Infusión de menta piperita

Una planta que no originó la naturaleza, sino el cruce entre la menta acuática y la de espiga
Por EROSKI Consumer 12 de diciembre de 2002

La menta piperita es una planta herbácea muy aromática. Su base es un rizoma del que salen varios tallos de color violeta oscuro y sus hojas, dentadas y lanceoladas son de color verde oscuro. Su cultivo está muy extendido y puede encontrarse en cualquier parte del mundo, prefiriendo suelos con climas más bien húmedos.

Las hojas se consechan con fines terapéuticos en verano, que es cuando florece la planta. Tras su recolección se secan a temperaturas no muy elevadas, aunque en algunos lugares se realizan infusiones o decocciones recién cosechadas las hojas.

Ventajas e inconvenientes

El componente mayoritario de la menta piperita es un aceite esencial, el mentol. Así mismo contiene otras sustancias de interés terapéutico, además de sales minerales, ácido orgánicos y taninos. Tiene propiedades antisépticas, estimulantes del sistema nervioso, calma la tos y es digestiva; acción colagoga (favorece el vaciamiento de la vesícula biliar) y carminativa (ayuda a combatir la aerofagia y el meteorismo intestinal).

Sin embargo, en ciertas afecciones de la vesícula biliar (litiasis biliar, obstrucción de los conductos biliares…) por su acción colagoga y en esofaguitis, hernia de hiato y otras alteraciones asociadas a reflujo gastroesofogágico, no se recomienda tomarla ya que relaja el esfínter del esófago, facilitando el paso de los ácidos del estómago hacia el esófago.

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