioridad médica es tratar la condición de base, algo que mejorará, en segunda instancia, los problemas sexuales.

Sea como fuere, tiene mucho sentido prevenir las llamadas enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes tipo 2), dado que perjudican la salud y eso incluye a la salud sexual. Prevenir las enfermedades crónicas que deterioran nuestra salud (sexual o no sexual) pasa, según la OMS, por incrementar las horas de actividad física, abandonar el tabaco, seguir una dieta saludable y consumir la menor cantidad posible de alcohol.

Por último, pero no menos importante, las personas con buena salud tienen casi el doble de posibilidades de estar interesadas en el sexo que aquellas con mala salud. Lo mostró una interesantísima investigación recogida en British Medical Journal en marzo de 2010. Es, sin duda, un buen argumento (uno más) para fomentar un estilo de vida saludable.

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