El desayuno

Un desayuno con prisas suele ser equivalente a un desayuno pobre, y no hay que olvidar que es una de las comidas más importantes del día
Por EROSKI Consumer 20 de junio de 2001

Un desayuno bien planificado asegura el aporte de nutrientes a través de los alimentos para afrontar el día con energía y no tener déficits de glucosa que repercuten negativamente en el rendimiento físico y escolar. Hay que tener en cuenta que el organismo lleva entre 10 y 12 horas sin recibir ningún alimento.

Conviene que el niño se levante con tiempo y dedique los primeros minutos a las actividades de aseo y cuidado personal antes, para así generar sensación de hambre.

Cualquier persona que realice un buen desayuno, mejorará su estado nutritivo y también su rendimiento

Mejora de su estado nutritivo. Tomar un buen desayuno ayuda a tener ingestas más altas de la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa a lo largo del día. Los niños y jóvenes que no desayunan suelen tener una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen adecuadamente, suelen hacer una dieta menos grasa, más rica en carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales?

Control del peso. La práctica de repartir las calorías durante el día en 4 ó 5 tomas hará que no se sobrecargue el resto de las comidas del día. Un desayuno adecuado, ayuda a reducir el contenido graso de la dieta diaria y contribuye a evitar que se pique entre horas, factor muy importante a la hora de controlar el peso.

Rendimiento escolar, físico e intelectual. Quienes no desayunan ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo (descenso de la insulina y aumento de cortisol, catecolaminas?) para mantener la glucemia a niveles aceptables. Estos cambios hormonales pueden alterar o condicionar la conducta e influir negativamente en el rendimiento físico y escolar.

No desayunar es una mala costumbre. Un buen desayuno debe contener raciones de los grupos básicos de los alimentos: – Farináceos: pan, cereales, tostadas, galletas? proporcionan hidratos de carbono de absorción lenta que aportan energía y, vitaminas y minerales. – Lácteos: leche o yogur o queso por su contenido en proteínas y calcio, vitamina A, D y vitaminas del grupo B. – Fruta: contiene hidratos de carbono de absorción rápida, agua, vitaminas, minerales y fibra. – Otros: queso, jamón? ricos en proteínas de alta calidad.

En total el desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día.

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