Cuatro claves para combatir el cansancio tras el parto

Dejarse ayudar, alimentarse bien o aprovechar cada momento libre para dormir son consejos imprescindibles durante los primeros días del nacimiento del bebé
Por Cristian Vázquez 20 de octubre de 2011
Img madre bebe cansancio
Imagen: Alan Turkus

El nacimiento de un hijo cambia la vida para siempre. Es es algo que se sabe de antemano, sin embarbo, lo que muchas veces no se tiene tan presente es que, tras el parto, también cambia la vida de la madre. Y en ocasiones de manera radical. Por un lado, su cuerpo tiene que adaptarse: deja de llevar dentro de sí una vida «extra» y debe adecuar nuevamente cada pieza del organismo al estado normal. Por otro, surge la necesidad de organizarse para combinar las nuevas exigencias, impuestas por la presencia del bebé, con la rutina y los hábitos de siempre: dormir, trabajar, realizar tareas en la casa, disfrutar de un rato de ocio…

Mitigar el agotamiento

Todo esto genera que en los primeros días posteriores al parto las madres se sientan especialmente cansadas. Sin embargo, este no es un escenario irreversible, pues los efectos del agotamiento se pueden mitigar. Cuatro consejos bastan para evitar que el cansancio se haga excesivo y afecte esos tan importantes primeros días de la relación madre-bebé:

1. Recibir ayuda

Siempre que sea posible, intenta que tu pareja, familiares, amigos o quien esté cerca te eche una mano con lo que necesitas. Especialmente, en lo relacionado con las tareas domésticas, que quitan tiempo y energía. Lo ideal es centrarse en el bebé, en conocerlo y disfrutarlo, de manera que toda colaboración para el resto de las cosas debe ser bienvenida.

¿Que no hay nadie cerca? Pues nada: tú, a lo importante. Y nada es más importante que el bebé. Es decir: dedícate a él o ella como si nada más existiera, que ya habrá tiempo para lo demás.

2. Comer bien

Cuidar de una misma es también cuidar del bebé. Para poder dar lo máximo, es necesario estar bien. Por eso es fundamental seguir prestando atención a la dieta, del mismo modo que se hacía durante el embarazo.

Como se suele decir: hay que desayunar como una reina. Durante los primeros tiempos del bebé, las noches son duras, no se duerme de un tirón ni con tanta placidez como antes. El cuerpo ya no disfruta de todo el descanso al que estaba acostumbrado? y es fundamental cargar pilas con la primera comida del día. Lo esencial: que sea abundante y variada. Y si se pueden incluir zumos, mejor.

Eso sí, «abundancia y variedad» no son sinónimos de «excesivo e indiscriminado». Intenta respetar el esquema de cinco comidas diarias y seguir un régimen variado, con una buena presencia de frutas y verduras. Es el tiempo también de la lactancia, de manera que el cuerpo reclama vitaminas y minerales. Lo ideal es comer cereales integrales y pescados, y evitar las grasas saturadas, las bebidas gaseosas, los azúcares excesivos, las comidas picantes y (¡fundamental para el siguiente consejo!) el café.

3. Dormir todo lo posible

Lo dicen todas las mamás: las noches, al principio, son duras. Es raro que los bebés duerman de un tirón; y si ellos no lo hacen, sus madres tampoco. Los efectos del mal dormir son nefastos, sobre todo en una etapa de tanta exigencia: además de tener menos energía, hay tendencia al malhumor y no es posible mantener el mismo nivel de atención que una persona bien descansada.

Por eso, el mejor consejo es maximizar el tiempo de sueño. Es decir, dormir todo lo que se pueda. Esa cabezadita que en otras épocas una se daba el lujo de despreciar, puede venir fenomenal ahora, cuando el tiempo para descansar es un bien escaso. Con el correr de los días, acostumbrarse a aprovecharlo se volverá sencillo (por no decir inevitable). Asimismo, si el bebé duerme junto a la madre, es posible aprovechar para darle el pecho sin levantarse y, con un poco de experiencia… ¡hasta durmiendo!

En cualquier caso, no hay que agobiarse, pues la cosa mejora con el paso del tiempo. Cuando tu bebé tenga tres meses, su sueño ya no será tan entrecortado y podrás volver a sentir el placer de dormir unas cuantas horas seguidas…

4. Dedicar, también, un tiempo para una misma

Así como se debe maximizar el tiempo para dormir, también es necesario hacerlo para dedicarse a la recreación y al ocio. Poner la música preferida, darse un baño sin prisas, escribir un diario de los primeros días del bebé? Cualquier actividad que sea relajante, estimulante o entretenida ayudará a combatir el cansancio inicial.

Aquí lo recomendable es que se trate de actividades que no exijan demasiado tiempo. Por ejemplo, si para disfrutar de una película necesitabas verla sin interrupciones, desde los créditos iniciales hasta el «The End», entonces es mejor ni intentarlo ahora: puede que lo único que te genere la experiencia sea frustración. Es preferible probar con una serie… o aventurarse a ver una película «a trocitos». Puede ser divertido.

Y, muy importante, tampoco te olvides de ti. Ser madre reciente no significa dejar de ser mujer y, como tal, es necesario recibir buenas dosis de cariño. Pídele (sí, tú sigue pidiendo) a tu pareja que te dedique un masaje o unos arrumacos. La atención y el afecto son tan reparadores como el sueño.

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